Ala oeste

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Aún era de noche, pensé que podía darle una respuesta a Damon, pero me había equivocado, todo lo que tenía que pensar, si me volvía la señora Smith nada sería igual. Tendría cosas que no me pertenecen, seria más de Damon, aunque la verdad soy completamente de él, por otra parte, estaba estos líos que se formaban, ¿y si le pasaba algo a Eva o a mí? ¿y si le pasa algo a mi familia? Le temía a todo, pero más le temía a llevar el apellido Smith. Damon estaba sumido en sus cosas. Subí a la habitación de Eva la cual estaba acostada.

- Eva ¿puedo pasar? - dije desde la puerta.

- si - abrí la puerta por completo - hola - la alegría de Eva no se sentía.

- ¿quieres comer helado?

- no.

- vamos Eva, nada va a pasar. Estaremos bien - esta se levantó de la cama - Damon está dispuesto a enseñarnos defensa, estaremos con guardaespaldas.

- si lo sé, pero no me gusta estar encerrada, no me gusta pensar que alguien quiere dañarnos. No sé cuál es la historia tras esto, pero debe ser horrible.

- yo tampoco - mentí - si vamos a estar presas que por lo menos sea haciendo algo productivo.

- moriré aquí.

- claro que no, ahora pon mucha atención que eres a la única que se lo contare.

- habla.

- tu hermano quiere que nos casemos - Eva abrió los ojos como platos y comenzó a dar brinquitos - calma, no le he dicho nada.

- ¿le dirás que si cierto?

- creo que sí.

- ya quiero sobrinos - esta mujer cambiaba de humor muy rápido.

- calma linda, vas muy rápido.

- bueno si vamos a estar encerrada hay que planear una boda.

- con Calma, si digo que si será algo muy pero muy pequeño. Mis padres no vendrán. No le diré, otra cosa antes de todo quiero que Damon nos enseñe a disparar y a defendernos.

- ¿cuando empezamos?

- cuando él diga.

- mientras ven, busquemos en internet el vestido que usaras.

- algo sencillo. Y oye espera a que diga que sí.

- di que sí, no sé qué tantas esperas.

- vamos a bajar - esta tomó una revista.

- ven, primero quiero que veamos el vestido.

- a ver - Eva pasaba las hojas una por una y cada vestido era más hermoso que el otro, pero era mucho lujo para mí y aun no Estaba segura de decir que sí.

- mira - el vestido de la foto era blanco con destellos dorados - ese no me gusta, mira este - paso la hoja y allí estaba un vestido color hueso largo y con un corte corazón con pedrería fina.

- Es ese - ambas nos miramos.

- ese me gusta.

- a mí también, vamos a llamar a la diseñadora.

- espera Eva, no hay dinero.

- ¿que? Obvio que sí, desde ahora no debes preocuparte por eso. No sabes cuánto dinero tiene Damon - era verdad es que ese hombre vivía en montañas de dinero.

- esto no me gusta, primero tengo que hablar con Damon.

- bien, igual yo hablare con la diseñadora.

- vamos a bajar - ambas fuimos hasta el despacho de la bestia - hola dije cuándo entré.

- hola - respondió este.

- queremos entrenar como un militar - Damon soltó los papeles y me miro.

- esto es idea tuya.

- en mi defensa solo diré que es lo mínimo que podemos hacer.

- vamos hermanito tu eres el mejor, puedes hacerlo.

- ¿de verdad?

- si.

- por completo.

- muy bien, llamare a la casa de tiro, empezaremos el lunes.

- sí señor.

- como mandé - no me di cuenta que Eva llevaba la revista en la mano.

- necesitó dinero para comprar el vestido.

- ¿qué vestido? - nos miró a las dos con cara de sorprendido.

- ning...- las palabras se quedaron en mí, miré a Eva con cara de poca leche.

- el de boda, no te lo mostrare. Solo firma un cheque.

- ¿boda? - su mirada fue a mí - Eva creo que tengo que hablar con Bella a solas - ¿porque Eva no se puede quedar callada?

- vale - esta salió dejándome sola con él.

- ¿cuándo piensas decirme?

- no sé, ni siquiera había decidido.

- ¿pero ya sabias cual vestido usarías?

- solo me gusto, no debes pagarlo.

- si te casas conmigo, tendrás que acostumbrarte a todo, puedo darme el lujo de pagarte los vestidos que yo quiera, lo que Eva pida, lo que tu necesites.

- sé que sí, pero, no estoy convencida.

- bueno piénsalo, igual firmar el cheque y lo dejare en blanco. Tengo que salir, ¿puedes quedarte aquí sin salir?

- está bien, me quedare con Eva.

- recuerda que puedes pedir lo que quieras.

- vale.

Damon salió de la oficina y yo me quede, era como si todo lo que no había deseado me hubiera caído de regalo, No me había detenido a ver este despacho, las veces que había estado aquí me distraía el sexo. Había tantos libros, una cómoda con varias botellas de whisky de todas las marcas. Un sillón grande y un cuadro blanco con manchas negras, aunque la casa tenía muchos cuadros de pintores reconocidos había uno que me llamaba la atención, el de muchos colores que estaba cerca de las escaleras, recuerdo que lo vi el fin de semana que me quede aquí por primera vez. Salí de allí y camine por todo el lugar, por la situación que estaba pasando Eva no viviría aún en la casa de huésped. Recorrido toda la casa nuevamente, era algo tan lindo, parecía un castillo, pero muy en el fondo era sombrío, no se cuánto tiempo pase así, de un lado al otro. Camine hasta el ala oeste de la casa, la puerta de la única habitación que estaba allí se encontraba abierta. " no entres" me gritaba la conciencia, pero mi curiosidad era más grande. Mire escaleras abajo y no se veía nadie así que entre.

Las luces estaban apagadas, busqué con dificultad en encendedor, encendí la luz... El lugar era como un altar, había cuadros en las paredes iguales que el de abajo, una pared de fotos y documentales, una repisa con trofeos y dedicatorias, medallas de honor. Tantas cosas, mapas, armas, un retrato rasgado. Camine hasta la pared de foto, los documentales de periódico que se encontraban en la parte de arriba hablan de una explosión y niños muertos. Cada vez que veía a una hoja en el corazón se ponía chiquito, justo cuando iba abrir una caja que estaba en la mesita la voz de Damon retumbó en mis oídos.

- ¿que haces aquí?

 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora