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Capítulo 5.

Esa misma tarde, luego de clases, Emma y yo estábamos conversando en nuestros casilleros, ordenando nuestras cosas y listas para salir. Cuando cerré la puerta de mi casillero, Zayn estaba ahí. A pesar de lo cliché que fue la situación, me llevé un susto asqueroso.

—¿Entonces? —él dijo.

Miré a Emma, la que se encogió de hombros, puso los ojos en blanco y se fue a largos pasos de súpermodelo.

—No parece que le agrado a tu amiga —rió Zayn.

—Le asustan los nuevos —bufé.

Zayn sonrió. Sus ojos me miraron con intensidad, penetrando los míos completamente. Una vez más bajé mi vista hasta mis zapatillas y sonreí.

—¿Dónde me llevarás? —pregunté.

—¿Acabas de aceptar salir conmigo?

—Bueno, si no quieres...

—¡No, no, no! —su sonrisa de amplió mucho más—. Es perfecto.

*

Nos fuimos en su auto hasta llegar a lo que parecía un café. Por fuera, al menos, parecía bastante decente. Entramos. Su mano estaba puesta en mi cintura mientras que sus dedos la acariciaban. Me sentía extraña, pero era un extraño... positivo. Entramos al café. El ambiente era agradable y la decoración, muy bonita. Era un lugar muy acogedor, realmente me había gustado. Nos sentamos en una de las mesas del patio trasero, en donde corría un viento agradable y la vista de un césped lleno de flores lo hacía incluso mejor.

—¿Qué te parece este lugar? —preguntó.

—Muy, muy bonito.

—Me alegro.

—¿Sueles traer a muchas chicas aquí? —bromeé.

—Una cada mes —rió.

—No lo dudaría ni un segundo.

—¡Sigues siendo mala! —volvió a carcajearse.

—¡Yo soy una persona adorable! —me crucé de brazos como niña pequeña.

—No lo dudaría ni un segundo.

Nos quedamos en silencio. Si Zayn seguía mirándome de aquella manera, estaba segurísima de que mi rostro comenzaría a incendiarse.

Y así pasó la tarde, entre bromas, risas y mejillas sonrojadas viniendo desde mi piel. Zayn era un chico increíble, y lo decía en serio. Jamás había conocido a alguien tan interesante como él. Uno simplemente podría sentarse y escuchar sus opiniones e historias todo el día; nunca te cansarías de tener a un tipo como él frente a ti. Al contrario: estar con Zayn Malik parecía ser lo más fascinante del universo.

*

Dos horas después, las cuales parecieron dos minutos y a la vez dos eternidades, Zayn me estaba dejando en la puerta de mi hogar. Aferré mi bolso con fuerza, como hacía cada vez que los nervios intentaban apoderarse de mí, y sonreí.

—Gracias —dije—. La pasé muy bien.

—Gracias a ti por aceptar la invitación.

Nos quedamos en silencio un momento, en el cual aproveché de escuchar si se sentía algún ruido dentro de la casa, y como no escuché nada, dije:

—Sé que mis padres me matarían si siquiera pensara en invitar a un chico mientras estoy sola en casa, pero... ¿quieres entrar de todos modos?