XXXIV

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Pov Hyunjin.

Luego de recibir aquél mensaje de texto por parte de Félix no pude tranquilizarme.
Estaba nervioso no voy a negarlo, pero también ansioso ya que realmente quería arreglar las cosas entre nosotros.

La mañana del domingo llegó con rapidez y con ella la desesperación.
¿Qué hago si Félix me odia? Ya no recuerdo como es mi vida sin el,¿cómo podría seguir adelante?

Las horas transcurrieron rápidamente y casi sin notarlo me encontraba de camino a aquél viejo parque.

Todo estaba exactamente igual a como lo recordaba, era como viajar al pasado.

Me senté en uno de los columpios a esperar, impaciente.

Unos diez minutos después lo sentí, su distintivo aroma a chocolate era inconfundible.

Se sentó en el columpio de mi derecha sin decir nada.

Luego de unos minutos de silencio, oí una suave risa a mi costado.

—No ha cambiado nada,¿verdad?—dijo el más bajo con una pequeña sonrisa.

—No, todo sigue exactamente igual desde hace años—respondí.

Félix me observó, con su sonrisa desapareciendo poco a poco.

—En realidad algo si cambió.

Observé a mi alrededor, buscando algo que sea diferente, pero no lograba encontrarlo.
Volví mi vista hacia él, quien miraba el suelo.

Suspiró.

—Nosotros Hyunjin, nosotros fuimos los que cambiamos.

Oh.

No sabía que decir ante ello.

—Yo...

—No hace falta que digas nada.

El silencio se instauró de nuevo entre los dos.
El sol desaparecía lentamente a lo lejos, dando lugar a las luces de la calle para alumbrarnos.

—Lo siento—dije por lo bajo.

—No tienes que pedir disculpas, yo debería hacerlo, me porte muy mal contigo, incluso te empujé por todos los cielos—dijo Félix cubriendo su rostro.

—Esta bien Lix, no estoy enojado.

—¿De verdad?—pregunto observándome entre sus dedos.

—De verdad—dije sonriendo.

Félix quitó sus pequeñas manos de su rostro y suspiró.

—Igual quería disculparme por eso, me quitaste un peso de los hombros, y quería dejar en claro que se que lo nuestro quedó en el pasado, no tienes que preocuparte por mi, no quiero que las cosas se vuelvan incómodas entre nosotros y con los chicos, no me lo perdonaría

—No, Félix, escucha, no fuerces el rechazo, dejar de sentir no es fácil, y no puedes hacerlo de la noche a la mañana, no te preocupes por como me sentiré yo o Minho o Jisung, debes preocuparte por ti mismo, nada de esto debe ser incómodo, solo es temporal, verás que un tiempo te olvidarás de mi, aunque bueno, soy irresistible, entiendo que te guste—dije bromeando, en un intento de alivianar el tenso ambiente.

Félix rió.

—Si lo que digas, ahora que te presto atención eres bastante feo, no se que vi en ti, que mal gusto tengo—dijo negando.

—¡Oye! Eso le dolió a mi ego—dije haciendo un pequeño puchero.

Félix me empujó, haciendo que cayera de espaldas sobre la tierra.

The Scent Of DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora