Here U Are | minjoong

Capítulo 26

Hongjoong trabajaba en su escritorio del dormitorio mientras escuchaba de fondo la pelea infantil que Minho y Chan tenían desde hace una hora y media.

Estaba a punto de soltar un comentario para aumentar la toxicidad entre aquel pleito que mantenían sus dos amigos cuando sonó su celular, mostrando en la pantalla el nombre de su madre.

Giró los ojos hastiado, extendiéndole con pesadez su móvil a Bang, quien lo miró con una ceja alzada.

—Vamos, Channie, haz lo tuyo.

—¿Qué? ¿Otra vez? —se quejó el rubio, pero aún así tomó el celular, respondiendo la llamada con ese tono eufórico que siempre utilizaba con la mayor —. ¡Hola, señora Kim! ¡Pues ha llamado en muy mal momento...! ¿Hong, dice? No está en estos momentos.

—¡¿Cómo es que nunca está cuando le llamo?! —se escuchó gritar desde el otro lado de la línea.

—Está bastante ocupado con la universidad, con todo lo del club y todo eso... Tampoco le veo todos los días, y siempre deja el móvil en el cuarto... ¿Disculpe? —el tono de Christopher se volvió preocupante, alarmando a Kim haciendo que ahora prestara más atención en la llamada —. ¿Que vuelva a casa este fin de semana?

—Dámelo.

Hongjoong le quitó el celular a su amigo, respondiendo finalmente con un tono exageradamente falso a su progenitora.

—Hola mamá, acabo de llegar al cuarto. ¿Qué pasa con eso de volver de repente a casa?

—Hongjoong, tu primo ha organizado una reunión familiar este viernes, y nos ha invitado a todos —mencionó la mayor.

Notó como Minho silabeaba "maldita descarada" al escuchar aquello, ya que el pelirrojo había puesto la llamada en altavoz. Y bueno, Lee no se equivocaba del todo.

—¿Ah sí? Mejor ve sin mí, es demasiada molestia tomar un avión hasta Jeju.

—¡No te has pasado por la casa desde que ha empezado el curso! ¡Ni siquiera en tus vacaciones has vuelto a casa! ¡No tengo ni idea de que ha sido de ti este año y medio! ¡Soy tu madre y quiero verte!

El de gafas suspiró por los regaños de su madre, pero sin fuerzas para seguir peleando, se redimió ante las palabras de la mujer.

—Está bien, estaré allí el viernes.

[...]

Hongjoong y su mejor amigo de la secundaria estaban jugando videojuegos en el cuarto del primer mencionado.

Ambos chicos acostumbraban a pasar la mayoría de su tiempo juntos, volviéndose cada día más inseparables, fortaleciendo también cada vez más los sentimientos del pelirrojo que en ese entonces tenía el cabello castaño natural.

—¡Toma eso! ¡He vuelto a ganar! —celebró Kim alegre.

—¡No puede ser!

El otro chico tiró en la cama a Hong, sosteniéndolo de los hombros mientras soltaba sus quejas encima de él, haciéndolo reír.

—Bueno estudiando y jugando videojuegos... ¡¿Es que no haces nada mal?!

—Es que soy muy genial, no lo puedo evitar.

—¡Tienes razón, eres genial! ¡Absolutamente increíble!

Aquel chico apretó con cariño las mejillas de Kim, sonrojándolo y provocando que se perdiera en los orbes contrarios.

Pasó un buen rato perdido en la mirada del chico que este se comenzó a incomodar.

—¿Por qué me miras así?

—Te miro así por lo guapo que eres.

—¿Qué pasa, te has enamorado de mí? —dijo de broma el otro chico.

—Sí. ¿Y tú? ¿Te gusto?

Por primera vez en su vida Kim había sido sincero.

Había logrado declararse, había logrado soltar lo que tanto se había guardado que incluso una sonrisa apareció fugazmente en su rostro.

Pero, al notar como su mejor amigo y crush se apartaba de él rápidamente mientras lo miraba con asco, así como apareció su sonrisa, desapareció.

—¿Qué dices...? ¿Lo estás diciendo en serio? ¿Eres gay?

Las palabras cayeron como un balde de agua fría.

Lo siguiente que recordaba era a su madre entrando lentamente al cuarto con una expresión que no pudo descifrar.

Y a partir de ese momento, su vida se había envuelto en una inmensa oscuridad.

[...]

El viernes había llegado, y él había llegado a Jeju.

Estaba afuera del complejo de departamentos en donde vivían sus padres, sosteniendo con fuerza la pequeña maleta que cargaba mientras miraba nervioso aquel edificio.

Desgraciadamente le tocaba volver a ese lugar.

—¿Hongjoong?

—Hey...

—Has vuelto... —habló su madre con una sonrisa. Sonrisa la cual el pelirrojo no pudo devolver.

—Sí... He vuelto.