XVIII

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Lo que restaba del fin de semana pasó con rapidez, y el lunes llegó.

Me levanté al igual que todos los días, desayuné y esperé a Félix en la acera.
Me extrañó no ver a Minho junto a mi, nunca lo he visto llegar tarde o ausentarse, salvo los días donde estuvo suspendido.

Me subí al auto aún buscando a Minho con la vista.

—¿Sabes si le pasó algo a Minho?¿Te avisó si faltaría a la escuela?—pregunté a Félix mientras abrochaba el cinto de seguridad.

—No, ¿se habrá enfermado? No me avisó nada,¿deberíamos esperarlo?—preguntó girándose para verme.

—Quizás se resfrió, el sábado lo vi bailando en su habitación, con la ventana abierta, aún hace un poco de frío—dije frunciendo el ceño, preocupado.

—No te preocupes, podemos llamarlo luego, pero debemos irnos o Hyunjin nos matará—dijo poniendo en marcha el auto, dejando atrás el vecindario.

Jugué nerviosamente con mis manos.
¿Minho estará bien?

Al llegar a casa de Hyunjin, el ya nos estaba esperando, como de costumbre.

—Buenas noches, estaba a punto de irme en autobús—dijo con un puchero.

—Jinnie, llegamos tres minutos tarde, no seas dramático—dijo Félix negando.

—Ya, lo siento, ¿donde está Minho?—preguntó mirando hacia atrás.

—No sabemos, en el almuerzo lo llamaremos para preguntarle si sucedió algo—dijo Félix.

—Bien—asintió Hyunjin.

Yo solo asentí y observé por la ventana.
Algo dentro de mi me decía que bajara del auto y corriera hacia la casa de Minho.
Pero traté de ignorar ese sentimiento.

Las horas de clase transcurrieron con normalidad, pero fue extraño no tener a Minho a mi lado sonriendo cada vez que nuestras miradas se encontraban.

Al sonar la campana me apresuré a guardar mis cosas lo más rápido que pude, pero antes de poder salir del salón escuché que el profesor Chan me llamaba.

—Jisung, ¿puedes venir un momento por favor?

Me acerqué nervioso.

—¿Si?¿Sucedió algo?—pregunté.

—¿Sucedió algo con Minho? Es extraño que no venga a la escuela, es la primera vez que lo hace en dos meses—preguntó con el ceño fruncido.

—No lo sé, planeabamos llamarlo durante el almuerzo para preguntarle si todo estaba bien—dije bufando.

El profesor Chan sonrió.

—Parece que estas impaciente por llamarlo, ve, no te entretengo más, espero que nada grave haya ocurrido, ya puedes irte—hizo una seña con la mano para que me vaya.

Me fui un poco confundido hacia la cafetería, donde Hyunjin y Félix me esperaban.

—¿Qué quería el profesor Chan?—preguntó Hyunjin mientras tomaba las bandejas del almuerzo y me pasaba una.

—Preguntó sobre Minho—dije encogiéndome de hombros y tomando la bandeja.

Félix y Hyunjin se miraron.

—¿Estás bien? Desde esta mañana te noto extraño—dijo Félix posando una mano en mi hombro.

—Si, solo estoy preocupado por Minho, eso es todo—dije avanzando en la fila.

Nadie dijo nada más, aunque podía sentir sus miradas clavadas en mi.

Al terminar de recoger nuestros almuerzos, me apresuré hacia nuestra mesa para por fin llamar a Minho.

Las miradas de mis amigos eran cada vez más confusas.
¿No es normal preocuparse por un amigo?

—Nuestro Hannie esta impaciente—dijo Hyunjin riendo.

No me molesté en negarlo y tomé mi teléfono.
Busqué su contacto y marqué.
1.
2.
3.
4.
5 tonos y Minho no respondía.

—Quizás lo tiene en silencio, llámalo una vez más—sugirió Hyunjin.

Lo hice y la misma situación se repitió.

El sentimiento que tuve esta mañana volvió a aparecer.
No lo entendía.
Mi lobo parecía querer escapar de mi cuerpo.

—Ya, no lo molestemos más, quizás no quiere ser molestado, a veces tengo días así—sugirió Félix.

Hyunjin asintió y seguimos el almuerzo normalmente.

Mis amigos bromeaban y hablaban como siempre.
Yo no podía dejar de pensar en Minho.

Me apresuré a comer.
Quería irme lo más pronto posible.

Luego de lo que parecieron horas, mis amigos decidieron que ya era tiempo de irse, así que Félix nos dejó a cada uno en nuestra casa.

—Si sabes algo de Minho avísanos.

Asentí y me apresuré a entrar a mi casa.
Corrí hacia mi habitación y abrí la ventana.

En la habitación de enfrente todo parecía normal.
Excepto por algo.
Un aroma particular inundó mis sentidos.
Un aroma que conocía bien.

Respire hondo y sentí el latido de mi corazón acelerarse.
Mi respiración se hizo más pesada y mis manos comenzaron a sudar.

Esto no puede estar pasando.
No a mi.

Cerré la ventana y corrí al baño para intentar tranquilizarme.

Respira Jisung.
Inhala y exhala.

Tomé el teléfono que tenía en el bolsillo trasero de mi uniforme y llamé a Félix.
Espero que esté en su casa.

Un par de tonos más tarde escuché su voz.

"¿Hannie?¿Qué sucede?¿Sabes si le sucedió algo a Minho" preguntó curioso.

Tragué saliva y respondí.

"S-si, el...Yo" Suspiré.

"¿Qué sucede Jisung?" La preocupación se hizo presente en su voz.

"Minho está teniendo su celo"

Silencio.

"¿Félix?¿Sigues ahí?"pregunté.

"Sal de tu casa, ahora, junta tus cosas y esperame en la puerta, no es seguro que estés allí. No acepto un no, iré lo más rápido que pueda" dijo antes de cortar.

Se que Félix tiene razón.
Los alfas cuando están en su celo pueden volverse peligrosos, en especial si estan cerca de un omega, pero aún así, mi lobo suplicaba que me quedase, que vaya a su casa y lo cuide, como él hizo conmigo.

Negué.
No volveré a pasar por una situación así, no de nuevo.

Tomé la mochila de la escuela y un pequeño bolso donde guarde ropa y objetos personales.
Envié un mensaje a mis padres avisando que me quedaría en casa de Félix por un proyecto escolar.

Antes de salir de mi habitación, observé la ventana de Minho una vez más, esperando ver algo o verlo a él, pero nada.

Bajé las escaleras y esperé obedientemente a Félix.

Unos diez minutos después, un auto familiar aparcó frente a mi.
Aunque Félix no venía solo, Hyunjin estaba en el auto también.

—¿Hyunjin?¿Qué haces aquí?—pregunté.

—Lix me puso al tanto de la situación, ustedes váyanse, yo me quedare con él, sus padres no están y no es bueno que este solo—dijo bajando del auto mientras sonreía.

Un sentimiento agrio escaló por mi garganta mientras veía a mi amigo subir por el mismo árbol donde días antes Minho y yo nos habíamos besado.

—Jisung, sube—exigió Félix.

Bufando me subí al auto y me dejé llevar, pensando en que mi amigo pasaría la tarde con la persona que me gusta y resulta estar en su celo.

The Scent Of DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora