XI

341 59 1
                                        

Pov Jisung.

Al verme, Minho dejó caer el botiquín que traía entre sus manos.
Me acerqué y lo levanté, dejándolo con cuidado sobre la cama.

─¿Qué haces aquí?¿cómo entraste?¿estás bien?¿necesitas algo?─dijo aún sorprendido.

Reí ante su preocupación.

─Tranquilizate, vine para saber como estabas, y entré por la ventana, es más difícil de lo que parece, no se como lo haces─sonreí y di unos golpecitos al lugar junto a mi─ven, te ayudaré con esos golpes, es lo menos que puedo hacer.

Al ver que Minho no reaccionaba, me levanté y lo arrastré hacia la cama.
Abrí su botiquín y comencé a buscar alcohol y gasas.

Sentía la pesada mirada de Minho sobre mi, analizando cada movimiento que hacía.
Mis acciones se volvieron un poco más torpes.

Cuando al fin encontré lo que buscaba, remojé las gasas con el líquido y me giré hacia Minho.

─Quédate quieto,¿si?─dije mientras tomaba su mentón y hacia un poco de presión para girar su rostro levemente hacia la izquierda.

Limpié suavemente un corte que tenía en la ceja y le puse una pequeña bandita.
Luego limpié la herida que tenía en la esquina izquierda de su boca.
Al apoyar la gasa, Minho hizo una mueca de dolor.

─Lo siento lo siento, trataré de ser un poco más gentil─dije para luego soplar un poco de aire sobre la herida.

Era la primera vez que tenía a Minho tan cerca.
Traté de concentrarme solo en la herida, aunque era difícil, más aún al notar como me observaba.

Sentía sus ojos escaneando mi rostro, tomándose cada segundo posible para inspeccionar con cuidado cada centímetro.

─Listo, trata de no tocar la herida o podría infectarse,¿si?─dije guardando las cosas que había usado.

─Si mamá─dijo Minho sonriendo.

Negué riendo.

─Gracias por lo de hoy, aunque no hacía falta llegar hasta el extremo de la violencia, pero agradezco que me hayas defendido─dije sonriendo.

─No tienes que agradecer Jisung, no pude controlarme al escuchar como te llamó ese imbécil─su mandíbula se tensó.

Suspiré.

─Jeno no vale la pena Minho, trata de que no vuelva a ocurrir,¿si? Se que no es tu culpa que él se comporte así, pero no debes caer en su juego─dije.

─Lo sé, intentaré controlarme.

─¿Qué les dijo el director?¿qué castigo les puso?─pregunté.

Minho observó sus manos, sus nudillos se encontraban un poco rojos, tomó el anillo que tenía en el dedo índice y lo giró.

─Nos suspendieron por tres días─dijo evitando mi mirada.

─¿Sólo tres días?─pregunté y me apresuré a responder ante la mirada incrédula de Minho─no me malinterpretes, una suspensión es mala, pero en peleas pasadas el director nunca ha sido tan benevolente con los alumnos, recuerdo que hace 2 años suspendieron a dos chicos de último año durante dos semanas─me crucé de brazos─creo que no quedaron tan mal parados.

─Si puede ser─dijo encogiéndose de hombros.

La habitación quedó en silencio, ninguno de los dos sabía que decir.

─Jisung,¿qué fue lo que te hizo Jeno?─preguntó e inmediatamente agregó─no hace falta que me cuentes si no quieres, sólo tengo curiosidad.

Suspiré pesadamente y lo observé.

─Jeno fue mi novio hace un año y medio, yo tenía 15, casi 16 y el 17, el repitió de año, por eso se encuentra en nuestra misma clase. Al principio todo fue como en un sueño, me trataba como a un príncipe, pero luego de unos meses el comenzó a presionarme para que tengamos relaciones, yo era inexperto en esa área y tenía inseguridades con mi cuerpo, por lo que me negué─hice una pausa y lo observé, Minho tenía las manos en un puño, y sus nudillos antes rojos, se encontraban nuevamente blancos por la fuerza que ejercía.

Decidí continuar.

─Un día decidí ir a su casa de sorpresa, ya que había regresado de vacaciones unos días antes de lo esperado, pero la sorpresa me la llevé yo al ver que no se encontraba solo, si no que...─hice una pausa, aunque ya había pasado un tiempo, la herida seguía allí, incapaz de sanar completamente.

─Hey, no hace falta que me cuentes si no quieres Jisung, ya entendí, es un idiota─dijo Minho acercándose y posando una mano sobre mi espalda, haciendo pequeños círculos.

Sonreí.

─Está bien, solo que es algo que aún no supero del todo,¿entiendes? De todos modos quiero contarte─dije mirándolo.

Minho solo asintió pero su mano no dejó mi espalda en ningún momento, eso me reconfortó un poco.

─Bien,¿donde me quedé? Oh sí, toqué el timbre de su casa, pero el rostro que vi al abrirse la puerta no fue el de mi novio; Seungmin se encontraba allí, con el cabello desordenado y una camiseta 2 tallas más grandes, que reconocí ya que era la misma que le había obsequiado a Jeno para su cumpleaños─suspiré, aquella imagen me perseguía cada vez que me encontraba con mi primo.

─Jeno trató de arreglar su "error", y a pesar de que estaba herido, decidí darle una segunda oportunidad, lo se lo se, fui un idiota, pero era ingenuo y necesitado de amor. Unos dos meses después volvió a hacerlo, y ésta vez no pude soportar el dolor, así que decidí dejarlo, pero no ha dejado de molestarme desde aquel entonces─dije haciendo un gesto con la boca.

─Esos idiotas, ¿cómo se atreven a lastimarte así?─dijo frunciendo el ceño.

─Lo sé,¿verdad? Uno no puede prever éste tipo de situaciones, pero gracias a ese incidente me volví más precavido para con las personas a mi alrededor, me encerré dentro de un caparazón y dejaba salir lo que los demás querían ver, no mostraba mi verdadero yo a nadie por miedo a que vuelvan a lastimarme─lo observé─hasta que llegaste tú─sonreí.

Los movimientos de Minho sobre mi espalda se detuvieron.
Minho me observaba, su boca un poco abierta debido a la sorpresa que le había causado aquella simple pero reveladora oración.

Me acerqué a él y levante su barbilla levemente.
Su confusión aumentó.

─Gracias por lo de hoy Minho─dije para luego dejar un pequeño beso en su mejilla.

Sus orejas se tiñieron de rojo al instante.
Le sonreí y me alejé para irme por donde había llegado.

The Scent Of DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora