Capítulo 45

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—¿Lavaste tu plato? —preguntó Seonghwa desde la sala.

—¡Descubrí que hoy soy el que está haciendo todo! ¿Te estás burlando?

Bueno, el niño era tonto pero Seonghwa nunca se imaginó que tanto.

No era algo que intentaba ocultarle, pero bueno, Kang se había portado bien esa noche por lo que Seonghwa decidió no seguirle la pelea esa vez.

Así que, ofreciéndole una copa y una botella de vino, Park habló —No te enojes y ven a tomar conmigo.

Los ojos de Yeosang brillaron y se aseguró de apresurarse con los trastes sucios, corriendo de vuelta a la sala para sentarse con su mayor.

Miró la mesa del centro con atención, tomando con cuidado el pequeño marco con una vieja foto.

Foto la cual no le costó trabajo identificar de quienes se trataban.

—Hyung, ¿ese eres tú antes? No te pareces. ¿Esa es tu madre? ¿Y tu padre?

—Muerto.

La respuesta de Seonghwa salió disparada de la nada, haciendo sentir mal al menor por preguntar tanto.

Por lo que decidió ser sincero con el azabache.

—Mis padres siguen vivos, pero parece que murieron hace años... No les importa lo que yo... —alzó su mirada hacia Park, notando que lo miraba en silencio y con interés, sintiéndose nostálgico por los recuerdos de la última vez que alguien le prestaba real atención —. Para ser sincero, me divertí mucho hoy. No pensé que cocinar fuera tan divertido. Así que te perdono.

—¿Eh?

Park notó el sonrojo de su menor y el momento exacto de la íntima situación en la que estaban, por lo que interiormente se dijo que aquello era malo.

Solo había un sillón en su sala, por lo que no había escapatoria en caso de que a Yeosang le volviese a funcionar el cerebro, por lo que se redimió a esperar aquel momento.

Y no tuvo que esperar tanto ya que Kang pareció recobrar el sentido, abalanzándose al cuerpo del mayor para recostarlo sobre el sofá.

—Hyung, ¿ya olvidaste lo que dije en la playa? —preguntó Yeosang con su voz socarrona, posicionándose en medio del cuerpo del azabache —. Estamos solos en casa, ¿sabes lo que quiero, verdad?

—Hum... Travieso...

Entonces Seonghwa empujó al castaño, invirtiendo la posición. Ahora Kang estaba atrapado con el cuerpo de su mayor encima, poniéndose nervioso de repente.

—¿Eh? —fue lo único que pudo articular el menor.

—La curiosidad puede matar —susurró Park metiendo traviesamente una mano debajo de la playera de su menor, sintiendo la calidez que emanaba el estómago de Yeo —¿Solo quieres probar? ¿Sabes lo qué hay que hacer?

Seonghwa jugó con el botón del pantalón contrario, sacándole un suspiro asustado al otro chico.

Miró con atención las inocentes expresiones de Yeosang, sonriendo de lado y pensando que seguía siendo un niño.

Así que levantándose rápidamente del sillón, se estiró en el pasillo para irse a dormir.

—Me voy a dormir —dijo Park despidiéndose del menor.

—¿Tan temprano? Apenas son las 10 —se quejó Kang.

—No soy un joven de 18, deberías regresar. No te quedes.

Park se fue y Yeosang se quedó solo en el sillón, revisando su celular y notando que aunque quisiera irse, su auto ni siquiera estaba cerca y seguramente su hyung no le prestaría el suyo.

Así que no le quedó de otra que ignorar la petición de Hwa y acostarse sobre el viejo sofá, cubriéndose como pudo con sus brazos y así evitar pasar frío.

Pensó en lo que le pasaba últimamente. Después de ver detenidamente a su mayor notó que no era para nada feo, sintiéndose idiota por sus recientes pensamientos y sin notar que se había quedado dormido pensando en cierto azabache.


[...]


A la mañana siguiente, Seonghwa se levantó temprano y se dirigió a la cocina a tomar un vaso de agua.

El sol aún no salía por completo, pero el amanecer ya amenazaba por salir en cualquier momento.

Fue entonces que dejó de prestarle atención a su ventana para mirar exaltado su sillón al ver un extraño bulto ahí. Notando unos segundos después de que se trataba.

Miró con interés la posición de su menor cuando dormía, pensando que lucía realmente lindo con los labios entreabiertos y con un pequeño camino de saliva colgando.

Llevó desde su cuarto una sábana, cobijando con cuidado el cuerpo de Yeosang, notando como se acomodaba alegremente con el calor proporcionado.

Y entonces Seonghwa sonrió, sintiéndose extrañamente lleno en ese momento, susurrando para el mismo sus pensamientos.

—Nadie ha estado en mi casa en mucho tiempo...



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Doble actualización porque probablemente no pueda mañana

Tengo planeado actualizarles todos los días o cada dos, dependiendo de mi avance (que por cierto, ya casi acabo con esta historia)

¡Espero que tengan un súper lindo fin de semana!

- Ren 💛

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