CAPITULO 38 | Quiero Pizza

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POV - de Calle

- ¿Entonces que es lo que está pasando? – me preguntó Germán.

- Nada Papá - dije una vez entré en el salón de reuniones para encontrarnos con las Villa y mi padre no esperó ni un segundo para preguntarme.

- ¿Nada? - era obvio que si pasaba algo de lo que no quería hablar en ese momento. Germán me conocía demasiado bien. El hecho de que yo olvidara una junta tan importante con las Villa, clientes potenciales con quienes debiamos firmar un acuerdo el dia de ayer, no era algo para dejar pasar sin hacer las preguntas de lugar. Germán solo me miro con su ceño fruncido cuando me vió sentarme en mi lugar como si nada.

- Por favor vamos a firmar este acuerdo, no me hagas más preguntas - le supliqué a mi padre mientras revisaba la carpeta con los documentos que estaba frente a cada uno de los presentes.

Allí se encontraban todos los accionistas y por supuesto los socios mayoritarios Don Virgilio y su hijo Alberto. Los saludé y ocupé mi asiento.  Acababa de llegar de San Gil, dejé a Poché y a Vale en mi departamento y vine rápidamente a cumplir con este compromiso. 

Por suerte, las Villas llegaron justo detrás de mí. Había conversado con Laura la noche anterior para pedirle disculpas por mi falta de atención. Esa chica es realmente increíble, entendidió mis razones, aunque no le dije toda la verdad. Simplemente le conté que estaba acompañando a una amiga en un evento lamentable al que no podía faltar. 

- Buenas tardes, muchas gracias por estar aquí. - habló Germán dando la bienvenida. Las Villa se ganaron a los demás socios en un abrir y cerrar de ojos. Eran unas chicas demasiado talentodas. Su carisma e inteligencia se notaba a leguas. Olvidé la situacion de Poché y la muerte de su padre casi por completo durante la reunión. Firmamos el acuerdo y todos quedamos muy satisfechos. Acababamos de hacer un gran negocio. 

Me acerqué a Laura para agradecerle.

- Eres una gran empresaria, tienes a todos los socios encantados, gracias! -  susurré en su oido para que nadie más me escuchara. Mientras, Lucia se dedicaba a sellar el acuerdo con apretones de mano y frases motivadoras con los demás. 

- Todo esto es gracias a ti, yo solo ví una gran oportunidad Daniela - replicó ella en mi oido en un tono suave que me hizo estremecer. Aún no logro entender que es lo que tiene esta chica que hace reaccionar mi cuerpo en automático. Ella provoca que una sensación extraña recorra toda mi espina dorsal. Sacudí mi cabeza para alejar cualquier pensamiento inapropiado. Ahora eramos socias y nada más.

- Ahora me tengo que ir. Pero me gustaria que celebraramos ¿Quieren ir a cenar? No se pueden ir de Bogotá sin que hagamos algo -  dije para que Lucia tambien me escuchara.

- Claro, vamos a estar aquí toda la semana - dijo Lucia

- Me encantaria que me enseñes tu apartamento -  Luara habló solo para que yo la escuchara, con ese tono que cuasa estragos en cualquier ser con sangre en las venas. Aunque la idea de llevarla a mi apartamento me causó nerviosismo ¿Qué pasaría si Laura y Poché se conocieran?

- Laura ha sido un placer, creo que esto merece una celebración -  habló Germán, sacándome de mis conjeturas mentales. En ese preciso momento también se nos acercan Alberto y el señor Virgilio.

- Nos gustaría invitarlas a conocer la fabrica antes de que regresen a Miami -  soltó Alberto para mi sorpresa a la vez que coloca su mano en mi cintura para estar muy cerca a mi costado ¿Desde cuando el hacia publicidad a tejidos Calle? ¿Será que se ha confundido con todo lo que pasó en Miami? Su mano en mi cintura me pone más nerviosa... Creo que le di señales equivocadas en estas dos semanas que vivimos bajo el mismo techo. ¿Ahora cómo le digo que no me interesa llevar nuestra amistad al terreno romántico? Me limito a sonreir...

A CUALQUIER PRECIO | Caché |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora