Capítulo 35.

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Ya había perdido por completo la noción del tiempo y ya no tenía idea de hace cuánto había estado encerrada en este cuarto oscuro, sin embargo parecían siglos. Apenas tocaba las galletas de soda que Zayn iba a dejarme de vez en cuando. Nunca sabía si cerraba los ojos debido al sueño o a la fatiga, como tampoco sabía si los abría luego de un minuto o de tres horas. Ya estaba comenzando a desear que me mataran luego.

La puerta se abrió, causando que me sobresaltara y despertara de un sueño en que no sabía que estaba. Al momento de reconocer la silueta de Zayn acercándose a mí, de inmediato me arrastré hacia un rincón del cuarto y me hice un ovillo, comenzando a respirar con dificultad.

—Tranquila —susurró Zayn arrodillándose frente a mí.

—Déjame en paz —gimoteé al sentir sus manos tocando las mías y alejándolo de inmediato.

—Descuida, no te haré nada. Sólo estamos tú y yo.

Sus manos volvieron a tomar las mías, pero esta vez, por más que intentaba zafarme, me sostenía con fuerza y yo me encontraba más débil de lo normal. Le miré directo a los ojos. A pesar de la oscuridad, pude ver los contornos de su rostro y el brillo de su mirada. Una parte de mí quería confiar en él; escucharle; poder ver que aún quedaba algo del chico que me enamoré.

—Por favor... —susurró.

—¿Cómo sé que tú no intentarás violarme también? —musité sin despegar mis ojos de su rostro.

Zayn sólo me miró por un largo rato y suspiró mientras unía su frente a la mía. No pude evitar cerrar los ojos y relajarme un poco.

—No soy como Harry —murmuró; su aliento cayó en mis labios, lo que me estremeció por un segundo—. No soy como él, y eso es lo que estoy tratando de decirte, Scar. No hago esto por opción. Lo hago porque tengo ya media bala dentro del cráneo, y si desisto, muero.

—Claro, por eso dejas que me maten a mí.

—No te matarán, Scar —volvió a mirarme a los ojos—. Tus padres saben qué decir para liberarte, y si no lo hacen, yo te sacaré de aquí. No permitiré que te dañen, porque te amo.

Me quedé en silencio. Zayn nunca me había dicho que me amaba, y aunque no me podía permitir confiar en él tan rápidamente, mi corazón dio un vuelco y sentí que sus pequeñas piezas rotas comenzaban a juntarse lentamente.

—Sé que este no es el momento y el lugar para decirlo —continuó—, pero te amo y necesito que me escuches.

¿Podía hacer eso por él? ¿Sería capaz de escucharlo? No estaba tan segura de querer saber lo que saldría de sus labios, pero sonaba tan sincero... y yo era tan estúpida...

—Habla —dije.

Luego de un largo suspiro de su parte, comenzó a hacerlo.

—Creo que lo primero que debes saber, Scar, es que no tengo dieciocho, sino veinte años.

—Pero... pero... —apenas podía hablar—. ¿Cómo es que siquiera pudiste entrar en el instituto?

—Jeff se encargó de sobornar a la directora con unos varios millones de dólares. Harry también tiene veinte años, por cierto —se quedó en silencio un momento, como esperando a que yo dijese algo, sin embargo yo seguía callada—. Harry y yo vivíamos en un orfanato de Oxford hasta que cumplimos quince años. Nos conocimos desde prácticamente toda la vida. Mis padres murieron cuando yo tenía tres años y a Harry lo abandonaron cuando nació, así que ambos terminamos en ese lugar. Conocimos a Jeff cuando decidió sacarnos de ahí. Nos dio comida, ropa y un hogar aquí en Londres. Siempre fuimos más unas mascotas para él que cualquier cosa. No nos respetaba, no nos quería; ni siquiera sabíamos por qué nos había sacado del orfanato. Varias veces Harry y yo intentamos escaparnos de ahí, pero siempre terminaba encontrándonos porque era un jodido psicópata. Nos comenzó a usar para realizar robos, asaltos y tráficos de droga. Siempre nos hablaba de una familia Lemarie y cómo esperaba el momento en que cumplieras tu mayoría de edad para vengarse. Cuando por fin cumpliste dieciocho y era tiempo de escuela, Jeff nos contó todo lo que había pasado en Francia con tus padres y nos obligó a ser tus amigos para mantenerte vigilada y poder llevar a cabo un secuestro, así que nos inscribió en la escuela para asegurarse de que estuviéramos contigo la mayor parte del tiempo. Al principio, quise hacer lo del secuestro de la manera más profesional; no lo veía tan difícil: amigarse con una chica extraña de la escuela, ganarme su confianza y traerla hasta aquí. Sin embargo, cuando te vi la primera vez, de pie ahí junto a Harry..., eras tan bella, tan feliz, que por poco daba media vuelta y huía del país lo más rápido posible. Intenté quitarme tu sonrisa de la cabeza por varios fines de semana, pero, vamos, que dos días a la semana era muy poco tiempo para olvidar a la persona que veía cinco días consecutivos. Jamás le dije a Harry respecto a lo que me hacías sentir, pero él lo supo de inmediato. Había adoptado la misma perspicacia que Jeff, e incluso hasta la misma maldad. Si llegaba a decíserlo directamente y le decía que todo este plan me parecía una mierda, me matarían, y la verdad es que el dinero que Jeff nos había ofrecido si todo resultaba a la perfección en serio me hacía falta si quería por fin alejarme de Jeff. Podría tener una casa a la que llamar mía, porque todo lo que te mostré, aquella casa a la que fuimos, no era mía, sino de Jeff, al igual que la que Harry te mostró. Todas aquellas armas que viste en ese cuarto no son de defensa personal. La mayoría son robadas o fueron partícipes de grandes asesinatos.

—¿Y secuestros? —me atreví a preguntar, bajando la vista.

—No, Scar. Tú eres la primera en eso.

Zayn me observó en silencio y yo le observé igual. Su rostro estaba tan cerca del mío. Recordé todas las veces en que estuvimos así de cerca antes de fundirnos en un beso. Pero eso no pasaría hoy, ni quizás jamás.

—¿Sabes? —dijo—. Tuve varias peleas con Harry debido a todo esto. Yo sabía que él quería jugar contigo antes del secuestro, y me siento como un estúpido por jamás habértelo dicho. Yo sabía respecto a todas las veces que te había drogado: la noche del cumpleaños de Emma, la primera vez en casa de Harry, el día en que casi abusa de ti... ¡No sabes cuánto agradezco que jamás lo haya conseguido!

Se quedó un momento más en silencio, lo que me sirvió para procesar todo lo que estaba diciendo. Parecía tener sentido, pero, ¿en qué podía creer ahora? ¿Cuántas cosas más ha estado ocultándome? Me vieron la cara de tonta todo este tiempo, y me la creí, como solía creerme todo lo que la gente decía.

—¿Recuerdas aquella vez que fui a tu casa pero me sentía tan mal que tuve que irme? —preguntó, pero antes de que yo respondiera, él ya estaba continuando—. Aquel día Harry me recomendó drogarte; ése sería el día en que te secuestraría. Por un momento, me pareció buena idea y eché Roofies en tu jugo, pero cuando te vi. Tu sonrisa tan inocente... Tú no sabías nada; confiabas en mí. No pude. Por eso decidí cambiar tu vaso por el mío y bebí el jugo con la droga. Cuando los efectos comenzaron a presentarse, me fui rápidamente, Llegué a casa de Jeff, donde él y Harry me esperaban, con la cabeza a punto de explotar y apenas viendo el camino. Los dos estaban ahí, esperándote. Recuerdo que sólo fui capaz de negar antes de que Jeff me golpeara y yo cayera desmayado. Según lo que Harry me dijo cuando desperté, Jeff estaba muy molesto y él tuvo que frenar sus golpes. Te juro que ni siquiera en ese nivel me arrepentí de no haberte drogado.

Seguía sin saber si creerle o no. Cada vez más, una parte de mí se empeñaba en confiar en él, pero la otra parte de mí deseaba ser muy cuidadosa con respecto a lo que decía. Pero esos ojos... Aquellos sólo los había visto una vez y fue cuando nos besamos por primera vez.

—¿Cómo puedo estar tan segura de que ahora me dices la verdad?

—Sólo quería que lo supieras, Scar. No te obligaré a que vuelvas a confiar en mí. Ya escuchaste todo lo que quería decirte y eso es lo que me importa. Sé que te traicioné como jamás debí hacerlo y puede que comprenda que no me quieras ver otra vez. Te he mentido en muchas cosas, Scarlett, pero decirte que estoy realmente enamorado de ti no es una de ellas.

Y nuevamente ya estaba llorando, cansada, deshecha. Quería confiar en Zayn como jamás quise algo en el mundo, porque lo amaba como jamás amé. Sin embargo era tan difícil, quizás la cosa más difícil de mi vida. Lo amaba, y esperaba a que esto no fuera más que una pesadilla.

Zayn tomó mi rostro en sus manos y sus pulgares se encargaron de secar mis lágrimas.

—No te dejaré caer —susurró—. No de nuevo.

Un momento después, sus labios estaba en los míos, aunque sólo por un segundo, pues el sonido de unas voces y portazos ocasionaron que Zayn se alejase de mí otra vez. Dio media vuelta y se detuvo en la puerta.

—Te amo —susurró.

Salió rápidamente del cuarto, volviendo a dejarme en la oscuridad de mis propios pensamientos, atrapada en un dilema sobre si creerle a las acciones de mi secuestrador o a la voz del chico que acababa de salir por esa puerta.

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¿Le creen? Uuuuuuh, díganme qué opinan respecto a lo que Zayn le dijo a la pobre Scar, jeje♥. 

(Ni se imaginan lo que pasa en el próximo capítulo :x)

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