XLI

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Advertencia: mención de de abuso sexual.

Desde aquél momento, Minho y yo decidimos que nos presentaríamos juntos en el festival de fin de año.
Y la reacción de Félix y Hyunjin no tuvo precio.

—Oh dios mío...¡Minho!¿Me abandonas?Creí que te presentarías junto a los demás miembros del club...—se quejó Félix haciendo un puchero.

—Pero yo nunca dije eso...—intentó aclarar Minho confundido.

—¡Minho me abandonó!¡Hyunjin! Haz algo—dijo Félix sacudiendo al más alto.

—¡Jisung! Devuelvele a Minho—exigió Hyunjin.

Parpadee confundido.

—¿Es mi novio?

—¡Pero es mi amigo! Los demás miembros del club son aburridos—se quejó Félix hablando un poco fuerte, ganándose algunas miradas de las personas de nuestro alrededor, algunos miembros del club.

—Oh aceptenlo—dijo hablandoles.

Luego de un poco más de drama por parte del pecoso, la situación se calmó un poco.

—Hyunjin,¿viste mi actuación? Debería haberme unido al club de teatro—dijo Félix con orgullo.

—Lees tres hojas de un guión y lo tiras a la basura—habló el más alto.

—Touche—respondió Félix—Entonces ustedes dos,¿qué harán?¿nos darán un adelanto? Digan que si, ahora tengo curiosidad.

—Nop, se aguantan hasta la feria—hablé cruzando los brazos.

Minho asintió dándo a entender que estaba de mi lado.

Hyunjin frunció el ceño.

—Son crueles.

—Si lo somos—dijo Minho sonriendo.

Félix y Hyunjin continuaron quejándose como niños a quien no les compran lo que quieren por un buen rato, pero mi atención se había enfocado en otro lado.

Sentía que alguien nos estaba observando.
Busqué con disimulo por la cafetería.
Al principio creí que lo había imaginado, pero luego me encontré con aquellos oscuros ojos, negros como el profundo océano, clavados en los míos.

Mi respiración se aceleró.
Podía sentir mi garganta secarse.
Y aunque quería alejar mi vista de allí, algo me decía que no lo haga, que no lo deje ganar, al menos esta vez.
Finalmente, cuando mis ojos comenzaron a picar y llenarse de lágrimas, el alejó la mirada con una pequeña sonrisa de lado.

Sentí como el aire invadió de nuevo mis pulmones.
Era como si hubiese aguantado la respiración todo el tiempo.

Una cálida mano envolvió la mía por debajo de la mesa y la apretó con suavidad.
Miré a mi derecha y mi vista cayó en los ojos café de Minho, que me invitaban a fundirme en ellos.

Sonreí.
Y Minho sonrió también.

Y de algún modo ese pequeño gesto me hizo sentir seguro, el miedo e incertidumbre que sentía hace unos momentos desaparecieron tan rápido como llegaron.

—Siento que estoy interrumpiendo algo importante pero no me importa, Hyunjin y yo nos vamos,¿los llevo o debería dejarlos aquí mientras se observan a los ojos hasta que se den cuenta de no hay nadie?—preguntó Félix apoyando las palmas de sus manos sobre la mesa y observandonos desde la altura.

Hyujin le dió un pequeño golpe en el brazo.

—Es romántico, déjalos.

—Me da náuseas, y quiero irme a dormir—contestó Félix.

The Scent Of DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora