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Me coloqué el vestido que Eva había elegido para mí en la tienda. Era rojo descubierto en la espalda y unos tacones gris plomo, hice una cola en mi cabello, pinté un poco mis labios. Damon se había colocado un traje azul rey, se veía hermoso. Estaba enamorada por completo.

Ambos salimos de la casa en el auto nuevo, y muchos guardaespaldas en otros autos, las cosas se habían calmado un poco pero, siempre llegaban unas que otras amenaza, Daniell no aprecia por ningún lado y si él era el causante de todo este caos, Damon lo haría pagar.
Llegamos a una villa hermosa, mi bestia tenía una gran sonrisa, su felicidad era la mía.

- ven, vamos a divertirnos- nos bajamos del auto.

- ¿qué hacemos aquí? - si era hermosa esa villa, su jardín me tenía enamorada. - es un lugar hermoso.

- espera que la veas por dentro -me imagina que ya había estado aquí antes. - es la casa de Matteo

- ¿Jugaremos con ellos? - Damon me giño un ojo, me extendió y entramos a la casa. Realmente era hermosa, sus ventanas eran altas y la puerta blanca era un sueño.

Alguien nos abrió la puerta, un hombre de mediana edad con traje de mayordomo. Saludo a mi bestia con un movimiento de cabeza y entramos, por dentro la casa era más hermosa, tenía un salón maravilloso, con muebles blancos a jugó con las cortinas, una mesa en medio de vidrio con unas flores rojas. Lámparas doradas que caían del techo. A mi lado izquierdo había una gran televisión con un mueble largo color hueso, más adelante una chimenea con dos sillas bajas marrones y una lámpara en medio, la casa de Damon era grande y parecía un castillo, pero esta casa me gustaba, tenía algo que no sabía que era. No me di cuenta que Matteo estaba allí con su esposa.

- hola, bienvenida a mi casa Bella - dijo este mirándome. Llevaba un traje negro sin corbata - sigue adelante.

- es fabulosa - dije caminando con ellos. Faltaban cuadros, quizás uno o dos. El corredor era blanco con una sola pared en naranja, más adelante otro salón con un comedor grandes de madera - gracias por recibirnos - la esposa de Matteo nos miró.

- eres bienvenida cuando quieras - esta casa es tuya - dijo mientras caminaba a mí. Tiana llevaba un vestido verde de mangas - ven te muestro el jardín trasero - camine tras ella, mientras que Damon y Matteo se servían whisky - mira - abrió un ventanal tan grande, afuera había un jardín indescriptible, una mesa con sillas, sillas de reposó extendidas en la orilla de una piscina redonda - aquí prenden unas luces azules - me indico mientras tocaba un interruptor - ve - todo se alumbró más, y las flores parecían abrirse de a poco - me encantaba esa casa.

- siento que te gusta esta casa - dijo mi bestia a mi oído, no sé de dónde salió - es linda ¿Cierto?

- sí, me estoy enamorando de ella, tienen buen gusto - Matteo sonrió.

- es una casa para jugar, vivimos en un apartamento al otro lado de la ciudad - una casa tan hermosa en abandono.

- me han indicado que la cena está lista, vamos - estaba tan sumida en mis pensamientos que no me fijé cuando entraron anunciar la cena. Caminamos juntos hasta en comedor - espero Bella sea de tu agrado.

Bella - todo me está encantando - Damon tomo la silla para que me sentará y luego el a mí lado - gracias.

Matteo - ¿Cómo van los planes de boda? - ¿Porque todos preguntan eso? La comida llegó, una ensalada colorida como entrada y un vino blanco frío.

Damon - bien, ya pronto estaremos casados - gracias a Dios respondió él, nunca sé que decir. - tomé vino, Matteo hablaba de tonterías mientras que yo miraba a mi alrededor.

Tiana - por favor disfruten de la comida, está será una velada encantadora - una música de fondo se escuchó, era suave.

Todos comimos entre risas y brindis, era una pareja linda y muy alegre me preguntaba si Tiana sabía el pasado de Matteo, sé que no era el lugar para pensarlo, pero no lo podía evitar. Sonreía y levantaba mi copa cuando brindaban. Cayendo en cuenta faltaba menos para la boda y eso me asustaba mientras que Damon se sentía a gusto con eso. Otros platos de comida llegaron, a decir verdad, no tenía hambre. Damon me miraba extrañado y su mano de vez en vez tocaba mi pierna.

 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora