Los golpes en la puerta de mi habitación me sobresaltaron.─¡Jisung! Hijo, son las 7:20 am, levántate o Félix te dejará aquí, tu padre y yo nos vamos.
Me levanté aún un poco desorientado en tiempo y espacio y bajé a desayunar.
Bebí el café lo más rápido posible, aunque mi garganta quemó un poco.
Dejé la taza en el fregadero y subí las escaleras casi corriendo.
Me vestí a la velocidad de la luz.Observé la hora, las 07:27.
Mierda.Corrí hacia el baño y me lave los dientes, las encías me sangraron por la fuerza que hice.
Me peiné o al menos lo intenté.Volví a mi habitación y tomé la mochila.
Mientras bajaba las escaleras escuché una bocina.
Me apresuré y tomé las zapatillas que se encontraban junto a la puerta y salí con ellas en la mano.
Si, salí descalzo, pero Félix es capaz de dejarme si lo hago esperar más de 1 minuto, ya lo ha hecho en el pasado.Cerré con llave y corrí hasta el auto.
─Un minuto más y te dejaba─dijo Félix saliendo del vecindario.
─Si lo sé y buenos días a ti también─dije colocándome el calzado.
Félix rodó los ojos.
─Buenos días,¿Listo para el primer día de nuestro último año? No puedo creer que al fin saldremos de esa pocilga─dijo mientras se detenía en un semáforo.
─Más que listo, no veo la hora de irme de aquí.
Félix asintió.
El viaje hasta la casa de Hyunjin transcurrió en silencio, excepto por la transmisión de radio que en ese momento anunciaba el pronóstico del clima del resto de la semana.
Al llegar a destino Hyunjin nos esperaba en la acera.
─Hola guapos─dijo mientras se subia al auto.
─Hola idiota─dijo Félix.
Hyunjin se llevó una mano al pecho.
─Yo te halago y ¿tú me tratas así?─fingió llorar.
─Ya ya deja tus dramas para el club de teatro.
Hyunjin se limpió una falsa lágrima.
─Aquí no me dejan ser yo mismo.
Reí por el dramatismo de mi amigo.
Siempre había sido así, por eso cuando nos contó que se había unido al club de teatro no fue una gran sorpresa.─¿Cuántos fueron presas de tus garras éste fin de semana Félix?
─Solamente 3, ¡Oh! eso me recuerda, uno de ellos me dio su número, quería dártelo pero lo perdi─dijo estacionando el auto.
─No te preocupes, aún tengo algunos de los que me diste hace 2 semanas─ dijo mientras se bajaba del vehículo.
Una vez que todos nos encontramos fuera del auto hicimos lo que hacemos todos los días antes de entrar a la escuela: inspección.
Revisamos nuestras apariencias.
Si hay algún detalle fuera de lugar lo arreglamos antes de que los demás alumnos nos vean.
Teníamos una reputación que mantener.Nuestro cerrado grupo era algo raro de ver, dos omegas y un alfa siendo amigos no era algo que se viera muy seguido.
Hyunjin y yo somos amigos desde la infancia, nuestros padres eran mejores amigos y nosotros seguimos sus pasos.
Félix se unió más tarde, llegó de Australia a los 12 años y desde ese momento fuimos inseparables.Félix me sacó de mis pensamientos.
─Vamos idiota, es hora de nuestra gran entrada.
Suspiré.
Ah si, este par de tontos se empeña en hacer una gran entrada cada primer día de clases, dicen que así tenemos más impacto en el alumnado y sorprendemos a los estudiantes nuevos.
Yo debía ir en el medio, no tengo entendido muy bien por qué, pero dijeron que era debido a que soy el más bajo y que parece que tengo guardaespaldas y eso es cool.
─Terminemos de una vez─dije abriendo la puerta.
El corredor principal estaba bastante lleno de personas, las cuales inmediatamente posaron sus ojos sobre nosotros.
Algunos rostros nuevos nos observaron curiosos y esperanzados, se notaba en el brillar de sus pupilas.
Se hicieron a un lado, dejando el espacio perfecto para que caminemos sin problemas.Al pasar junto a un grupo de chicas juro haber escuchado suspiros y es que a pesar de ser omegas, Félix y yo llamábamos la atención tanto de alfas y betas como de personas de nuestra misma clasificación.
Metí las manos en los bolsillos y sonreí un poco de lado.
Dejamos atrás la multitud y nos dirigimos hacia el salón destinado a los alumnos de último año, era uno un poco más amplio que los demás y con asientos más cómodos.
Tomamos los mismos lugares que teníamos el año pasado, cerca de la ventana y atrás de todo, donde los profesores no prestaban tanta atención y podíamos comer o hasta dormir si quisiéramos.
Félix y Hyunjin se sentaron juntos y yo me senté delante de ellos, debido a que los bancos eran dobles uno de nosotros siempre quedaba libre, este año me tocaba a mi.
Poco a poco el salón se fue llenando de personas, algunas omegas observaban a Hyunjin con admiración.
─¿Mark no está?¿Acaso se cambió de escuela?─pregunté curioso.
─Se mudó de nuevo a Canadá junto a sus padres, ¿no sabías? Es una lástima, siempre se unía a nosotros en los proyectos─dijo Hyunjin suspirando.
─Si es verdad, pero ya vendrá alguien mas─dijo Félix observando el salon─muchas personas quieren estar con nosotros, tenemos para elegir.
─No son un menú, idiota─dije pegándole en la cabeza.
Se sobó el lugar y abrió la boca para contestar pero fue interrumpido por el profesor Chan.
─Buenos días, antes de que se descontrolen y comiencen a preguntarme cosas sobre mis vacaciones, que con gusto voy a responder para que la mañana sea mucho más amena, y porque seamos sinceros nadie hace nada el primer día de clases, les tengo que presentar a su nuevo compañero, es un año mayor que ustedes, pero quiero que lo traten bien, ¿si? Sean amables.
El profesor salió del salón en busca del nuevo estudiante y la mayoría aprovechó para murmurar entre ellos.
─¿Creen que sea apuesto?─dijo una beta a sus amigas.
─No entiendo la fascinación con los estudiantes nuevos─dijo Félix golpeando la mesa con la yema de sus dedos.
─Lo mismo ocurrió contigo cuando llegaste─dijimos Hyunjin y yo al unísono.
─Es que yo soy especial─dijo Félix corriendo un cabello de su frente.
─Se te está pegando lo diva de Hyunjin─dije negando.
─¿Y eso es malo?─dijo Hyunjin haciéndose el ofendido.
En ese momento el profesor volvió al salón pero no estaba solo.
Un aroma peculiar atacó mis fosas nasales, un aroma que conocía...No.
No.
No.
No.
El universo definitivamente me odia.
─Denle la bienvenida a su nuevo compañero, Lee Minho.
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The Scent Of Destiny
FanfictionAquél exquisito y dulce aroma me envolvió y penetró en lo más profundo de mis sentidos. Me desorientó. Me sedujo. Me enloqueció. El lobo en mi interior aullaba y gruñia. Estaba desesperado por salir y seguir aquella cautivadora esencia, y yo comenza...