Capítulo 14

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—Ah, Hwanwoong, ¿no es ese de ahí uno de los de tu dormitorio? ¿Cómo se llamaba...? Song Mingi, o algo así, ¿no?

—¡Son Dongju, tienes buen ojo! Voy a ver en qué anda.

Yeo Hwanwoong no había tenido suficiente desde aquella noche en la que cierto pelirrojo lo avergonzó en frente de todo su grupo, por lo que aún buscaba alguna manera de vengarse por su orgullo, aunque su plan se viese fallido los últimos meses.

Con una de sus más grandes sonrisas se acercó al castaño en cuanto lo vió solo, tratando de aprovechar la situación para sacarle un poco de información acerca del gran Kim Hongjoong, ya que no era un secreto de que ambos estaban pasando mucho tiempo juntos.

Pero lo que no se imaginó Hwanwoong fue que en cuanto saludó al castaño, este se dió la media vuelta y salió de la piscina, dejándolo atrás sin dirigirle si quiera la mirada, sacándolo así de sus casillas y regresando enfadado con su amigo.

—¡Que se joda! ¿Qué demonios le pasa a ese idiota hijo de su re putí-

—Hwanwoong, deja de gritar groserías, por Dios, pareces un niño —se quejó Dongju al ver como el de cabellos morados se acercaba dando fuerte pisotones al suelo —. Te ignora y aún así intentas acercarte.

—¡No entiendes! He ido ha hablarle por educación.

—Sí, claro, y yo soy gay.

El chico también apodado como Xion estaba a punto de seguir regañando a Yeo, cuando un grito un tanto alejados de ellos le llamó la atención.

—¡Hey, Hongjoong-hyung, pásala!

El pelirrojo estaba, para su suerte, jugando a un par de metros alejados de ellos, sin percatarse realmente de su presencia.

Así que con una sonrisa de lado, decidió apresurarse para poner en marcha su plan.

Él no iba a fallar con Hwanwoong lo hizo.


—¡Ya son más de las nueve! Tendríamos que irnos ya, ¿no? —dijo Hongjoong asombrado por el rápido paso del tiempo

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—¡Ya son más de las nueve! Tendríamos que irnos ya, ¿no? —dijo Hongjoong asombrado por el rápido paso del tiempo.

—Puedes irte si quieres, hyung. ¡Nosotros vamos a seguir un rato más! —respondió alegre Yunho.

—Está bien entonces, me voy ya, ¡llámenme cuando quieran volver a jugar!

Kim se despidió de sus menores y le dió un vistazo a su alrededor, buscando a Mingi con la mirada, pero al no verlo llegó a la conclusión de que él ya se había ido antes.

Salió del agua y se dirigió a los cambiadores, encontrándose solo ya que la mayoría habían regresado a sus dormitorios.

Estaba a punto de salir en cuanto se cambió hasta que escuchó unas voces desde el exterior, deteniéndose al reconocer el tono de voz de quien se trataba.

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