POV Minho.
Algo no estaba bien.
Podía sentirlo.Me levanté de mi asiento rápidamente y me dirigí hacia Seungmin a paso firme.
Lo tomé del brazo y tiré de él hacia los baños bajo la atenta mirada de mis compañeros de clase.
Agradecía que los profesores aún no habían llegado.Oía pisadas detrás de mí, sabía que se trataba de Felix y Hyunjin asi que solo aceleré mi paso sin mirar atrás.
Al llegar a los baños, aún sin soltar a Seungmin, hablé al aire.
—¡Si hay alguien aquí te quiero fuera en este instante!
Pasaron un par de segundos y nada.
Perfecto.Acorralé al omega en una esquina.
Oí la sorpresa en mis amigos.—¿Minho que...?—comenzó a decir Hyunjin.
Levanté una mano para callarlo.
Clavé mi mirada en la persona frente a mi.
—¿Tienes algo para decir?—pregunté en voz baja.
El pecho de Seungmin subía y bajaba con rapidez.
Sus ojos llenos de miedo.—N-no se de que e-estas hablando—dijo tartamudeando mientras se abrazaba a si mismo.
Suspiré tratando de controlarme.
—Te vi en el salón, tú sabes más de lo que dices, dime que esta sucediendo, no me hagas obligarte.
—¡Minho! Es suficiente—escuché decir a Felix mientras tiraba un poco de mi hombro, pero no me moví.
Giré mi cabeza levemente para observarlos.
—Algo esta sucediendo Felix, y estoy tratando de averiguar que es.
Lo oí bufar.
—No me interesa, no es manera de tratar a las personas, aunque no me guste Seungmin no lo trato mal, no te rebajes Minho—habló con voz suave—ahora, muévete.
Di dos pasos hacia el costado con cara de pocos amigos, dándole un poco de espacio a Seungmin quien nos observaba con miedo plasmado en sus oscuros ojos.
—No llegaremos a ningún lugar así, ¡Dime que está sucediendo Seungmin! Te lo suplico...—rogué mientras cerraba mis manos en puños a ambos lados de mi cuerpo.
Vi como el omega temblaba en su lugar.
—No puedo—susurró.
Tres pares de ojos se clavaron en él.
—¿A que te refieres?—preguntó Hyunjin.
—Él m-me amenazó—dijo en voz baja.
Un espantoso silencio cayó sobre todos nosotros.
Me giré sobre mis talones y me dirigí hacia la salida.
—¡Minho!¡Detente! Ni siquiera sabes a donde te diriges—dijo Félix intentando tomarme del brazo desesperadamente.
Me detuve frente a la salida.
Mi respiración se encontraba agitada y mi pecho subía y bajaba a toda velocidad.De pronto oí una voz frente a mi.
—Creo que yo puedo ayudar.
—
Pov Jisung.
Observé como se levantaba de su asiento y se acercaba lentamente hacia mi.
Su aroma a vainilla el cual me causa repulsión en cada lugar que lo encuentro me envolvió, haciendo que todos mis sentidos se pongan en alerta.—No sabía si vendrias Sungie—habló con voz baja mientras giraba alrededor de mi.
Clavé mis cortas uñas en las palmas de mis sudorosas y temblorosas manos en un insignificante intento de calmarme.
—No me llames así— susurré.
Un dejo de sorpresa y dolor cruzó su rostro.
—Solía gustarte que te llamara asi, podía ver tus ojos brillar con amor—dijo mientras tomaba mi barbilla con la punta de sus asperos dedos y elevaba mi rostro para que lo mirara.
Sus ojos cafés, del mismo color que los de Minho, penetraron hasta lo profundo de mi alma, allí donde mis oscuros recuerdos residían.
—Déjame en paz, ¿Qué más quieres de mi? Me tuviste y me hiciste añicos, me rompiste y nadie quiere un juguete roto, ¿acaso no te bastó con eso Jeno?—dije mientras golpeaba su mano a un lado para soltarme de su agarre.
Me giré y me dirigí hacia la puerta, fue un error haber venido.
¿En que estaba pensando?Jeno me tomó del brazo.
Intenté zafarme pero su fuerza aumentaba con cada movimiento que yo daba.
Lo observé con miedo.—¡Déjame ir!—supliqué.
Lo vi acercarse a mi.
Su cuerpo cerca del mío.—¿No quieres saber por qué viniste?—susurró en mi oído, haciendo que cada cabello de mi cuerpo se erice.
Me alejé para poder verlo a la cara.
—No me interesa nada de lo que tengas para decir, ahora, suéltame o gritaré, y juro por dios que lo haré—hablé con voz firme por primera vez desde que llegué.
Jeno me soltó.
—¿Entonces por qué has venido?¿acaso no te interesa saber sobre tu querido novio?¿no fue por él que has venido? Puedes hacer lo que quieras, eres libre de irte, pero una vez que cruces esa puerta perderás toda posibilidad de saberlo—dijo cruzándose de brazos.
—No me interesa—dije girándome de nuevo para caminar lo que restaba hacia la entrada.
Faltaba tan solo un metro cuando habló de nuevo.
—Es una lástima, ¿sabes? Realmente creo que deberías saberlo, despues de todo, ese tipo de personas siempre recaen, tendrías que estar preparado, pero bueno, ya has decidido no escucharme.
Me detuve en seco.
¿Qué?—¿Qué quisiste decir con ello?—pregunté aún dándole la espalda.
—Oh, nada nada, ve con cuidado—dijo con falsa simpatía impregnada en su voz.
Sabía lo que estaba haciendo.
Lo sabía muy bien.
Aún asi, luchando contra todos mis instintos, decidí darme la vuelta y sentarme donde el se encontraba minutos atrás.—Habla.
—A tus órdenes—dijo inclinando la cabeza mientras sonreía de lado.
¿En qué me metí?
—
Pov Minho.
Todos los presentes nos quedamos en silencio ante la súbita aparición de una persona en la entrada.
Era como si nos hubiesen encerrado en un cuarto antisonoro.—¿Tú?¿qué haces tú aquí? Deberías estar en clase—dijo Hyunjin rompiendo el silencio.
Jeongin sonrió.
—Ustedes deberían estar haciendo lo mismo, en cambio, los veo pasar casi corriendo frente a mi clase arrastrando a alguien a la fuerza, obviamente los iba a seguir, pude oler el enojo y el miedo a 50 metros—dijo apoyándose en el marco de la puerta—además, deberían estar felices de verme, se más de lo que ustedes creen, y eso incluye la ubicación de su amigo.
Lo observé confundido.
—¿Cómo lo sabes?—pregunté.
Jeongin me miró.
—¿Acaso eso importa? Se algo que ustedes no, asi que me necesitan, aunque no te guste Hyunjin, puedo ver tu cara de desaprobacion desde aquí.
Hyunjin abrió la boca para decir algo pero luego la cerró.
—No me interesa si a Hyunjin le gusta o no, no tenemos tiempo para esto ahora—me acerqué hasta Jeongin—dime donde esta Jisung.
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The Scent Of Destiny
Fiksi PenggemarAquél exquisito y dulce aroma me envolvió y penetró en lo más profundo de mis sentidos. Me desorientó. Me sedujo. Me enloqueció. El lobo en mi interior aullaba y gruñia. Estaba desesperado por salir y seguir aquella cautivadora esencia, y yo comenza...