Me quedé parado allí por lo que creí horas.
Mi ropa comenzó a secarse al igual que las calles y las lágrimas de mis mejillas.Caminé lentamente hacia mi casa, tratando de entender que estaba ocurriendo.
Mis pensamientos eran un desastre, no tenía nada en claro, excepto una cosa, necesito llegar al fondo de esto.Entré con cuidado por la puerta principal, las luces se encontraban apagadas y en la casa reinaba el silencio, mis padres deben haber llegado hace tiempo.
Me quité los zapatos y los dejé a un lado.
Encendí la linterna de mi teléfono y subí lentamente las escaleras.
Al llegar a mi cuarto observé el pequeño reloj que se encontraba sobre la mesa junto a mi cama, las 2AM.
En verdad habían pasado horas.Me senté en el borde de la cama.
Mi cabeza daba vueltas.
Escondí el rostro entre las manos, tratando de detener el mareo.
Demonios.
No puedo hacer esto.
No de nuevo.Tomé el celular y busqué entre mis contactos a Felix.
Acerqué mi dedo hacia el botón de llamada pero me detuve.
No.
No debería hacerlo.
No debería molestarlo.Decidí enviarle un mensaje diciéndole que no me sentía bien y que no iría a la escuela.
Respiré hondo e intenté concentrarme, pero no podía quitarme la imagen de Minho bajando del auto de mi mente.
Se repetía una y otra vez, en un ciclo que parecía no tener fin.Me estaba volviendo loco.
Me recosté sobre la almohada y cerré mis ojos.
Sabía que no iba a poder dormir, ni siquiera intenté hacerlo.
Solo me quedé observando el techo hasta que vi los pequeños rayos de sol asomarse por mi ventana, pero no me levanté, sentía que estaba amarrado a la cama, amarrado por esa sensación de seguridad que me daba, a la esperanza de que todo haya sido un horrible sueño.Oí a mis padres caminar fuera de mi habitación, hablando en voz baja entre ellos, probablemente mi madre quejándose sobre como mi padre aún no sabía anudar su corbata pero haciéndolo por él como lo han hecho por años.
Respiré hondo.
Tratando de alejar las repentinas ganas de llorar que habían atacado mis ojos.Esperé a que la puerta de entrada se cerrara y junté fuerzas para levantarme.
Caminé lentamente hacia la salida de mi habitación pero me detuve debajo del marco de la puerta.
Giré levemente mi cabeza y observé la ventana.
Las cortinas se encontraban cerradas casi por completo, dejando un pequeño espacio en el medio por el que la luz parecía luchar para entrar.
¿Qué estará haciendo Minho?Sacudí la cabeza.
Intentando no pensar en él.
Al menos por ahora.Bajé las escaleras, tomé mis zapatillas y me las coloqué.
Felix había respondido a mi mensaje hace un par de segundos."¿Te sientes mal?¿necesitas algo? Puedo ir después de clases si quieres"
Sentí una punzada de culpa en la boca del estómago o quizás eran náuseas, no podría saberlo con exactitud.
Salí de casa con paso decidido.
Rogando que Minho no decidiera hacer lo mismo al mismo tiempo que yo, y suspiré con alivio cuando pasé frente a su casa y no había señal de él.
Mis hombros se relajaron por un segundo pero luego volvieron a su antiguo estado, sólidos como una roca.A medida que me acercaba a mi destino los síntomas del nerviosismo se hicieron presentes en toda mi persona.
Hasta un ciego podría haberlo notado.
Mis manos comenzaron a sudar y mi cabeza comenzó a dar vueltas.Me recosté sobre un árbol cercano e intenté controlar mi irregular respiración.
No puedo ser tan débil.
Me odio.
Me odio.Luego de unos minutos logré respirar con normalidad y continúe mi camino con las piernas temblorosas.
Llegué al viejo edificio con el que estaba familiarizado.
Para los adultos podría no ser más que una antigua cafetería que había cerrado hace algunos años, pero para los adolescentes era un lugar donde podíamos reunirnos y pasar el rato.
Había ido algunas veces con mis amigos.Entré por la improvisada puerta que se encontraba a un costado del edificio, evitando toparme con una de las tantas cajas amontonadas cerca de la entrada.
El lugar se encontraba como lo recordaba.
Sucio con una especie de orden desordenado.
Como si cada cosa tuviese su lugar designado pero aún así todo parecía al azar.
Excepto por una cosa.
Algo allí, al contrario de lo demás, lucía fuera de lugar.
Y hacía que los cabellos de mi nuca se erizaran.—Tu no deberías estar aquí—hablé con voz débil.
—
POV Minho.
Salí de casa esperando ver a Jisung haciendo lo mismo, pero me sorprendí al ver que no era así.
¿Se habrá quedado dormido?Tomé mi teléfono y lo llamé.
Nada.
Directo a la casilla de mensajes.Observé su ventana con preocupación.
¿Debería quedarme?Un fuerte ruido me devolvió a la realidad.
Era Félix.—¿Subirás o no?—preguntó ladeando la cabeza con gesto aburrido.
—Lo siento, si—dije abriendo la puerta y sentándome en el asiento trasero.
Le di una última mirada a la casa de mi novio con un mal sentimiento creciendo en el fondo de mi mente.Al cabo de unos minutos llegamos a casa de Hyunjin quien nos esperaba en la acera como de costumbre.
—¡Buenos dias!¿Cómo...?—se interrumpió al ver el asiento junto a mi vacío.
—¿Dónde esta Hannie?—preguntó observándome curioso.
Iba a hablar pero Felix me interrumpió.
—Me envío un mensaje en la noche de que no se sentía bien y no iría a la escuela—se encogió de hombros— quizás comió algo en mal estado, no sería extraño de su parte, deberías relajar el ceño Minho o las cejas te quedarán así—habló el pecoso mientras me daba una leve mirada a través del espejo retrovisor.
Automáticamente relajé mis músculos.
Felix tiene razón, no debería preocuparme tanto.Llegamos a la escuela y luego de aparcar el coche nos dirijimos al salón de clases ya que hoy había una especie de clase especial sobre las universidades o algo así, no lo recuerdo con exactitud.
Me senté en mi asiento y observé el lugar vacío a mi lado.
Era extraño no tenerlo junto a mi y oírlo burlarse de como el profesor Park caminaba junto a Hyunjin.Mis ojos recorrieron el lugar vagamente.
Hasta que algo llamó mi atención.
Un aroma en el aire.
Miedo.Busqué con la mirada a mi alrededor hasta que lo encontré.
Seungmin mordía sus uñas nerviosamente mientras revisaba el pequeño reloj que descansaba en su muñeca.
Era como si esperase que algo pasara.Iba a dejarlo pasar cuando uno de sus movimientos hizo que una alarma sonara en el fondo de mi mente.
Seungmin miraba ansiosamente un asiento vacío cerca suyo mientras tragaba saliva.
Aquél donde Jeno solía sentarse.
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The Scent Of Destiny
FanfictionAquél exquisito y dulce aroma me envolvió y penetró en lo más profundo de mis sentidos. Me desorientó. Me sedujo. Me enloqueció. El lobo en mi interior aullaba y gruñia. Estaba desesperado por salir y seguir aquella cautivadora esencia, y yo comenza...