un juego de solteros

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Tania y Matteo nos esperaban en un hotel cerca del Try, Damon estaba emocionado, no sabía si por el regalo o por lo que haríamos. Estos juegos empezaban a forma parte de mi vida, de todo lo que yo no conocía, me gustaban y no quería pararlos. La habitación tenía una cama amplia, dos muebles negros, un jacuzzi en el medio de la habitación. Tiana vestía con un diminuto vestido verde, y no esperaban con unas copas de vino. Mire a Damon el cual recibió ambas y muy disimuladamente dejo una en la mesa del fondo. Casi nadie sabía del atentado y así queríamos mantenerlo, a la prensa se le había dado información falsa.

- que placer tenerte aquí ¿Te ha gustado tu nueva casa?

- ¡Si! Siento mucho que Damon los dejara sin Villa - estos rieron.

- no me gustaba, además después de la boda nos iremos, preferimos vivir recorriendo el mundo - está camino hasta mí y acarició mi cabello.

- me ha encantado, gracias por dejar algunas cosas - Matteo me miro.

- no dejamos nada, todo lo remplazo Damon, son cosas nuevas - Damon río bajito sin mirarme. Comprar todo nuevo, eso era algo enfermo.

- lo siento - baje la mirada.

- cariño, tienes una chulada de hombre - está miró a Damon y se mordió el labio.

- vamos a divertirnos - la ansiedad que se le notaba a Matteo no me estaba agradando.

- ¿Bella? - me miró detenidamente.

- si - la sonrisa de Matteo se amplió.

- una delicia - su mano acarició su barbilla - por aquí. Tania, tú comenzarás.

Tania quito su vestido, quedando en bragas y tacones, tenía un cuerpo tan lindo, su piel era suave. Damon me hizo su típica seña con la cabeza, siempre creía que yo entendía todo lo que quería decir. Asumí que tenía que quitar el vestido, quede al igual que Tiana en braga y tacones. Matteo se acercó a mí y beso mis hombros, mientras acariciaba mis senos, tenía la mirada en Damon el cual observaba a poca distancia. Las manos de Matteo bajaron hasta mi braga para quitarla, algo extraño causó sensación extraña en mí, llevó mi braga a su nariz para olerla. Damon miró el acto con extrañes, pero se mantuvo en el mismo lugar.

- ven Bella - me dio la mano - quiero que Tiana te disfruté mientras Damon y yo te sujetamos las piernas - este me llevó al mueble, me senté y al costado tenía a Damon y a Matteo que acariciaba mi abdomen.

- abre las piernas.

Hice lo que me pidió y se colocó en el medio de mis piernas mientras los chicos se tenían cada una de estas. Estaba explícitamente expuesta para ellos. Damon me besó mientras Matteo besaba mis senos. Sentí los dedos de Tiana entrar y salir de mi vagina, movió en círculos su dedo pulgar sobre mi clítoris provocando en mí gemidos. Tenía dos hombres tocándome los senos, mordiendo y chupando a su antojo. La lengua de Tiana se movía al compás de sus dedos, puedo decir con toda la seguridad que sabe lo que hace. Quería cerrar las piernas, pero los brazos fuertes de Damon y Matteo no lo permitían. Tuve uno, dos, tres y perdí la cuenta de cuántos orgasmos llegaron a mí, Tiana chupo mi clítoris mientras hundía sus dedos dentro de la vagina, temblaba y gemía, pero eso no pararía hasta que ellos quisieran. Damon beso mis labios para callar mis gritos. Vi como la mujer se levantaba y besaba a su esposo.

- tan exquisita como siempre - dijo este mientras apretaba uno de mis pezones, provocó un poco de dolor haciendo que soltara un gritito. Damon lo miró y enseguida me soltó.

- Damon, puedes hacerlo conmigo y la dulce Bella puede mirar - mi bestia me miró, le sonreí ya estábamos aquí, teníamos que jugar.

Esta mujer enserio quería que Damon la tocará, mi bestia se acercó a ella, llevándola a la cama, desde mi posición veía todo a la perfección. Tiana quitó su braga para acostarse en la cama, Damon se posicionó entre sus piernas y comenzó con el sexo oral, los gemidos de ella eran fuertes. Su esposo subió a la cama para besar sus senos, jugaba con ellos. Estiraba, chupaba, mordía y lamía con mucho descaro. Tiana estiró su brazo para hacerme señas para que me acercará. me levanté con dificultad, me posicioné a un costado, mi mente procesaba todo muy rápido, así que decidí dejarme llevar, besé los labios de Tiana. Eran suaves, pero nunca como los de Damon. Mi bestia le dio unos cuantos orgasmos y se levantó, está temblaba. Sabía cómo se sentía, Damon solía causar eso en mí.

 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora