Ya era miércoles por la tarde y Zayn y yo nos encontrábamos cubiertos por una manta, viendo películas en la sala de mi casa y comiendo palomitas. Aún no le había dicho nada respecto al mensaje de Harry, y esperaba no tener que decirlo nunca...
Hasta que mi celular comenzó a sonar y leí el nombre de Harry otra vez, sólo que ahora se trataba de una real llamada telefónica. Lo dejé sonar, esperando a que terminase colgando, pero no lo hacía.
—¿No contestarás? —preguntó Zayn.
—Em... sí, sí, claro —reí.
Me puse de pie rápidamente y no contesté hasta que estuve en la cocina.
—Scar, ¿podemos...
—Escúchame —susurré con voz más o menos firme—. Al parecer no le tomaste el peso a lo que quisiste hacerme. Las palabras sobran, Harry.
—Te juro que he cambiado, Scar. Dame una oportunidad, una sola. No es necesario que seas mi novia de nuevo, sólo no quiero estar mal contigo, ¿okay?
Cerré los ojos y apoyé mi mano libre en un mueble, incapaz de pensar en algo coherente que responder. Tenía esa estúpida manía de confiar en todo el mundo rápidamente, pero también estaba el hecho de que lo que hizo Harry estaba totalmente fuera de lugar, partiendo por el hecho de que quiso matarme.
—Harry, no es el momento.
—Scar —lo escuché suspirar.
—Adiós.
Volví a guardar mi celular y llegué nuevamente a un lado de Zayn, cubriéndome hasta por debajo de los ojos. Sentía la mirada de Zayn sobre mí, pero intentaba ignorarlo sólo por esta vez.
—¿Quién era? —preguntó.
—Nadie.
Zayn se acomodó en el sillón, me bajó la manta y tomó mi barbilla para mirarme fijamente a los ojos. No me había dado cuenta de cuán nerviosa estaba hasta que Zayn entrelazó su mano con la mía y me sentí segura y calma. Cerré los ojos. No le mentiría; no después de todo lo que ha hecho por mí. Suspiré.
—Era Harry.
Pude jurar que en menos de un segundo la televisión estaba apagada y Zayn estaba poniéndose de pie. Bajé la vista hasta mis dedos, que jugaban temblorosos en mi regazo.
—¿Qué quería? —preguntó.
—Conversar y arreglar las cosas.
—¿Qué le dijiste?
—Que no... —ladeé la cabeza—. Bueno, la verdad no le di una respuesta.
Zayn resopló y se acuclilló delante de mí. Sus manos tomaron las mías, tan tibias y seguras, como si sostuviera todo mi cuerpo en ellas.
—Prométeme que te mantendrás alejada de él —susurró, pero aún mantenía su tono firme.
—No te preocupes —sonreí—. Harry no volverá a molestarme.
*
Sin embargo, esa misma noche, justo cuando estaba a punto de quedarme profundamente dormida, sentí un ruido en una esquina de mi habitación y una sombra muy parecida a la de una persona. Alarmada, encendí la lámpara. Harry estaba ahí, con el índice en sus labios, indicándome silencio. Ahogué un grito y de inmediato me puse de pie, cogiendo lo primero que había encontrado en el suelo para defenderme: una zapatilla.
—Vete de aquí o gritaré —demandé.
—Scar, por favor...
—¿Eso es lo único que sabes decir? —mis susurros comenzaban a salir temblorosos.
El miedo recorría mi cuerpo entero, aun cuando no deseaba admitirlo. Todo lo que pasaba por mi mente eran los recuerdos en casa de Harry. No estaba en plan de que volviese a verme tan vulnerable como en ese momento. Nunca más.
—Sólo diez segundos —pidió levantando ambas manos.
Inhalé y exhalé con fuerza y en silencio, lo que Harry interpretó como una señal de que podía hablar.
—Me porté como un estúpido, ¿vale? No debí siquiera pensar en forzarte a nada y jamás me perdonaré por tratarte como no te merecías. Comprendo que ya no confíes en mí y todo eso, pero...
—Han pasado tus diez segundos —le interrumpí.
Harry quedó con las palabras a medio salir. Sus labios se cerraron y retrocedió dos pasos. Parecía en serio arrepentido bajo esa mirada endeble. Mas le había prometido a Zayn que no entablaría niguna relación con Harry.
—Sólo venía a disculparme —insistió.
—Pudiste haber elegido un mejor lugar y hora. ¿Cómo quieres que confíe en ti si te escabulles por mi ventana mientras estoy dormida?
—No podía dormir y necesitaba verte.
—Estás siendo patético.
Sus labios, al igual que sus puños, se tensaron un segundo, pero los volvió a relajar tras soltar un resoplido. Miró a todas las direcciones, pero yo no era capaz de despegar mis ojos de él, atenta a cualquiera de sus movimientos.
—¿Podemos hablar mañana entre clases? —volvía a persistir.
—No creo que...
—Zayn no tiene que enterarse si es ese tu problema.
No dije nada. Él tampoco. Unos instantes después, ya estaba yéndose por el mismo lugar que había llegado. Esta vez cerré la ventana y la bloqueé.
No más sorpresas por hoy.
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Undercover |malik/styles|
Fanfiction"¿Por qué yo?" preguntó con voz débil. "¿Acaso no lo sabes?" rió con ironía, y sin esperar una respuesta, continuó: "Es por tus padres". "¿Mis padres?" "Considéralo una especie de trueque: ellos me dan lo que quiero y yo les devuelvo a su hija sana...