III

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Reí nerviosamente y lo alejé un poco.

─¿Acaso esa línea te funciona? Que baja estan las expectativas de las personas hoy en día.

─Te sorprendería muñeco─dijo pasando junto a mi y bajando las escaleras.

Suspiré y bajé tras él.

Tras una hora de aburrimiento y algunas preguntas bastante incómodas que no quería responder, mis padres decidieron, al fin, volver a nuestra casa.

─¿Tenían que quedarse tanto tiempo? Creí que sólo ibamos a darles la bienvenida─dije quitándome las zapatillas y dejándolas junto a la puerta.

─Lo sentimos cariño, sabemos que no te llevas muy bien con las personas nuevas, pero no queríamos ser descorteses, además, creo que es nuestra oportunidad de hacer nuevas amistades, y tu también deberías hacer lo mismo, Minho parece un buen chico.

Rodé los ojos. Buen chico, ¡ja! Si supieran que en los cinco minutos a solas que tuvimos se me insinuó, a mi, a su bebé.

Si como sea, iré a dormir, bajaré cuando la cena esté lista.

Dicho aquello, me giré y subí las escaleras.
Al llegar a mi habitación cerré la puerta y me quite la camiseta.

─No creí que tendría un show privado tan pronto precioso, ¿los billetes te los doy ahora o cuando termines?

Al escuchar aquella voz, me apresuré a ponerme de nuevo la prenda.
Me acerqué a la ventana.
Minho me observaba divertido desde su ventana.

─¿Acaso me estás espiando? ¿Hacías eso con tus antiguos vecinos?

─Mi antigua vecina era una anciana solterona, no la mejor vista, ¿no crees?

─No te conozco, podrías ser un acosador o hasta un asesino, no necesito más problemas legales en mi vida, mis amigos son suficiente, ahora si me disculpas, tengo cosas que hacer, hasta nunca pervertido.

Cerré la ventana y corrí las cortinas.

─Adiós muñeco─le escuché decir.

Negué, hubiese preferido a la anciana solterona como vecina.

Suspiré y cuidando de que mis cortinas estén bien cerradas, me quité de nuevo la camiseta y me acosté mirando el techo.
Mis párpados caían lenta y pesadamente, hasta que todo se volvió negro.
"Minho mordisqueó mi cuello, mi espalda se curvó ante el toque y un gemido escapó de mis labios..."

Me desperté sobresaltado, ¿qué demonios acaba de suceder? ¿Tuve un sueño húmedo con aquél idiota? No puede ser.
Cubrí mi cara con las manos.
Parecía tan real.

─No, Jisung, concentrate, estás así porque esta bueno, eso es todo, es normal, además tu celo se acerca y las hormonas se disparan─me di una pequeña bofeteada para hacerme reaccionar.

De pronto su aroma se coló en mis pensamientos, y suspiré, como una tonta colegiala al ver a su crush.

Mi lobo interior luchaba por escapar, lo sentía intentando tomar el control, pero no lo dejaría, no aún, no ahora.

Suspiré y tomé el teléfono, tenía un mensaje de Félix:

"Pequeña zorra, recuerda que mañana pasaré por ti a las 7:30, Hyunjin nos esperará fuera de su casa así que no me hagas esperar, besos en el ano"

Negué y reí por su saludo, le conteste:

"Si, creo que es la décima vez que me lo dices idiota, y ugh no quiero que me beses el ano, soy demasiado para ti"

Observé la hora, las 9 pm, mi estómago rugió, creo que la cena estará lista pronto.
Me recosté a la espera del llamado de mi padre que ocurrió unos 10 minutos más tarde.
Bajé las escaleras casi corriendo, tenía hambre.
Me senté en la mesa esperando ansioso a que mi padre sirviera.

Durante la cena mis padres no pararon de hablar sobre los vecinos nuevos y lo amables que eran y de todos los planes que tenían y de los mejores amigos en los que se iban a convertir.
Personalmente dejé de escuchar cuando mencionaron la palabra "vecinos", no quería tener nada que ver con aquellas personas y menos con el odioso de Minho.

Al terminar, lavé los trastos y subí a mi habitación para organizar los cuadernos y útiles escolares que utilizaría mañana.
Pero primero tenía que encontrar la mochila, se que estaba por aquí en algún lado.
Luego de unos minutos la encontré debajo de la cama, la sacudi un poco y guardé las cosas.

Suspiré y observé la hora, las 10:30 pm, creí que era más tarde.
Para matar el tiempo decidí tomar una ducha, no tenía ganas de despertarme aún más temprano solo para eso.

Me dirigí al baño y abrí el agua, la dejé correr unos segundos hasta que la temperatura fuese la adecuada, me desvesti e ingrese a la ducha.

Al terminar volví a  mi cuarto con una toalla envuelta en la cintura y otra un poco más pequeña alrededor del cuello para evitar que las gotas del cabello mojaran el suelo o mi padre me asesinaria.

Decir que al entrar a mi cuarto y ver a Minho sentado en mi cama casi me da un ataque sería minimizar mi reacción.

─Bonita vista─dijo mirándome con descaro.

─ ¿¡Qué demonios haces en mi habitación?!─dije cerrando la puerta.

Se encogió de hombros.

─Estaba aburrido.

─¿Y? ¿Eso es excusa para meterte en propiedad privada? Sabes que puedo llamar a la policía, ¿verdad?

─Hazlo.

─¿Qué?

─Que lo hagas, llamalos─dijo acostandose en mi cama.

Me quedé helado, ¿acaso me esta incitando a meterlo en problemas?

─¿Quieres que llame a la policía?─dije frunciendo el ceño.

Asintió.

Tomé el teléfono y marqué el 911.
Minho se levantó rápido y me quitó el teléfono de las manos.

─¡Dame eso!─comencé a dar pequeños saltos intentando quitarle el aparato de las manos.

─Tranquila pequeña fiera, no creí que lo fueses a hacer de verdad.

Bajó el brazo y me devolvió el teléfono.
Lo tomé bruscamente y me alejé antes de que su aroma me nublara el juicio.

─Vete─dije recargándome sobre la pared.

Asintió y caminó hasta la ventana.

─¿Tú también lo sientes?─preguntó dándose la vuelta.

─¿Disculpa?─pregunté confundido.

Suspiró.

─Nada.

Antes de salir por completo de mi habitación observó el uniforme que se encontraba sobre el escritorio y sonrió.

─Mañana será un día interesante.

Y desapareció en la fría y oscura noche.

The Scent Of DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora