No me odien...
De repente desperté. Todo estaba oscuro y en silencio. ¿Todo fue un sueño? ¿Seguía aún encerrada en algún lugar del edificio? Me puse lentamente de pie, pero al notar los demás escritorios y la pizarra por delante me di cuenta de que había sido todo tan real como el hecho de que estaba totalmente sola en medio del insituto. Todos los sucesos volvieron a mi cabeza, casi haciéndola estallar en el momento: mis padres, Harry... Muertos. Jeff parecía estar en las mismas, pero no pude averiguarlo con certeza. Zayn con la policía.
—Zayn... —exhalé con nostalgia.
Era la única persona que ahora me quedaba. Esta vez seguiría sus indicaciones al pie de la letra, y recordé lo que me había dicho antes de alejarme corriendo por los pasillos: "Cuando todo acabe, quiero que corras al primer lugar seguro que se te ocurra".
Emma.
No tenía otra opción, así que eché a correr rápidamente, lo más que mi pesado cuerpo podía permitirme, y bajé hacia la puerta principal con mucha cautela. No estaba segura de si la policía seguía en el lugar, sin embargo me decidí por tomar el camino hacia la entrada lateral del instituto y escabullirme por ahí hacia la calle. Miré hacia el cielo. Seguía de un azul oscuro que me indicaba que la noche seguía presente, pero esta vez se asomaban unos pequeños destellos anaranjados por las montañas; pronto amanecería, así que debía ser rápida. Miré por ambos lados de la calle para intentar orientarme y en seguida seguí por el camino de la derecha, en dirección a la casa de la única persona que tenía en ese preciso instante. No era capaz de dejar de correr, aun cuando mi cuerpo me pedía un descanso y mi vista comenzaba a nublarse en instantes. Todo lo que necesitaba era sentirme a salvo por fin.
Llegué a casa de Emma antes de darme cuenta y me detuve frente a su puerta. Presioné el timbre en repetidas ocasiones, desesperada y aún asustada. Podía sentir el latir de mi corazón bombeando en mis oídos, fuerte y rápido, como si cayeran bombas cada segundo a mi alrededor. La puerta se abrió. Los ojos de Emma se abrieron de par en par. No vi más que sus labios pronunciar mi nombre y la silueta de sus brazos sujetar mi torso. Un segundo después, todo mi alrededor ya se había vuelto negro y mi pesado cuerpo descansaba al fin.
*
Abrí mis ojos. El sonido agudo e insistente de una máquina fue el encargado de hacerme despertar. Lo primero que me encontré fue el techo sobre mí, blanco. Supe de inmediato que se trataba de un hospital, pero no tenía idea de cómo había llegado hasta ahí. Miré hacia mi brazo: una aguja intravenosa se encontraba en éste. Ambos estaban pálidos y delgados. Miré hacia la izquierda. En un pequeño mesón habían cantidades de globos, flores y peluches. No podía ni imaginarme a la gente viniendo a verme en este estado. Volví a cerrar mis ojos, aún preguntándome cuál era la causa de que me encontrase aquí.
Una señorita vestida de blanco llegó después. Me dio una cálida sonrisa que, de alguna forma, me pareció tan extraña. Era como si el simple de hecho de ver a alguien que no estaba más que para quitar el daño me pareciera casi increíble.
—¡Miren quién despertó! —me saludó.
No fui capaz de responderle; sólo le di una cansada sonrisa mientras la veía acercarse a mí y chequear todo mi cuerpo. Intenté recordar mientras cómo es que había llegado aquí.
—¿Recuerdas algo de lo que ocurrió? —me preguntó mientras revisaba unos papeles.
—No —confesé.
Los ojos de la doctora me observaban con nostalgia. Ya estaba comenzando a asustarme. No era capaz de recordar ni la mitad de mi vida en ese momento. Se volvió a acercar a mí y dijo.
—Has tenido un accidente. Tus padres murieron y tú tuviste una contusión cerebral que te llevó a este coma por once meses. Tus diagnósticos han sido bastante positivos; estábamos esperando a que despertases.
¡Oh, no, mis padres!
Aún no podía encontrar mis emociones, por lo que la noticia sólo me provocó un estado de shock. ¿Cómo es que no era capaz de recordar aquello? Mis padres habían muerto y yo acababa de salir de un coma. ¿En qué momento ocurrió todo esto?
En ese momento la puerta se abrió. Un cabello anaranjado llamó mi atención. Sus ojos me miraron y yo la miré de vuelta. ¡Emma! Rápidamente se dirigió hacia mí y me atrajo en sus brazos. Mi cuerpo se retorció en dolor, al igual que mi cabeza, sin embargo el sentirla luego de tanto tiempo valía totalmente la pena. Ella era quien necesitaba para orientarme.
—¡Scar, Scar, Scar! —sollozaba encima de mí.
Sólo pude reposar una mano en su espalda y escucharla llorar en silencio. Todo parecía tan irreal que me costaba creer que estuviera siquiera despierta. Luego, tomó mi rostro entre sus brazos y, entre lágrimas y gemidos, me sonrió.
—Descuida. Ya no hay más peligro ahí fuera.
No supe a lo que se refería, pero lo sabía. Algo en mí me decía que el peligro ya estaba fuera de mi alcance. Por siempre.
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Bueno, sí merezco odio y dolor y sufrimiento y bláh... No sé si alguien esperaba algo como esto que ocurriera. Pero no se preocupen que ya se viene el capítulo donde se explica el porqué de las cosas.
PD. ¡VOLVÍ, EJALE!
PD2. ¡YA ESTOY EN CUARTO MEDIO :')! (último año de colegio, jejje)
PD3. PASEN POR MI BLOG: queridaburbuja.blogspot.com
PD4. LO SIENTO POR LOS ERRORES, NO CORREGÍ EL CAPÍTULO.♥♥♥
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Undercover |malik/styles|
Fanfiction"¿Por qué yo?" preguntó con voz débil. "¿Acaso no lo sabes?" rió con ironía, y sin esperar una respuesta, continuó: "Es por tus padres". "¿Mis padres?" "Considéralo una especie de trueque: ellos me dan lo que quiero y yo les devuelvo a su hija sana...