Capítulo 46

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—Nunca más vuelvo a venir aquí.

—¿Solo porque no te dejaron tocar al gato de la dueña? ¿Es en serio, Min?

—No me lo iba a robar, por la pu-

—¡Minho!

Chris y Lee hablaban animadamente por las calles de Seúl mientras que Hongjoong se mantenía en el margen de la plática.

Los tres chicos decidieron pasar su última noche juntos antes de las vacaciones, ya que los dos amigos ya habían hecho planes con su familia durante un fin de semana.

Dejando inevitablemente atrás al pelirrojo que no tenía ni la menor idea de lo que haría sin los chicos.

—Vale, me iré primero entonces —mencionó Kim alejándose con una leve sonrisa en el rostro.

Pero, los serios comentarios de los otros dos chicos lo hicieron detenerse.

—Bueno, si vas a estar con una sonrisa fingida, mejor vete, incluso me da miedo verte así —mencionó Minho con los brazos cruzados y con un tono molesto.

—Somos tus amigos, es aburrido andar sin ti. Últimamente no has estado con nosotros —esta vez comentó Chan.

Hongjoong se dió la media vuelta y fingió ignorancia.

—¿De quién hablan? —preguntó con un tono burlón.

—De ti —Lee, quien siempre evitaba el contacto físico, se acercó hasta el pelirrojo, sujetando con gentileza su hombro —. No trates de engañar a tus amigos. Últimamente no nos miras a los ojos y cada día pareces menos feliz. Si no quieres decirnos, no nos digas, pero es doloroso verte fingir que estás bien.

—¡Es cierto! —gritó Bang con un puchero.

—Yo... —Hongjoong trató hablar, pero sus ojos se volvieron cristalinos, provocándole un nudo en la garganta.

Fue entonces que Minho lo abrazó, tratando de alivianar un poco su dolorosa carga, sabiendo perfectamente el cómo se sentía su amigo.

—Todo está bien, tus papis te aman mucho —soltó Lee con una risita y sin perder el momento para bromear.

Y ya que el humor se había vuelto tan íntimo en ese momento, Christopher no dudó en abalanzarse sobre sus dos amigos, uniéndose en el cálido abrazo que le brindaban al más bajito, soltando palabras de apoyo y provocando la risa del pelirrojo.

Entonces, fue inevitable para Hongjoong extrañar su hogar, decidiendo lo impensable de su parte.

Necesitaba volver a casa.


En Jeju, la nieve ya había comenzado a caer

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En Jeju, la nieve ya había comenzado a caer.

Las calles brillaban por aquellos copos blancos que cubrían cada centímetro de los suelos.

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