Capítulo 32

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Mingi iba caminando por el campus del instituto, cuando se topó a una conocida cabellera rubia.

"El tipo que siempre está con su Hongjoong" (o al menos así apodaba a Choi San), lo saludó con una leve sonrisa mientras cruzaban sus caminos, sin mencionar alguna palabra.

O al menos, hasta que la gentil voz del mayor se hizo escuchar en aquel solitario lugar.

—Ah, es cierto... Hongjoonggie se ha ido al bar —al mencionar el nombre del pelirrojo, Song se volteó para ver al chico, prestándole total atención —. No sé lo que ha pasado, pero parecía dispuesto a volver a beber mucho. Ya sabes que no resiste bien el alcohol.

El castaño se apresuró en volver en sus pasos para correr en dirección de aquel establecimiento.

Pero, antes de irse, la intriga lo invadió que lo hizo detenerse por un segundo.

—¿Y por qué... me dices esto?

San sonrió, y mirándolo con esos compresivos ojos, habló.

—Kim Hongjoong... Puede parecer despreocupado y temerario, pero en realidad es alguien muy sensible. Le da demasiadas vueltas a todo... y es por eso que normalmente le cuesta decidirse. Desde mi punto de vista, eres alguien muy importante para él.

Era alguien importante para Hongjoong.

La sola idea de imaginárselo le provocó escalofríos, y con un leve sonrojo, le sonrió levemente de vuelta al rubio.

—Perdona que te pida esto, pero por favor, tráelo de vuelta a casa —la voz de Choi salió decidida y sin titubear, transmitiéndole confianza al más alto, quien estaba listo para correr en cualquier instante.

—De acuerdo.



—¡Hace tiempo que no te veía! Tómate un par de ratos conmigo, ¿sí?

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—¡Hace tiempo que no te veía! Tómate un par de ratos conmigo, ¿sí?

—Dale. Pero si me emborrachas, tú te ocupas de llevarme a la uni.

—¡Lo que tú digas!

Seonghwa conversaba con un Hongjoong, quien recién llegaba a su bar.

Había pasado un tiempo desde que veía a su menor, por lo que decidió tomarse un tiempo de su servicio para acompañarlo un rato.

—¡Cierto! ¿Qué ha sido de ese chico que trajiste la última vez? ¿Por qué no ha venido contigo? —preguntó el azabache con curiosidad.

—Ah, es que... está ocupado...

Pero es que Kim era un libro abierto, y la mentira estaba pintada en su rostro.

Y como Seonghwa era conocido por ser tan perceptivo, no le costó ni dos segundos en imaginarse lo que sucedía con el pelirrojo.

—¿Qué pasa, es que le gustas o algo?

Here U Are | minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora