Special 0.01

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—Eh... cielo... —murmuró Hongjoong.

—¿Sí?

—¿Por qué estamos frente a tu casa en vez del hotel?

—Porque nos vamos a quedar aquí —respondió Mingi como si nada.

Era el tan esperado fin de semana y ambos chicos decidieron dar una vuelta por Jeju de nuevo, esta vez con la excusa de que el menor tenía un asunto pendiente que atender en casa.

Y como Kim era tan buen novio se ofreció a acompañarlo.

Pero había un minúsculo detalle.

Jamás habían quedado de acuerdo en quedarse en la casa del señor Song.

—¿Q-Qué se supone que debo de decir en cuanto vea a tu papá? —preguntó nerviosamente el pelirrojo.

—¿Hm? Estará todo bien.

La sonrisa que el castaño le regaló le brindó un poco de confianza, más sin embargo estaba confundido.

¿A qué se refería con qué todo estaría bien?

Su mente era un caos, pero sin poder ordenar nada, ambos entraron sin prisas a la casa de Mingi.

—Papá, ¡ya llegamos! —habló el más alto desde la entrada.

Fue entonces que una figura familiar se asomó desde la cocina con una gran sonrisa.

—¡Bienvenidos! —recibió alegremente el señor Song.

—Hola, señor... —saludó con pena Hongjoong.

—Él es Kim Hongjoong —dijo Mingi sin agregar otro detalle.

—¡Oh! Eres muy guapo Hongjoong —Kim agradeció nervioso —. Siéntete como en casa. Pueden ver la televisión y descansar, el arroz casi está listo así que en un rato los llamo para comer.

El castaño asintió y llevó al pelirrojo hasta su cuarto.

Dejó con cuidado los dos bolsos con ropa sobre la cama, para luego girarse sobre sus talones para mirar a su mayor, notando que este seguía nervioso y sin saber cómo actuar.

Sintiendo el temor de su novio, Mingi abrazó con cuidado el cuerpo más pequeño, tratando de transmitirle paz y tranquilidad.

—¿Él... Tu papá sabe sobre nuestra relación? —murmuró Hong aferrándose fuertemente al cuerpo de su chico.

—Sí, y toda mi familia también lo sabe.

—¡¿Qué?! —gritó exaltado el mayor mientras se separaba del abrazo para mirar a la cara a Song —. Entonces... ¿ellos que dicen? ¿Lo... aceptan?

—Necesitan un poco más de tiempo para acostumbrarse —respondió el castaño poniendo sus manos sobre los hombros del Kim —. Pero está bien, los convenceré. No te preocupes por eso.

—Tonto. ¿Por qué no me dijiste antes? ¿Qué tal si tu familia y tú peleaban?

—Tarde o temprano tenían que saber, quería que te sintieras tranquilo.

—¡Min, Honggie, la comida está lista!

El grito de su padre interrumpió su conversación.

El castaño sonrió hacia el más bajito y tomó su mano para dirigirse al comedor, pero el pelirrojo se zafó del agarre y abrazó a su chico con todas sus fuerzas, enterrando con cariño su cabeza en el amplio pecho de su menor.

—Gracias.

Fue todo lo que mencionó Hongjoong, pero fue suficiente para que Mingi se sintiese el chico más orgulloso del mundo.

Su esfuerzo había valido la pena.

Dejando un cálido beso en la coronilla de Hongjoong, finalmente ambos salieron de aquel cuarto, sentándose tranquilamente para comer.

—¡Esto está delicioso! —gritó Hongjoong al probar el primer bocado.

—¡Me alegra que te guste! Escuché de Min que también eres de Jeju igual que su madre. Esta era la comida favorita de ella, así que me da gusto que la disfrutes —comentó el señor Song —. Y bien, ¿van a regresar a la escuela pronto?

—Sí, teníamos planeado volver mañana para ayudarle a un amigo a ensayar para el programa de fin de año, porque ya es en una semana y media —respondió el pelirrojo.

Entonces Mingi miró fijamente a su papá, enviándole un mensaje mental.

El mayor entrecerró sus ojos tratando de captar el mensaje, hasta que un foco imaginario se encendió arriba de su cabeza, sonriéndole entonces a su hijo mientras asentía eufóricamente.

—¿Por qué no se quedan en casa un tiempo más? —aquel comentario hizo que ambos chicos le prestaran atención —. Relájense unos días más, pueden irse juntos luego. Además, mañana se casa el primo de Min, vayamos los tres juntos.

—¿Eh? ¿Seguros que puedo ir yo también? —preguntó Kim asombrado, recibiendo armónicamente los asentimientos de los dos Song —. De acuerdo, muchas gracias.

Y mientras que el señor Song conversaba alegremente con el pelirrojo, Mingi simplemente celebraba mentalmente.

Su plan había sido un completo éxito.

Here U Are | minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora