Capítulo 48

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Hongjoong salió disparado de su casa, pero no sin antes tomar una de las bufandas del viejo estante al lado de la puerta.

Podía jurar que incluso corrió más rápido que en el festival escolar.

Porque no podía pasar ni un segundo más arrepintiéndose.

No tuvo que esperar nada ya que Mingi estaba justo en la acera del frente, esperándolo tranquilamente con un leve sonrojo en las mejillas.

El pelirrojo corrió hasta el más alto y se apresuró a colocarle la bufanda alrededor de su cuello, evitando la insistente mirada de su menor. Se aseguró de abrigar correctamente el cuello del castaño, ignorando que él mismo solo llevaba puesto un delgado suéter.

Miró con detenimiento los pequeños y brillantes ojos de Song, aquellos orbes lo miraban como si fuese la cosa más importante del mundo. Hongjoong acunó el rostro de Mingi, quien tomó con cariño aquel par de manos al sentir que estaban heladas, dando constantes caricias para hacerlo entrar en calor.

—Hongjoong... ¿Me buscabas... solo por los guantes? —susurró Song, provocando escalofríos al contrario al escuchar su nombre de repente.

Kim inhaló profundamente y reposó su cabeza en el pecho del castaño, preparándose mentalmente para soltar nada más y nada menos que la verdad.

—Lo siento —mencionó el pelirrojo —. No pensé en tus sentimientos y te dije palabras hirientes.

—Ah... No es eso...

—¡La verdad es que yo...! —interrumpió el más bajito —. Siempre soy cauteloso, solo pienso en mi cuando te digo que salgas con chicas, pero me miento a mi mismo. ¡La verdad es que soy muy inseguro de mi mismo! Y cada vez que te veo llevarte bien con una chica yo siento que... me dejarás a un lado. Por malas experiencias en el pasado, me volví así. No quiero pensar que eres malo, especialmente tú... En este último tiempo he tratado de no extrañarte. Vine a casa estos días porque no quiero estar en la escuela, porque sí me quedo ahí, solo me hará recordarte. Pensé que si me alejaba de ti, dejaría de quererte y me olvidaría de ti. Pero después de verte hoy, yo... me di cuenta de que no puedo hacerlo. No quiero dejarte ir.

Mingi abrazó a su mayor y cubrió su cuerpo todo lo que pudo con su gran abrigo, sintiendo como el pelirrojo sufría de pequeños espasmos por el frío.

—¿Entonces me lo dirás? —preguntó Song gentilmente.

—Bueno... yo...

Entonces Mingi separó desesperado el cuerpo de su mayor, tratando de reprimir su pequeña sonrisa y de eliminar su fuerte sonrojo.

Y miró a la perfección la expresión asombrada del más bajito junto a sus ojos cristalinos por las recientes lágrimas acumuladas, sintiéndose confiado por primera vez frente aquel chico.

—¡Quiero escucharte decir que te gusto! —gritó el castaño entusiasmado.

Y entonces la cara de Hongjoong se volvió igual de roja que su cabello.

—¡Olvídalo! De todos modos me entendiste —se apresuró a negar Kim.

—No entendí, dímelo.

—No, ¡no lo haré! ¡No!

—Hongjoong... —Song sujetó la cintura de su mayor, abrigándolo de nuevo dentro de su abrigo, pegándolo aún más a su cuerpo —. Dímelo.

Hongjoong sonrió derrotado, sabía que no le podía ganar a su menor cuando este se lo proponía.

Así que, abrazando al castaño por el cuello, mirándolo directamente hacia los ojos y con una gran sonrisa, dijo lo que Mingi tanto anhelaba desde el principio.

—Song Mingi, te quiero. ¿Serías mi novio?

Los ojos del más alto brillaron como nunca, y sonriendo como nunca antes, respondió lo más rápido que pudo —Sí.

Lo siguiente fue Hongjoong abrazándolo con todas sus fuerzas para luego, sin previo aviso, sentir como el mayor lo besaba. Era la primera vez que Kim tomaba la iniciativa, provocando que su corazón diera un salto contra su pecho.

Pasaron un par de segundos de esa manera hasta que el oxígeno comenzó a faltar en sus pulmones, teniendo que separarse inevitablemente.

Entonces juntaron sus frentes y se sonrieron mutuamente.

Lo que tanto habían anhelado había llegado.

Su largo camino juntos había comenzado junto a aquella brillante nevada.

Here U Are | minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora