Capítulo 6.

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La puerta del casillero de Emma se cerró con fuerza a un lado de mi oído.

—Sigo sin creerte —acusó, seria.

—Em, ya te lo dije —resoplé, pues era como la cuarta vez que se lo decía y apenas la había visto desde hace diez minutos—: fuimos a un café y listo. Nada más pasó.

Y quise ahorrarme al cien por ciento los detalles sobre lo que había pasado ayer en casa. A Emma no le agradaba Zayn, y si pensaba siquiera en contárselo, armaría un lío gordo.

—¡No te creo! —bufó.

—Pues hazlo.

Tomé los cuadernos de mi casillero y comencé a caminar, con Emma siguiéndome el paso.

—Como sea —dijo—. ¿Sabes que se acerca mi cumpleaños, cierto?

—Por supuesto que lo sé, no seas tonta.

—Bien, porque te necesito para hacer los preparativos. Estaba pensando en, como cumpliré mi mayoría de edad, podría hacer algo diferente como, no sé, ¿una fiesta de disfraces?

—¿Oh, sí? Suena bien.

—Lo sé, ¿cierto? Invitaré a todo el instituto.

—Perfecto —sonreí sincera, pues todos eran bastante agradable, exceptuando unos diez que sabía que mi mejor amiga jamás invitaría.

—Pero será con acompañante.

—¡Eso ya no es perfecto! —me quejé.

—¿Por qué no? Yo pienso que es divertido.

—¿Sí? —la miré una vez que nos detuvimos frente a mi salón—. ¿A quién invitarás tú?

—Liam Payne, ¿lo conoces?

—Creo. ¿Estuvo en natación con nosotras hace un par de años?

—El mismo —sonrió con orgullo.

Ahora que lo recordaba, aquél era el tipo con el que últimamente Emma había estado hablando tanto. Había cambiado lo suficiente como para no reconocerlo a simple vista.

—¿Y yo a quién invito?

—¡Eso está claro! —rió. Yo fruncí las cejas; definitivamente no estaba tan claro como ella pensaba—. ¡Pues a Harry!

—¿Alguien dijo mi nombre?

Harry apareció a un lado mío. Tuve que alzar un poco la cabeza para poder mirarle a los ojos. Cada día que pasaba parecía ser más alto y diferente, pero era el mismo Harry Styles que había visto esta mañana yendo a buscarme a casa y que, como siempre, se perdía entre la multitud que las chicas formaban a su alrededor al llegar al estacionamiento.

—Sí —Emma respondió—. Scar me dijo que sería un honor si tú fueras su pareja en mi fiesta de disfraces.

—¿En serio? —Harry me miró.

—Um... —fue todo lo que fui capaz de decir.

—¡En serio! —exclamó Emma—. Uy, creo que debo irme. ¡Adiós, guapos!

Dio un beso en la palma de su mano, la cual agitó luego en nuestra dirección con su bonita sonrisa embalsamada de brillo labial de cereza, su favorito. La odiaba. Síp, en aquel preciso instante estaba queriendo matar (otra vez) a Emma Larson.
Miré a Harry algo incómoda y nerviosa al mismo tiempo, sin saber qué decir realmente. Si le decía que lo que Em dijo era mentira, sería una gran ofensa; y si le decía que sí quería ir con él, parecería una arrastrada mal vista.

Undercover |malik/styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora