adrenalina

1.4K 80 4
                                    

Varios días han pasado desde mi boda, Damon ha mejorado por completó, su padre y todo parecía estabilizarse. Mis padres se encontraban con mi abuela lejos de todo este caos. Mientras que los días pasaban yo me volvía loca, Damon trabajaba unas pocas horas y entrenaba otras horas más, quizás para distraer su mente. Esta tarde, se encontraba en el patio cerca del Cobertizo, haciendo abdominales, el sudor que recorría su cuerpo encendía algo en mí, me encantaba. Llevaba unos audífonos en sus oídos. Me acerqué a él con el vaso de limonada fría y sin azúcar. Me incline hasta quedar con mis piernas a su cara, dejo de hacer los abdominales y quitó uno de sus audífonos.

-pensé que te gustaría algo frío – dije sonriendo.

-sí, me hace falta – paso su mirada por mis piernas descubiertas, llevaba una falda corta.

-lo imaginé – abrí un poco las piernas – toma un poco, te quitará el calor – sus ojos fueron directo a mi entrepierna. Estaba excitada de solo pensar en todo lo que me haría.

-ábrelas un poco más – hice lo que me pidió – eres tan exquisita, tenemos tanto tiempo sin jugar – se inclinó un poco hasta quedar con su cara en mi abdomen – no podemos salir, pero podemos inventar algo -una de sus manos paseo mi pierna doblada hasta llegar a mi braga blanca – te voy a masturbar en esta misma posición y luego te cogeré tan duro que no se te olvidara nunca -sus dedos recorrieron de manera suave la braga, y con una mirada pícara introdujo sus dedos en mi vagina y comenzó a moverlos – no hagas ningún tipo de sonido, recuerda que mi padre y Eva están aquí – mordí mis labios, mientras lo hacía casa vez más rápido y más fuerte, cerré mis ojos para tratar de pensar en otra cosa. Pero no podía, su erección era notable – eres tan suave – más fuerte y más rápido, las piernas me temblaban y sabía que esa sensación en mi cuerpo era un orgasmo – déjate llevar – sin dejar de mirarlo me corrí en su mano – eres mía Bella – saco sus dedos de mi – ven – me halo a su lado para hacerme reposar boca abajo al piso – inclínate, quiero ver ese culo tan maravilloso que tienes – hice lo que me pidió y este subió un poco mi falda, movió un poco la braga y entró en mí. Con un gruñido comenzó apretar mis nalgas – eres tan cálida – sus movimientos eran realmente fuertes, un azote tras otro y cada movimiento más rápido que el otro, lo está haciendo tal cual lo prometió – eres mía – más duro – dilo – mordía mis labios para no gritar - ¡Dilo!

--soy tuya Damon, lo soy – unas cuantas estocadas más y ambos nos corrimos.

-Extrañaba esto – salió de mi ayudándome acomodar mi ropa - ¿Estás bien?

-Lo estoy – sonreí sentándome junto a él – Damon ¿Desde cuándo tienes está casa?

-la compré unos días antes de la boda, es linda. Lo volveré una casa de refugió – me giré para mirarlo – Bella, mientras que el infierno se desataba en nuestra boda, Terry salvaba a un grupo de chicas de los burdeles que tenía Daniell. Quiero que esas chicas tengan otras oportunidades, no tienen más de diecisiete años. Son tan jóvenes, pensé en ti y en Eva – mi bestia era el hombre con el corazón más grande del mundo.

--eres el hombre más fabuloso del mundo, siempre te volvería a elegir siempre – sonrió.

--lo sé – tomo su teléfono - ¿Quieres ver a Alic? – lo mire extrañada – tengo cámaras de seguridad en todas las casas, las empresas, en todas aquellas propiedades que me pertenezcan.

- ¿La tienes en alguna de esas propiedades? – asintió – bien, muéstramela – marco una clave en su teléfono y me lo entrego, en la pantalla se veía a una señora cargando a una bebé. Llevaba un vestido rosa y un chupete en su boca.

--es tan pequeña -sonrió – serás un padre único Damon.

--seremos – tú también lo serás. Alic y el bebé que espero algún día tengas conmigo tendrán la suerte de tenerte – lo bese.

- ¿No crees que aquí estará más segura? – este me miro – Luz puede ayudarme a cuidarla y de seguro Eva también, hay miles de guardaespaldas y sé que tú pronto saldrás, leí sin querer el informe de Terry. Daniell no está en el país – este me miro un poco enojado – molestarte si quieres, pero estaba preocupada. Podemos tratar de volver a nuestra normalidad poco a poco y si aparece Daniell terminamos con esto de una vez por todas.

--si, pronto yo volveré a las empresas. Pero tú estarás aquí.

-entonces déjame tener a Alic, déjame hacer algo, no quiero volverme loca Damon.

-Bella no lo sé, ¿Estás Segura? Tendría la misma enfermera que la ha atendido este tiempo.

-bien, pero no la necesitamos. Luz me ayudará. No quiero ser de esas mujeres que dependan de otras para cuidar a sus hijos – al escuchar eso sonrió de manera amplía.

--está bien. Hablaremos con Terry para que se encargue de eso.

-gracias --ambos nos levantamos del suelo y comenzamos a caminar hasta el patio más grande, donde se escuchaban a los chicos reír - ¿Podemos ver qué sucede? No quiero estar adentro tanto tiempo.

-vamos -al llegar todos guardaron silencio, tenían carteles de punterías y jugaban con sus armas, era como una especie de apuesta. Damon daba esa sensación - ¿Qué sucede? -Terry quien estaba allí aún costado hablo.

--señor, señora Smith. Los chicos pasaban su tiempo libre jugando al tiro en el blanco. Si los molestamos discúlpenos, no era nuestra intención.

-descuiden ¿Puedo participar? – la pregunta de mi esposo nos sorprendió a todos.

-Claro – le entrego una de las armas. Ver a Damon con esos shorts deportivos y su camisa negra ajustada al cuerpo que marcaba su formado cuerpo y en posición para disparar me calentó más de lo que pensé – hasta ahora mi puntería y la de Alton han sido las mejores.

--bien, ya veremos qué tan mal estoy - tomo el arma negra y miro aquella hoja lejana, son que le temblara el pulso y sin ningún tipo de temor, disparó, no se veía la bala solo se escuchaba el grito de los chicos. No entendía si lo había logrado, hasta que uno de ellos corrió a la distancia para tomar el papel.

- ¡Mierda que puntería! – exclamó uno de los chicos.

--todavía sé disparar – río Damon. Mire la hoja donde había un hueco en la cabeza del dibujó – vamos Terry no me has podido superar – todos reímos.

- ¿Puedo intentarlo? – pregunté mirando las armas.

- ¿Segura? – la bestia siempre dudaba de lo que yo pedía. Asentí con la cabeza – bien – clico la pistola nuevamente – esto no es un juego debes tener cuidado. ¿Viste lo que hice? – volví asentir – eso se hace para cargar el arma – el peso siempre te dirá si tiene balas o no. Ahora bien – con mucha duda me entrego su pistola – solo debes apuntar para matar, si no estás segura de que hacer no la utilices, puedes ocasionar un accidente – tome aire y repetí los movimientos que el hizo – mira el objetivo, sentirás una molestia en la mano – mire al cartel que el chico moreno puso para mí. Miré a mi esposo y disparé. Sentí un ligero golpe en la mano y una descarga de adrenalina recorrerme. Cerré los ojos y escuché unos aplausos – para ser la primera vez, lo has hecho muy bien Bella – me diré a verlo mientras abrías los ojos – mira cariño – este estiró la mano para que el chico trajera el cartel – coloca el arma en la mesa por favor – solté la pistola y pude sentir como se aliviaba mi mano por el peso.

--señora, con un poco más de práctica lo hará de maravilla – dijo Mikel quien era el más joven.

--ve – dijo Damon, mostrándome el cartel – tienes muy buena puntería – el disparo había atravesado el abdomen de la figura. Al verla comencé a dar brinquitos, sentí como un mareo y me sujeté de la mesa - ¿Te encuentras bien Bella? – negué con la cabeza.

-no, me siento mareada – Damon me miraba preocupado.

-quizás es una descarga de adrenalina – escuché decir a Terry.

-busquen una silla – vi a Terry mover la silla, me senté - ¿Cómo vas?

-bien, estoy bien – sonreí. Había sido algo de momento – Terry, quiero pedirte un favor – dije sin mirar a Damon – quiero que traigas a la niña – este miro a la bestia y luego a mí – quiero también que por favor compres cosas de niños, incluyendo remedios y juguetes.

-pero señora, el señor Smith – miro a Damon buscando respuesta y este solo asintió – como ordene.

--gracias Terry y por favor díganme Bella. Esas formalidades con Damon – me levanté de la silla y caminé hasta la casa, sentía los pasos de Damon detrás de mí.

--Bella, ¿Estás consiente de la responsabilidad que es tener a esa bebé aquí?

--si, si será nuestra hija quiero tenerla desde pequeña y aprender todo de ella.

--Bien, entonces haremos todo lo legal para la adopción – tomo su teléfono y se retiró. Eva quien venía caminando al verme sonrió. Su cara había cambiado tanto.

- ¿Qué hacen? – preguntó tomando una manzana.

--Damon y yo estábamos hablando de la hija de Luttier – está me miró confundida- la hemos adoptado – la cara de mi cuñada fue un poema – y tú serás una tía muy genial – seguía mirándome sin entenderlo.

- ¿Cómo que adoptaron una niña? ¿No puedes tener hijos? Estoy confundida – Damon nos miró y se acercó - ¿La hija de Luttier?

--si Eva, la hija de Luttier. El hombre que salvo mi vida. Ahora es mi hija y de Bella ¿Tienes alguna objeción?

- ¿Pero por qué? – creo que en su interior pensaba que dejaría de ser importante para nosotros – Bella puede tener hijos y aún estamos aquí.

--porque lo necesita, porque es una niña indefensa como lo éramos tú y yo ¿Lo olvidaste? - está la miró tratando de suavizar su mirada – no tiene a nadie en este mundo y una bebé, podemos darle una familia.

-vamos Eva, tendremos una nena a quién darle amor – nos miró.

--lo siento, todo esto me tiene aturdida. Pero desde luego que me alegro que puedan darle un hogar a una persona indefensa.

-bien, la traeremos está semana.


 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora