complicidad

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Domingo en la mañana, todo tranquilo. Había despertado en la habitación donde dormía antes en casa de mi jefe. Me levante y fui al baño, tome mi teléfono y llame a mama.

Llamada:

- hola hija ¿cómo has estado?

- bien, trabajando ¿cómo sigue la abuela?

- bien. Esta igual, pero no podemos dejarla sola, regresaremos en una semana, para hablar. Creo que viviremos aquí mientras ella mejora

- mamá, no puedo. Mi trabajo, la universidad.

- ya hablaremos. Debo colgar el medico llegó.

- adiós mamá.

Fin de llamada*

Deje el teléfono en la cama y me dispuse a cambiar mi ropa, la puerta sonó y se abrió tras un "pase" Eva camino hasta mi aun con el pijama rosa y unas pantuflas blancas de conejo. Quise reír, pero por su cara no lo hice.

- tengo un gran problema - me senté en la cama - no sé si me vayas ayudar porque eres la novia de Damon.

- no soy su novia, además eso no importa. ¿qué sucede?

- bueno, si tienen sexo deben ser algo - Sonreí con ella, si el hermano la escuchara - promete que no le dirás nada.

- lo prometo. ¿qué sucede? - su cara demostraba temor - ¿estás embarazada?

- no - su cara fue trágica - Damon me mata, me revive y me vuelve a matar.

- Cuéntame

- hay un chico, se llama Coilen. Tiene 18 años y nos conocimos en Canadá, los padres del viven aquí - este se acostó en la cama - y él ha venido a visitarme. Aquí - gran problema.

- sabes que Damon te matara a ti y a él.

- necesito tu ayuda. Quiero verlo, pero no conozco este lugar y de seguro Damon va a querer mandarme con un gorila - no te metas Bella, me decía a mí misma. Tu jefe te va a matar - ayúdame. No sé a quién recurrir y tal vez no nos conozcamos, pero creo que eres buena amiga - eso me recordó a la vez que Amanda me hizo cubrirla dos días de sus padres.

- no lo sé Eva. Tu hermano se molestará si lo sabe - su cara era de decepción sabía que ella le temía a la bestia y no era para menos - Eva te voy ayudar, pero tendrá que ser cuando él no esté - la chica salto de mí cama y me abrazo.

- mil gracias. Y el saldrá ahora a una reunión.

- esperemos que salga. Vamos a bajar.

- muy bien. Gracias otra vez.

Ambas bajamos, la bestia estaba sentado en el sillón con unos papeles en la mano, nos miró y volvió a concentrarse en sus papeles. Ninguna le dio importancia, así pasamos a la cocina donde estaba Luz haciendo desayuno.

- hola Luz- esta nos miró y sonrió.

- veo que ya están juntas. ¿quieren comer? - Eva se sentó junto a mí.

- ya he encontrado el lugar perfecto para la fiesta- dijo en susurros - aunque no será una fiesta solo haremos una cena de máscaras - ¿qué diablos?

- nos van a matar - ¿se molestaría por una fiesta?

- ya no importa, no se va a morir por una cena.

- ¿se molestaría por una fiesta? - ambas me miraron.

- eso no es nada, Bella la última vez que le hicimos una reunión, grito por una semana y su mal humor fue detestable.

 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora