Capítulo 18

673 125 8
                                    

—Hongjoong.

Al escuchar aquella voz, su cuerpo se tensó de inmediato girando lentamente como en una película de terror para mirar al chico con el que pensó que nunca volvería dirigirle la palabra.

—Seoho...

—¡Pues sí que eras tú! ¿Qué haces sentado ahí? Te vas a caer.

—Ya... —Kim hizo caso a la advertencia de su mayor, levantándose para acercarse al de ahora cabellos anaranjados —. ¡Hacía tiempo que no te veía! ¿Qué tal te va en la uni?

—Bueno, hacia un tiempo que no iba a clase. Los profesores tienen razón en molestarse tanto conmigo —comentó con pena Lee.

—¿Sigues tan ocupado como siempre con el trabajo? Con los cómics, me refiero.

—Ahora voy algo mejor. Dentro de poco voy a empezar a ir a más clases para compensar el año.

—Así que vas a volver a clases... Bueno pues si necesitas ayuda con cualquier, sólo dímelo, ¿sí?

—Muchas gracias, Joong. ¿Y tú qué haces por aquí sentado?

—Estoy... esperando a alguien. Un amigo mío está apunto de llegar.

No tenía ni la menor idea por la que había mentido de esa manera, pero ahí estaba, sonriendo como si no pasase nada mientras jugaba nerviosamente con su cuello.

Últimamente todo había sido difícil, y Hongjoong se estaba cansando de ello.

—Bueno, pues yo me voy ya —Seoho hizo el ademán de alejarse de una vez de él mientras agitaba rápidamente su mano en el aire, pero el grito del pelirrojo lo hizo detenerse un momento más.

—¡Seoho...!

El pelinaranja miró curioso a su menor, pero antes de poderle responder su celular sonó, teniendo que contestar inevitablemente.

—¿Hola? Dame un momento, Youngjo...

Ah... cierto...

Seoho ya tenía novio, Seoho estaba ocupado, Seoho ya no podía ser ni su amigo.

—¿Hongjoong, pasa algo? —preguntó el mayor al notar que el de lentes se había quedado estático por un momento.

A cambio, Kim tosió por lo bajo, reponiéndose del trance en el que había entrado al escuchar aquel nombre.

—Pareces algo cansado. No te olvides de descansar de vez en cuando —dijo con una gran sonrisa, fingiendo que todo estaba bien, como en la mayoría del tiempo.

—¡De acuerdo! ¡Nos vemos!

—Nos vemos...

Miró como su mayor se alejaba, notándose alegre al volver a hablar por teléfono con aquel chico que lo hacía feliz, dejándolo atrás con un vacío que ya no lograba manejar.

La soledad lo iba a matar tarde o temprano.

Para tratar de controlar sus desbordantes sentimientos, se dirigió al bar más cercano al campus, tomando trago por trago como si tuviese las horas contadas.

Torpemente sacó su móvil de su pantalón, buscando entre sus contactos favoritos el nombre de Seoho, decidiendo marcarle para terminar su pesadilla de una vez.



Mingi tocó la puerta del departamento de su mayor, con la esperanza de reparar su amistad, ya que, si era sincero, la compañía de Kim le hacía demasiada falta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





Mingi tocó la puerta del departamento de su mayor, con la esperanza de reparar su amistad, ya que, si era sincero, la compañía de Kim le hacía demasiada falta.

No sabía la razón por la que se había vuelto tan dependiente del pelirrojo, pero últimamente solo quería verlo y escucharlo hablar de cualquier tontería como lo hacía antes, quería que lo aconsejara y que le ayudase con sus tareas de matemáticas, solo quería tenerlo a su lado.

Y para cuando la puerta se abrió, para su desgracia, solamente lo recibió un adormilado rubio con acento extraño.

—Hola, ¿a quién buscas?

—Hongjoong.

—Ah, ha salido por ahí a beber. Seguramente vuelva tarde. Si quieres podrías llamarle.

Song se dió la media vuelta sin mencionar una palabra, dejando en el marco de la puerta a un confundido Bang, ya fuese por la actitud del más alto o simplemente por su sueño.

El castaño se alejó unos cuantos metros en cuanto su celular vibró, marcando en la pantalla el nombre del chico que con tanto fervor buscaba.

Así que sin tardarse un timbre más, contestó la llamada.

—Creo que soy un idiota... —fue lo primero que mencionó Kim, y sin saludarlo de entrada, dejándolo seguir —. Me había convencido de que no pensaría más en ti... y pensaba que ya te había superado... pero cuando te ví hoy... la verdad es que... ¿sabes...? Me gustas. Y me llevas gustando todo este tiempo...

—Hong...

—Eres distinto a los demás, Seoho...

Mingi se quedó en blanco.

No logró articular una respuesta ni una idea.

Miró el suelo con insistencia, sintiendo como su sangre de la nada comenzaba a hervir y sintiéndose lastimado. Pero sin darle tanta importancia a sus sentimientos, con un tono frío y directo, decidió enfrentar a su mayor.

O más bien, a su destino.

—¿En dónde estás?

Here U Are | minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora