Here U Are | minjoong

Capítulo 47

Eran las cuatro de la tarde y Hongjoong apenas había despertado.

Su cama era tan grande y cómoda que se había perdido la mañana entera dormido. Pero poco le pudo haber importado al recordar que ya no estaba en la universidad.

Sin apetito y sin reales ganas de levantarse, se dirigió hasta la sala para al menos saludar a sus progenitores, pero al salir se dió cuenta que la casa estaba vacía. Solo un plato con un sándwich y una nota de su madre avisándole que regresarían hasta tarde yacían en el comedor.

Kim miró su alrededor y detuvo su mirada en la ventana, notando que el cielo estaba lleno de nubes mientras que el sol las coloreaba de distintos colores cálidos, animándolo a salir a observar el paisaje.

Se comió el pequeño emparedado y se abrigó correctamente, saliendo de su hogar y caminando sin rumbo.

Después de recorrer unas cuantas cuadras, llegó al pequeño parque en el cual pasaba sus tardes de infancia con sus amigos, cuando todo era felicidad y no tenía problemas de por medio.

Con una sonrisa nostálgica se sentó en uno de los columpios, agradeciéndole a los dioses porque aquel lugar era muy poco concurrido a esas horas.

Pero, odió la soledad al recordar inevitablemente la razón por la que estaba en ese lugar en esos momentos.

Siempre había tenido confianza en sí mismo y siempre creía haber tenido la razón... Más sin embargo todas sus acciones habían afectado a la persona a la que menos quiso lastimar.

¿Cómo podía arreglarlo? Para empezar, ¿Mingi podía perdonarlo?

No lo sabía, pero pensar en eso, además de darle un terrible dolor de cabeza, le provocaba un duro nudo en la garganta.

—Hey~ ¡Por aquí!

La chillona voz de una pequeña niña lo sacó de su ensoñación, notando que ya no estaba solo en aquel área.

Miró como la pequeña y alguien muy parecido a Song jugaban a lanzarse bolas de nieve.

Siguió mirando al cielo hasta que se dió cuenta de la real situación.

Reaccionó por instinto y ahogando un grito levantó su mirada, mirando al chico frente a él. Solo tuvo que echarle un ojo a su ancha espalda para reconocerlo de inmediato.

El pelirrojo se levantó de inmediato del columpio, provocando un chirrido insoportable al empujarlo con fuerza, llamando la atención del castaño, quien abrió los ojos todo lo que pudo, sintiendo su cuerpo ridículamente tenso.

Ambos chicos se miraban con los nervios a flor de piel, pudiendo admirar el temor contrario aunque estuvieran un par de metros separados.

Ninguno de los dos daba un paso, ni siquiera retrocedían.

Parecían dos estatuas, esperando a que el otro hablara.

Entonces, tragando su propia saliva, Kim intentó articular una oración decente, pero sorpresivamente una bola de nieve fue lanzada a su rostro sin previo aviso.

—¿Entró en tus ojos? Déjame ver —dijo Mingi preocupado y acercándose a su hyung.

—No... no es nada —respondió Hongjoong sintiendo sus mejillas calientes por la repentina cercanía.

Sintió como su menor le quitaba la nieve de sus mejillas, notando que estaba siendo igual de cuidadoso que siempre.

Fue entonces que un repentino flashback chocó contra el cerebro del más bajito.