Al día siguiente, en medio del examen de Matemáticas, la puerta del salón se abrió, dejando ver a Zayn. Me quedé pasmada al verle ahí, pasando por alto las miradas de todos, como si nadie fuera capaz de ver aquel ojo morado y su labio inferior hinchado y rojo. Le seguí con la mirada hasta que llegó a su asiento en el último pupitre. Dejé de observarlo en el momento en que Harry se inclinó hacia él y le tendió la hoja del examen. Quise seguir concentrada en el mío, sin embargo, sinceramente, ver a Zayn en ese estado me dejó totalmente pasmada.
*
Una vez que el timbre del receso sonó y todos terminamos nuestros exámenes, la sala quedó casi vacía, a excepción de Harry, Zayn y yo. Los dos chicos murmuraban algo completamente inentendible para mí en un rincón mientras que yo contemplaba sus movimientos y, a propósito, me demoraba en ordenar mis cuadernos dentro de mi bolso.
Finalmente, y luego de lo que parecieron tres siglos, Harry le dio una palmada a Zayn en la espalda y salió del salón rápidamente. No perdí la oportunidad y de inmediato me acerqué a Zayn. Tomé su rostro entre mis manos y le observé. Tuve un momento de déjà vu al sostenerlo de la misma forma en que ayer y nuevamente se sintió igual de placentero y cómodo.
—¿Qué diablos te pasó? —exclamé—. ¿Estás bien? ¿Te duele algo?
Examiné los moretones y heridas de su rostro, vagando mi mirada por varios segundos más en sus labios; y no sólo por el hecho de que estuviera lastimado, sino porque, a pesar de todo, seguían siendo sus labios, tan llenos, tan suyos.
Para mi sorpresa, Zayn sólo soltó una carcajada y tomó mis manos, entrelazándolas por lo bajo.
—Estoy bien, Scar. No pasa nada.
—¿No pasa nada? —volví a decir, atónita a sus palabras—. Zayn, ¿te viste siquiera al espejo? ¡Tu boca parece a punto de explotar!
—Scar, estoy bien —volvió a reír—, te lo juro. Sólo tuve un pequeño percance en casa.
—¿Es que tú eres tonto? —grité, aunque no lo decía con mala intención; sólo me sentía alterada debido a Zayn tomándose los hematomas de su rostro tan a la ligera—. Vamos a poner hielo a eso.
Lo solté -a duras penas- para ir en busca de mi bolso, pero él intentó detenerme.
—Scar...
—No te estoy preguntando —demandé.
*
—Bébete esta pastilla y luego te pones esto —le tendí una pastilla, un vaso con agua y una bolsa de agua congelada—. La enfermera dijo que te desinflamaría.
—Gracias —dijo entre dientes.
Hizo exactamente lo que le hice y luego dejó reposar la bolsa en su labio inferior. Me quedé observándolo, sentado en la camilla, con sus pies colgando y realizando un pequeño vaivén como si fuera un niño. Sus ojos estaban mirando hacia el suelo, con el semblante totalmente serio y perdido. Eran esta clase de momentos en los que me gustaría poder leer la mente del mundo. Me di impuslo en la camilla y terminé sentándome a su lado.
—¿Qué ocurrió realmente? —pregunté—. ¿Tiene que ver con cómo te sentías ayer?
No me miró, sin embargo ladeó la cabeza de un lado para otro.
—Supongo —dijo—. Fue sólo un golpe. No me estaba sintiendo muy bien y terminé tropezando y cayendo. Nada del otro mundo, descuida.
¿Quería creerle? Sí. ¿Iba a creerle? No. ¿Fingiría creerle? Por supuesto.
—Está bien —murmuré—. ¿Ya estás mejor?
—Me siento mejor —esta vez alzó la vista y me sonrió de medio lado, subiendo la comisura que tenía menos inflamada.
Bajé la vista hasta la mano que Zayn apoyaba en la camilla. Estaba tan cerca de la mía, a sólo unos milímetros de distancia. Podía mover mi meñique y entrelazarlo con el suyo sin ningún esfuerzo mayor... Y sentí un cosquilleo en mi estómago.
No, no podía pensar en Zayn de aquella forma; era mi amigo, el único que me quedaba. No me dejaría perder al único que sí me apoyaba y comprendía... aun cuando mis sentidos no parecían entender lo que mi cerebro les indicaba.
Y casi como si leyera mi mente, Zayn posó su mano encima de la mía, acariciando suavemente mis dedos con su pulgar. Una explosión se desató desde mi mano hasta disiparse a través de todo mi cuerpo. Quise sonreír, pero reprimí el impulso apretando mis labios.
—Gracias por preocuparte por mí —dijo.
—Para esto están los amigos —respondí mirando a mis pies.
Segundos más tarde, escuché un gran suspiro de parte de Zayn y noté cómo quitaba su mano de la mía. De inmediato le miré.
—¿Todo bien, Zayn?
—Sí, por supuesto —asintió y me miró—. Me preguntaba... ¿puedes, o más bien, quieres salir mañana en la noche a, no lo sé, pasear conmigo?
—Seguro, me encantaría —respondí en menos de lo que planeaba—. Claro que depende de lo que digan mis padres, pero les agradas; no creo que hayan problemas.
—¿Les agrado a tus padres? —rió.
—Un montón —admití—. Mamá dice que eres como un ángel y papá dice que eres un, ejem... buen partido.
Sentí inmediatamente mis mejillas arder de la verguenza. Zayn no hizo nada más que reír a carcajadas, ocasionando que mi rubor se hiciera incluso un poco más fuerte.
Observé cómo sonreía. La sonrisa creciendo en su rostro jamás había sido tan perfecta; una mezcla de burla y ternuna que me hizo delirar.
Hasta que acarició mi mejilla con un dedo. Eso me hizo desfallecer en mi interior por completo.
—¿Qué pasa? —no atiné a nada mejor que preguntar con una sonrisa nerviosa.
—Nada, nada —respondió repentinamente en calma, apenas alzando la voz y sin dejar de mirarme—. Ya me siento mejor. Podríamos ir a clases, ¿no te parece? El receso terminó hace unos diez minutos.
—Mierda —murmuré entre dientes antes de tomar mis cosas y ponerme de pie, seguida de Zayn.
Caminé a paso veloz, sin embargo aquello no se debía por la presión de llegar tarde a clases, sino porque comenzaba a asustarme la manera en la que empezaba a ver a quien más se acercaba a mi posible mejor amigo.
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Hello, hello ;)
Díganme, ¿qué es lo que creen que le pasó a Zayn? ¿Por qué está tan machucado el pobre? :(
Capítulo dedicado a la hermosa @drunkonyou_ <3
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Javi xx
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Undercover |malik/styles|
Fanfiction"¿Por qué yo?" preguntó con voz débil. "¿Acaso no lo sabes?" rió con ironía, y sin esperar una respuesta, continuó: "Es por tus padres". "¿Mis padres?" "Considéralo una especie de trueque: ellos me dan lo que quiero y yo les devuelvo a su hija sana...