CAPITULO 28 | Competencia

224 17 0
                                    

DOS SEMANA DESPUÉS

Carla y Poché desayunaban juntas sentadas en el comedor del apartamento.

- Es un torneo muy importante. Serán cuatro semanas de viajes y competencias. Estas segura que vas a estar bien, que no tengo que preocuparme por nada – dijo Carla

- Si claro, no te preocupes. Oye no olvides los catálogos que te pedí, son muy importantes. - Carla se iba con su equipo de vóleibol a unas competencias de conferencia en varias ciudades del estado de la Florida con cede principal en Orlando. Poché tenía esas semanas sin saber de Calle. Sabía que seguía en Miami, haciendo sus compras. Lo sabía gracias a Germán con quien se había visto un par de veces mientras se toman un café y hablaban de moda, entre otras cosas. Él le hacia una que otra insinuación a la cual ella respondía con excusas de trabajo sin descartarlas por completo. En esos encuentros con German, Poché no podía dejar de pensar en Daniela y lo que todavía hacía Miami, seguramente no tenía tiempo para otras cosas. Le había dicho a su prima que le trajera revistas y catálogos de todas las tiendas que pudiera para ella también estar al tanto de lo que posiblemente Daniela veía, disfrutaba o compraba. En el fondo solo quería saber de ella. Ya que no le había escrito, ni llamado, ni nada. Sabía que le había dicho que solo quería ser su amiga, pero no era para que ni siquiera le hablara y se quedara a vivir en otro país. 

Poché ya tenía la confianza suficiente como para quedarse sola en el apartamento de su prima. Había comprado algo de ropa con un avance de sueldo que Julio Cesar le dio. Y había logrado ajustar algunas piezas con la maquina de coser que le prestó la vecina que su prima nunca había usado.   Ya conocía mejor la ciudad por lo que iba y venía sin miedo a perderse. Le gustaba el trabajo que hacía en la tienda. La tienda era otra desde que ella había cambiado las cosas de lugar y decorado las vitrinas con maniquís de chicas con figura sexy.  

- No lo olvidaré. Por cierto ¿Cómo sigue el Tío Juan Carlos?  –  preguntó Carla. 

- Creo que mejor - dijo con tristeza. El poquito dinero que su padre tenía guardado ya no le daba para sus medicinas, solo podían comprar comida. Valentina tuvo que trabajar en alguna cosa para conseguir las medicinas, por lo que tuvo que dejar la escuela esos días.  

- ¿Por qué no te los traes para acá mientras estoy de viaje? - era algo que pensaba constantemente pero no podía traerlos así nada más. Tenía que ver la forma en que no fueran una carga para su prima. Además, su trabajo apenas le daba para ayudar a pagar algunas cosas de la casa y comida para ella, ni siquiera podría pagar alquiler. Traerlos sin saber como los mantendría era apresurado. Por otro lado, no tendría la libertad de ejecutar su plan original. "Ya ni se si podré seguir con el dichoso plan original" pensó antes de responderle a su prima.

- Es pronto para eso Carla, no puedo traerlos a vivir aquí por unos días para luego decirles que tienen que regresarse al pueblo... mejor les mando algo de dinero para que vayan resolviendo las cosas básicas. Allá por lo menos tienen un techo propio y Vale puede seguir yendo a la escuela.

- Bueno... tu eres la que sabe. Ya se me hace tarde. Tengo que estar en la aeropuerto en una hora. - en ese preciso instante tocaron a la puerta. - Seguro es Julio Cesar... adiós prima, pórtate bien ¿Ok? Te aviso desde que llegue al aeropuerto de Miami - Carla le dio un abrazo, agarro su maleta, la arrastró hacía la puerta. Abrió la puerta y efectivamente era Julio Cesar. Saludó a Poché desde el umbral. 

- Buen viaje primis. Hasta luego Julio, hablamos en la tarde – se despidieron, luego se marcharon. 



*-*-*

Poché llegó a la tienda. Abel ya estaba desempacando unas cajas y Manuela estaba sentada frente a la caja registradora. Esos dos eran unos cascarrabias, pero siempre llegaban temprano, casi siempre antes que ella.

A CUALQUIER PRECIO | Caché |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora