Capítulo 10

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Con la mirada más indiferente que tenía, se adentró al baño a hacer sus necesidades.

Escuchaba los susurros de los dos chicos que lo miraban sin despegarle los ojos, haciéndolo sentir aún más incómodo.

Hongjoong escuchó como ambos hombres caminaban hacia él, preparándose mentalmente para cualquier escenario en el que se viera envuelto, tratando de mantener su lado pacifista a flote.

—Hey, amigo... ¿Quieres venirte a pasar un buen rato?

Uno de los chicos habló y apretó con su mano su trasero.

¿Qué significaba ser pacífico? Oh, ya no lo recordaba.

Mientras tanto, Mingi, ahora solo en la barra, esperaba impacientemente a su mayor, quien se estaba demorando más de lo normal, encendiendo su radar de preocupación con el pasar de los segundos.

Suspirando, se levantó del taburete para ir a la búsqueda del pelirrojo, yendo de lo más tranquilo a los baños del fondo a donde Kim había ido.

Tranquilidad que se le borró al entrar a ese lugar.

—¡Deja de llamarme "amigo"! ¡Váyanse a la mierda tu y ese "amigo" tuyo! ¡Vete a agarrarle el culo a tu madre!

—¡Puto enfermo! —gritó asustado un chico desconocido.

—¡Hijo de puta, me has arruinado la sudadera! ¡Voy a matarte! —dijo Hongjoong, abalanzándose una vez más al chico frente a él, golpeándolo sin parar.

—¡Vete y chúpasela a tu abuelo! ¡Déjame en paz!

Hongjoong, aquel pequeño chico que trataba a todo el mundo como si fuese un ángel, estaba gritando semejantes barbaridades mientras repartía puñetazos a dos chicos a la vez, sin ser controlado por nadie.

Entonces, cuando Song salió de su trance al ver esa agresiva faceta de su mayor, se encargó de tomar a uno de los chicos de la playera para azotarlo contra la pared para después patear al otro en el estómago, tirándolo al suelo con un solo golpe.

Colocó a Kim con delicadeza detrás suyo posicionándose frente al par de maleantes, mirándolos con enojo.

—Mingi... —susurró el de lentes, limpiándose luego la sangre en su labio, riendo por el refuerzo que acababa de llegar —. ¡Vamos, Mingi, destrózales las sudaderas que han roto la mía!

El pelirrojo gritaba todo aquello entusiasmado, ganándose el inmediato asentimiento de su menor, quien obedeció sin pensarlo.

Tomó al chico más alto del cuello de su playera, rompiéndosela por la mitad para luego comenzar a golpearlo, mientras que el otro chico... Bueno, el otro se había quedado noqueado en el suelo.

—¡Antes me pegó en la mandíbula! —entonces el castaño soltó un seco puñetazo en ese lugar —. ¡También me ha agarrado mi trasero!

—¿Con qué mano? —preguntó Mingi con su voz monótona.

—¡Con la izquierda! —y entonces Song apretó la mano izquierda del chico haciéndolo chillar de dolor.

El pelirrojo seguía animando a su menor para que siguiese golpeando al abusivo que lo manoseó, sin darse cuenta que ya había otros clientes observando la escena y que cierto chico había despertado del golpe que le habían propinado antes.

Él que había estado en el suelo se levantó tambaleándose, preparándose para ayudar a su compañero.

Kim se dió cuenta de aquello un par de segundos después, alertando a Song para que esquivara el golpe —¡Woah, Mingi! ¡Cuidado!

Here U Are | minjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora