Capítulo 08

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La reunión del club de debate terminó y todos comenzaron a levantarse de sus asientos, felices por el gran discurso de Choi, ya que los había convencido completamente a estar dentro de las actividades del club.

Los menores abandonaron el aula dejando solamente al rubio junto a a Kim adentro, quienes aún se encontraban ordenando ya que eran el presidente y el vicepresidente del club.

—Si aún no has comido, vente a comer conmigo —mencionó Hongjoong al recoger sus cosas.

—Okay, en un minuto. Necesito ir al baño antes.

Asintiendo silenciosamente, al terminar, ambos se dirigieron al baño, quedando el pelirrojo solo recargado en la pared que separaba los baños de las chicas con el de los chicos, escuchando inevitablemente la conversación de dos chicas de su club.

—¡Ay, Choi San es tan guapo! Es atento y formal... mi hombre ideal, vamos.

—¡Hay muchos chicos lindos en el club de debate!

El de gafas soltó una risita nasal, observando cómo luego su mejor amigo salía del baño, llamándolo rápidamente con su mano para que también escuchara aquella conversación.

—El presidente Choi y Hongjoong parecen llevarse tan bien... que hasta parece qué hay algo entre ellos.

—Como Hong-oppa es gay... ¿Me preguntó si el presidente también lo será?

—¡Ay no! Pero a San-oppa no le van esas cosas, ¿cierto?

Y entonces ambos chicos se empezaron a ahogar con sus propias salivas.

Estaban intentando aguantarse la risa por semejantes ideas. San solo quería entrar a aquel baño para mencionarle a las chicas que no era bueno hablar de nadie a sus espaldas, pero tosiendo un poco para tratar de respirar correctamente, las menores justo salían del baño, viéndose nerviosas de que las hayan escuchado.

—¡H-hola! —dijeron ambas al mismo tiempo.

—¿Todavía no se han marchado? Vayan con cuidado por la calle —mencionó Kim, sonando lo más casual posible.

—¡Nos vemos! —se despidió esta vez San, viendo como las dos se iban rápidamente murmurando nerviosas entre ellas.

—Así que resulta que nuestra relación es más especial de lo que pensábamos, dime, ¿quieres que nos besemos para reforzar la amistad? —dijo el pelirrojo jugando y aún riendo.

—Agh... Tampoco es para tanto que malentiendan la situación y piensen que somos pareja. Yo ni siquiera tengo tiempo para salir con nadie.

—No es raro que nuestro club tenga tantas chicas, ¡eres un bombón después de todo! ¡Pero ni siquiera te echas novia porque te pasas el día conmigo! Además nos llevamos "taaan bien".

—Te veo más alegre. Ya no estás tan tenso, ¿eh? —dijo Choi al notar el buen humor de su amigo.

—Ya, pero al fin y al cabo, ¿de qué sirve enfadarse con ellas? Además, sabes que no es cierto porque tú ni siquiera eres gay, así que todo esto no me podría importar menos —respondió el pelirrojo encogiéndose de hombros, sin notar que San había bajado la mirada por un momento al suelo, soltando una risita desganada por cierto comentario.

—¡Ah, es verdad! La semana pasada, la tarde de las entrevistas para el club... había un chico de primer año que te estaba buscando, ¿no? ¿Ha pasado algo? La verdad es que intimidaba un poco... —mencionó el rubio caminando hacia la salida, tratando de cambiar el tema de conversación.

Choi miró cómo Hongjoong de repente sonreía de la nada, haciendo que su aura se notara más alegre con el simple hecho de mencionar a aquel castaño, cosa que hizo que la intriga creciera dentro de él.

—¡Ah, él! Es que con esa cara... ¡Es una larga historia! La verdad es que al principio yo también le juzgaba por sus expresiones... Pero la verdad es que es bastante lindo... Quiero decir, dócil.

—¿En serio...? —preguntó juguetonamente el rubio, imaginando lo que pasaba, o más bien, lo que estaba por comenzar.

Iban caminando tranquilamente por el pasillo, hablando sobre su día y el club, pensando en lo que harían en el día siguiente y pasando el rato.

Todo era pacífico y alegre.

Hasta que cierto chico llegó junto a ellos.

—¡Hongjoong! Que coincidencia.

Kim giró los ojos y se dió la vuelta, poniendo una sonrisa totalmente falsa que Choi no pasó por desapercibida, alarmándose por la situación.

—¿Ustedes también acaban de salir de una reunión? ¿En qué club estás?

—Debate.

—Qué pena... Si hubiese sabido antes que estabas en el club de debate habría intentado hacerme miembro...

—Ah, jaja...

—¿Pensaban ir a comer algo? ¡Yo también! ¿Quieren venir a comer conmigo? Yo invito...

—Gracias, Dongju, pero ya hemos comido.

La respuesta del pelirrojo salió más rápida de lo normal y a kilómetros, San pudo notar que era una mentira, y una muy mal hecha. Pero antes de poder meterse, Hongjoong ya lo estaba arrastrando hacia la puerta de salida.

—Todavía nos quedan algunas cosas por hacer, así que mejor ve yendo tú, ¡nos vemos!

No dejó que el otro pelinegro se despidiera pues ya había corrido hacia afuera, tomando una buena distancia del instituto.

Una vez alejados de aquel lugar, Kim dejó de empujar al rubio, quien estaba más que confundido por la actitud evasiva del más bajito.

—¿Y ese era...?

—Un tipo del que me encargué cuando era asistente de grupo. Llevo unos días topándome con él de casualidad... Es todo muy raro.

—¿Pero le interesas o algo?

—Quien sabe... Espero que no.

—Ya te lo he dicho, parece que de ahora en adelante vas a tener suerte en tu vida amorosa —río el rubio, jugando con la mala suerte del de lentes.

—Menuda suerte de mierda. Me parece el típico chico que se te pega como una garrapata para sacarte información, y esa gente no me va, la verdad. Siendo sincero, hay veces en que me dan ganas de meterle un golpe en su cara.

San río un poco más y después miró con preocupación al otro, tratando de apoyarlo lo más que podía.

—¿Así que vas a seguir como siempre?

—Sí... He estado pensando... que seguir como siempre tampoco es tan malo, no cambia mucho la cosa. Me traería incluso menos problemas, y la verdad es que me quitaría mucho estrés de encima.

Haciendo una leve mueca, Choi abrazó por los hombros a su amigo, tratando de estar tranquilo por la respuesta del pelirrojo, sintiendo molestia dentro de sus sistema ya que entendía la razón por la que Hongjoong había dicho esas palabras con tanto cuidado, conociéndolo como la palma de su mano.

Al fin y al cabo él era solo su mejor amigo, así que lo apoyaría sin importar qué.

Here U Are | minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora