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Capítulo 4.

Día miércoles y nuevamente había llegado al instituto con Harry, pues otra vez pasó por mí a casa. Según él, lo haría todos los días, cosa que a mí no me molestaba en absoluto; de hecho, lo encontraba agradable. Entramos al salón entre bromas, riendo y sin prestar atención de las miradas que nos intimidaban, o que, al menos, a mí me intimidaban. Zayn estaba ahí, a un lado de la ventana y charlando con tres tipos, los cuales se fueron una vez que nos acercamos sin decir una palabra.

—¿Y esos qué? —preguntó Harry.

—¿Por qué el mundo piensa que vendo dorga? —bufó Zayn, quien parecía en serio molesto.

—Ineptos —Harry rió sin ganas.

Dejé mi bolso encima de mi escritorio y me senté. En seguida Zayn se sentó a mi lado y Harry en el pupitre de adelante. El profesor apareció casi de la nada, tal como el resto de los alumnos, y la clase inició.

Cuando habían pasado apenas veinte minutos de inentendibles ejercicios de logaritmos, Zayn dejó un papelito doblado en dos encima de mi cuaderno. Miré a mi compañero, quien me miró de vuelta y asintió hacia el papel, esperando a que lo abriera. Así lo hice:

¿¿Harry y tú?? Aha ;)

Le respondí en el mismo papel:

Qué? No!!

Y él dijo:

¿¿Te gusta aunque sea??

Tardé unos momentos en responder:

Nope

Jamás vi un papel ser lanzado con tanta urgencia en mi vida:

Bien. Sales hoy conmigo??

Le miré confundida y algo sorprendida. Zayn puso los ojos en blanco y se inclinó a mí lo suficiente para susurrar:

—Sólo como amigos, claro.

No puedo negar que sentí un leve estremecimiento a través de mi espina dorsal al sentir su voz tan cerca de mi piel. Disimulé la sensación con una risa y guardando el papel mensajero en el bolsillo de mis jeans. Miré a Zayn de reojo y lo noté mirándome de vuelta, con sus codos apoyados en la mesa y rascando su nuca mientras sonreía. Mordí mi labio inferior para no sonreír yo también. Jamás en la vida un chico me había invitado a salir, pero había escuchado que hacerse de rogar solía funcionar, así que, ¿por qué no intentarlo? No todos los días te puedes regodear de que un Zayn Malik espere tu aceptación a una salida, aunque sea a una de amigos.

*

Salimos de la clase de Matemáticas y yo tomé rápidamente mis cosas. Zayn tomó mi brazo de forma delicada y yo volteé.

—Hey —dijo—, no has respondido.

—¿Qué cosa? —intenté reprimir la risita.

—Sabes de lo que hablo.

—Sí, supongo —me encogí de hombros, haciéndome la tonta—. Debo arreglar un par de cosas con Emma y te aviso, ¿vale?

—Eres mala —hizo un mohín.

—¡Nos vemos, chicos! —alcé la voz para que Harry me escuchara.

—¿Dónde vas? —preguntó el ojiverde.

—Debo sacar un libro de la biblioteca.

Caminé a la puerta, en donde me esperaba Emma, y juntas nos fuimos a la biblioteca. En todo el camino no dejó de hablarme sobre el profesor de Biología y su pésimo humor y el odio que le tiene a los alumnos y cómo le descuenta puntos por no dejarla hacer vida social en clases. Entramos en la biblioteca y en seguida Emma empezó a susurrarme de sus chismes y todo el asunto con el tipo al que le estaba hablando esta mañana. La verdad es que a duras penas le prestaba atención, ya que mi mente estaba demasiado ocupada pensando en la invitación de Zayn y si sería capaz de que Emma me diera un consejo apto de seguir. Arrastré los pies a través de los estantes, buscando libros que me hablaran sobre la Revolución Francesa. No aguanté más, suspiré a ojos cerrados y dije:

—Zayn me invitó a salir.

A juzgar por su mirada y por la velocidad en la que quedó muda, el asunto parecía ser mucho más grave que todo su drama con la fiesta de disfraces y el profesor de Biología juntos.

—Me estás jodiendo.

—Nop.

—Supongo que le has dicho que no.

—No le he dado respuesta —suspiré.

—¡Perfecto! Solito se dará cuenta de que no te interesa.

—Oh, por favor... Dijo que era en plan “amigos” —hice las comillas con los dedos.

—Claro, y después no intentará besarte ni manosearte.

—¡Emma! —susurré—. Deja tu paranoia.

—¿Por qué no sales con Harry?

—Porque... —la verdad no lo sabía.

—No te ha invitado, ¿cierto?

—Es mi... —resoplé—, ¿amigo? No lo sé, Em.

—Le preguntaré si quiere salir contigo.

—Ni se te ocurra, ¿vale?

—Harry es guapo.

Era increíble que a veces me cosquillearan las manos con ganas de abofetear a Emma para que dejara de entrometerse en estupideces. Llevé mi frente hasta el borde de un estante, dándome pequeños golpes de frustración.

—Entonces sal tú con él —dije.

—Pero está interesado en ti, lo sé.

—No seas tonta.

—No lo soy... ¿Has notado cómo te mira?

—Tuve suficiente —tomé un libro de historia universal y lo aferré fuerte a mi pecho—. Saldré con Zayn. Como amigos. Y si las cosas se ponen tan mal como crees que harán, llamaré a Harry.

—Ugh, haz lo que quieras.

—Lo haré, gracias.

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Es cortito, pero en seguida publicaré otro más :)

Javi xx.