VII

349 66 2
                                        


El resto de la semana transcurrió con normalidad.
Minho se había convertido en un pasajero habitual en nuestros viajes hacia la escuela y cada vez se llevaba mejor con los chicos.
Además se había unido al club de baile por lo que pasaba más tiempo junto a Félix.

─Hoy no iré con ustedes, ésta mañana llegó mi celo, tomé supresores pero los dolores no se detienen─dije mientras me metía bajo las sábanas.

─Está bien Hannie, no te preocupes, intenta no hacer movimientos bruscos y cualquier cosa que necesites nos llamas, ¿si?─dijo Félix al otro lado de la linea.
Pude oir como encendía el motor de su auto.

─Lo se, me lo repites en cada celo─rodé los ojos y sonreí.

─Y nunca me haces caso─casi lo puedo ver negar con la cabeza.

─Ya ya no me retes, vete o llegarás tarde─dije y corté.

Dejé el teléfono bajo la almohada y tapé mi cabeza con las sabanas.
Tenía pequeñas punzadas en el vientre, las cuales no dejaban que me levantara de la cama.

El resto de la mañana la pasé recostado.
Tenía hambre pero no quería levantarme y ninguno de mis padres se encontraba en casa para alimentarme.

Perfecto, creo que moriré de hambre.

Mi estómago rugió y decidí que ese era mi límite.
Me levanté lentamente, evitando hacer movimientos bruscos, y me paré usando de apoyo la mesita junto a la cama.
Justo en ese momento, una cabeza se asomó por mi ventana.

─Hola muñeco─dijo Minho mientras sonreía.

Suspiré y llevé una mano hacia mi pecho debido al susto.

─¿Qué haces aquí?─pregunté mientras respiraba hondo debido al repentino dolor.

─Félix me contó el porqué de tu ausencia y creí que necesitarías compañía, se que ninguno de tus padres llega hasta dentro de unas horas─dijo rascándose la cabeza mientras observaba el piso de madera.

Tragué saliva y sonreí.

─No hace falta Lino─reí un poco pero me detuve debido a una punzada en el vientre.

Minho dejó de sonreír y se metió por completo en mi habitación.
Se acercó y me sostuvo por la cintura.
Su característico y delicioso aroma me envolvió y me tranquilizó un poco.

─¿Estás bien? No te levantes─me guió hacia mi cama y me obligó a sentarme.

─Es que tengo hambre─hice un puchero.

─Me lo imaginaba─sonrió─ven, acuéstate y te haré algo de comer.

Minho acomodó las almohadas para que pudiera sentarme cómodamente y salió de mi habitación con una bolsa en su mano que no había notado que traía cuando entró.

Tomé mi teléfono y mandé un mensaje al chat que compartía con Félix y Hyunjin.

"Minho vino a mi casa para hacerme compañía,¿ustedes tuvieron algo que ver con esto?"

"Depende de como te sientas, si estás contento fue idea nuestra, si no lo estás, fue idea suya" respondió Hyunjin.

Rodé los ojos y respondí.

"Saben que no me gusta estar solo durante mi celo. No me molesta su compañía, pero aún no lo siento tan cercano como para estar juntos durante este tipo de momentos" respondí aunque no muy seguro de mi respuesta.

Minho había dejado de comportarse como un idiota luego del primer día de clase, aún no sabía el motivo de su repentino cambio de personalidad, pero en algún momento le preguntaré, solo debo encontrar el momento justo.

The Scent Of DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora