CAPITULO 41 | Dimensión Paralela

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POV de Calle

Terminé de maquillarme y me veo al espejo para confirmar mi apariencia, me maquillé con cuidado, tenía que cubrir esas ojeras de mapache que ahora estaban en su mayor esplendor debido a todos los hechos recientes. La muerte de Juan Carlos el padre de Poché y la celebración del contrato con Las Villa, que aún no logro recordar cien por ciento como terminé inconciente en mi apartamento, empijamada y dormida junto a Laura.

Decidí ponerme un vestido semi-ceñido hasta mis rodillas, color rosa palo y rayitas blancas. Cuello tipo camisa que dejé desabotonado hasta mi escote y mangas tres cuarto hasta el codo. Era un vestido ideal para una conversación de negocios ya que tenía un corte tipo sastre y a la vez perfecto para distraer a cualquiera ya que me quedaba ajustado a la medida de mis curvas. Me siento que debo usar estas armas de distración para mi encuentro con Laura y mi padre en la oficina.

Al salir de mi habitación me encontré con las hermanas Garzón viendo la tele en la misma posición que estaban cuando decidí ir a mi habitación para darme una ducha, vestirme y poder salir a cumplir con mis funciones de gerente de las tiendas Calle. Una llamada de Germán adelantó mis planes de estar todo el día con Poché por si tenía otro ataque. Mientras más rápido le dijera a mi padre y a todos que tenía que ocuparme de las Garzón, mejor. Así que que fuí a darme una ducha y arreglarme. Es que yo soy así. Tengo que resolver todo rápido. Esperar no es lo mio. Soy impaciente e impulsiva, lo admito. Así que ya estaba lista para decirle a mi padre todo respecto a mi nueva amiga.

- Wao, estas increíble Calle - dijo la más pequeña de las hermanas. Sonreí y me les acerqué para despedirme. Poché estaba molesta. Ni siquiera me volteó a ver.

- Gracias Vale. - le agradecí a la pequeña, luego miré a Poche - ¿Poché? - le hablé pero ella seguía con su vista fija en la tele.

- No te preocupes, estaremos bien - me dijo sin desviar la vista de lo que sea que había en la pantalla.

- No voy a tardar, le diré a mi padre que no puedo quedarme en la tienda.

- ¡NO LO HAGAS! - esta vez Poché me miró directamente. Había un destecho en sus ojos que no lograba descifrar.

- ¿Por qué no? - me acerqué a ellas. Su reacción me causó sorpresa y estrés. No entender sus actitudes me causaba incomodidad y para mi era algo que tenía que enfrentar de inmediato. No toleraba no saber el por qué de aquello que se salía de mi control. Y Poché era el mayor enigma que afrontaba en mi vida.

- Solo no quiero que discutas con tu papá por mi culpa. De verdad vamos a estar bien te lo prometo.

- Calle no te procupes, con la mala noche que pasamos lo que queremos es dormir. No tienes que estar todo el tiempo cuidándonos, tienes que ir a trabajar, es tu responsabilidad. - agregó Valentina. Era increíble lo madura e inteligente que era esa niña.

- Esta bien. Por favor no salgan, ni le abran la puerta a ningún extraño. Poché espérame aquí, por favor - me acerqué para poder darle un beso en la mejilla. El simple contacto de mis labios con la piel de su mejilla, me transportaba a una dimensión paralela dónde solo existíamos ella y yo. Era posible que el contacto de mis labios con su piel haya durado un segundo pero en nuestro mundo paralelo pareciera una eternidad, la cual fue interrumpida por la voz de Vale.

- Aquí nos vas a encontrar Calle, aunque tenga que amarar a esta cabeza hueca a la pata del sillón cuando se quede dormida.

- Vale no te pases! - la regañó Poché sin poder evitar sonreir por su ocurrencia.

- Tampoco vayan a salir con el tal Julio no se qué ese, que las buscó anoche.

- Julio Cesar

- Whatever - rodé los ojos llena de fastidio.

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