Here U Are | minjoong

Capítulo 19

—¿En dónde estás?

—¿Pero qué dices? No me digas que estás pensando en venir por mí. ¡No hace falta! ¡Solo estoy un poquito borracho, nada más!

La cabeza de Hongjoong daba vueltas y no escuchaba bien lo que le decía el otro chico del otro lado de la línea, pero se sentía un tanto extraño porque la voz de Seoho se escuchaba diferente, pero solo lo asocio que era por el alcohol, por lo que siguió hablando entre hipidos.

—¡No tienes que preocuparte!

—¡Dime dónde estás!

Él le había gritado y se escuchaba molesto, cosa que era extraño ya que Lee nunca le había alzado la voz, por lo que no le quedó de otra más que responder.

—En el bar de la calle de atrás...

No necesitó decir una palabra más puesto a que el chico le había colgado, dejándolo con el celular pitando en su oreja, decidiendo recostarse sobre la mesa en lo que llegaba el pelinaranja.

A cambio, Mingi salió disparado hacia las escaleras de la salida, topándose con Jongho en el camino, quien no dudó en hablarle en cuanto lo vió.

—¿Mingi? ¿Vas a salir por algo de comer?

—¡Guárdamelo! —le gritó Song a la par que le aventaba su mochila al más bajito.

Estaba molesto.

[...]

—No... No puedo toparme con Seoho...

Hongjoong finalmente decidió levantarse rápidamente de su mesa caminando torpemente hacia su universidad, susurrando una y otra vez que no debía ver en ese estado a Seoho, ya que no podría soportarlo.

Iba tambaleándose con cada paso que hasta chocó con el pecho de alguien, obligándolo a mirar hacia arriba para pedir disculpas.

Pero lo que no se imaginó es que ese alguien fuese Song Mingi.

El castaño se veía sudado y agitado, como si estuviese corriendo hasta ese lugar, haciéndolo fruncir el ceño al no comprender la situación.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Kim molesto.

—¿Por qué has estado bebiendo?

—No te importa.

Hongjoong trató de pasarle de largo al más alto, pero sólo logró que Song lo sujetara con poca fuerza del brazo.

—¿A dónde vas?

—¡Déjame! —se zafó con fuerza del agarre, girándose entre tropezones para mirar de nuevo a Mingi —. No tiene nada que ver conti-

Su oración se detuvo al sentir como su pie se enredaba con el otro, haciéndolo tropezar inevitablemente. Pero una vez más, para su suerte o no, Mingi detuvo su caída sujetándolo desde su cadera.

Pero esta vez quedó muy cerca de su cuerpo, haciendo que Kim sintiera la calidez que emanaba su menor, para que finalmente terminara empujándolo con brusquedad para que lo soltase.

—Suéltame... ¿Tanto te preocupo...? ¡Menudo hipócrita! ¿En serio tú y tus amigos se aburren tanto como para jugar así con la gente? Vete a la mierda, ¿quieres? No me apetece verte la cara ahora mismo —soltó el más bajito con acidez, desahogándose un poco.

—¡¿Pero de qué estás hablando?!

Song había llegado hasta ahí, así que no se iba a rendir tan fácilmente.