XIII

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Luego de lo que pareció una eternidad Minho habló.

─Hyunjin no mentía cuando dijo que tenías voz de ángel─dijo apoyándose en el borde de la ventana.

Sentí la sangre acumularse en mis mejillas.
Espero que no lo note.

─¿Acaso hice que te sonrojaras?─dijo sonriendo.

Demonios.

─N-no, solo tengo calor, eso es todo─dije nervioso.

Calor.
Claro.
En invierno.
Estúpido.

Minho no dijo nada sobre mi respuesta.
Le agradecí mentalmente.

─¿Cantarás en la presentación de fin de año?─preguntó.

─Todos los alumnos de último año deben participar en la presentación,¿recuerdas? Aún si no quisiera debo hacerlo─dije rodando los ojos.

─Lo harás bien, tienes la voz más hermosa que haya escuchado─dijo mirando sus manos. Sus orejas se habían puesto un poco rojas.

Sonreí.

─Gracias,¿y tú? bailaras ¿no?─dije intentando concentrar la atención que estaba sobre mi, en algo más.

─Si, el club ya ha comenzado con las prácticas, Félix es muy buen bailarín, me sorprendió─dijo Minho.

Mi lobo interior gruñó ante la mención de mi amigo.
Mi mandíbula se tensó.
¿Qué demonios me pasa?

─Si, ha bailado desde muy pequeño, es natural que sea tan bueno─mire el marco de la ventana─debo irme, nos vemos mañana.

Me apresuré a cerrar la ventana y las cortinas.
Respiré hondo.

Suspiré.

No creí que se comportaría con normalidad.
Creo que lo que pasó en su casa no le afectó para nada.

Mi lobo se entristeció ante aquél pensamiento.

¿Acaso me ilusioné?

Agh soy un idiota.

Me acosté en la cama mirando el techo.
No estoy seguro de cuanto tiempo transcurrió hasta que escuché ruidos en la planta baja.
Mis padres habían llegado del trabajo.
Un tiempo después mi madre me llamó para que baje a comer.

─Estoy muy emocionada por lo de mañana─dijo mi madre.

─Debo limpiar y ordenar, no quiero dejar una mala impresión─dijo mi padre mientras se servía un poco de vino.

─¿Pasó algo de lo que no me enteré?¿viene alguien de visita?¿el abuelo?─pregunté curioso.

─¿Acaso no te contamos? Lo lamento cariño, a veces me emociono demasiado y se me olvidan cosas, mañana vendrán los vecinos a cenar, hemos estado coordinando y por fin encontramos el día perfecto─dijo mi madre sonriendo.

¿Qué?
Creí que habían olvidado aquello de generar una amistad con los vecinos.

─Oh,¿a que hora vendrán?─pregunté tragando saliva.

─Alrededor de las 7:30 pm, nos ayudarán a cocinar─mi madre me observó─ tú y Minho pueden pasar tiempo juntos, lo lamento cariño pero la cocina y tú no se llevan bien.

Frunci el ceño y bufé.
Tiene razón.

Durante el resto de la cena mis padres no dejaron de hablar sobre los vecinos, de lo que íbamos a cenar, de hasta que hora se iban a quedar, etc.

En cuanto a mi, no pude dejar de pensar en Minho.
Estaríamos horas juntos, seguramente en mi habitación.
Mi mente creaba miles de escenarios sin mi consentimiento.

The Scent Of DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora