Empiezan las pesadillas

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Hoy todos estaban en mi contra, mi chofer no hablar ni de política, en la empresa todo igual, solo se escuchaba "buen día señor Smith" caminé hasta mi oficina, el puesto de Bella estaba vacío, era mejor que hoy no viniera a pesar de todo no podía negar que era una buena, excelente trabajadora. Llamé a casa para ver si Eva quería almorzar conmigo, pero solo recibí un "no", quiero ir a casa de Bella" no soportaba la conducta de mi hermana.

La tarde fue igual, los trabajadores que construirían la pecera para el barco llegaron, ya teníamos el lugar específico en la sala de juntas. Luego de eso volví a casa, mi hermana no bajo a comer conmigo y mi ama de llave solo me habla para saber si quería algo. Sino querían hablar que se jodieran, era mi casa al fin de cuentas. Subí a mi habitación a tratar de dormir. Abrí mi armario para buscar un pantalón de pijama. Aún seguía la ropa de Bella aquí, nada de lo que le regalé se había llevado. Tiré la puerta y me a coste.

-ven aquí niño, es hora de que produzcas dinero - esa voz, esa maldita voz - vamos mocoso, tu mamá es una puta y tú serás alguien que de el culo - estaba acorralado con el maldito imbécil esposo de mi madre - no lo toques, déjalo. Haré lo que sea - mi madre seguía tirada en el piso, quería golpearlo, pero el golpeado fui yo - te lo pido, déjalo - un puño cayo en la cara de mi madre - pues si harás lo que quiera, esta vez te salvaste mocoso.

Me levanté de golpe, sabía que tal vez grité. Mis puños estaban tan cerrados que las uñas me lastimaban la palma de la mano, mire a mi lado y no había nadie. Me recosté de la cama para quedarme dormido otra vez.

- corran, corran- trataba de sacar a todos los niños que estaba dentro de esa casa- vamos apúrense - ninguno se movía, solo sonaron bombas y una gran explosión lleno todo de llamas. Veía como loa niños se quemaban y yo no podía hacer nada.

Volví a despertar de golpe, aquí volvía yo con mis pesadillas. Después de la última misión era así. Se habían calmado un poco pero ahora volvían. Eran las cinco de la mañana, me levante para salir a correr. No quería saber nada del mundo, sólo quería una mujer a quien coger y que no se involucraran sentimientos. Sin darme cuenta llegué hasta la casa de Bella, sentí unas ganas inmensas de tocar y verla. Pero no me lo iba a permitir. Desde ahora solo sería una relación de trabajo, como tuvo que ser siempre. Me quede en la esquina la puerta de la cada se abrió para darle paso a Bella, la cual llevaba un pantalón de pijama ancho y un suéter igual de ancho. La cara que tenía daba miedo, no había dormido eso se le notaba, tenía rojo sus ojos ¿de llorar? Sacó una bolsa negra y volvió a dentro. ¿qué le paso a la niña rebelde que trabaja para mí? Tomé aire, volví a correr devuelta a mi casa. Eva estaba hablando por teléfono, me detuve a escuchar.

- Amanda, no tengo nada que ver aquí, es mi amiga también - hubo un silencio - sé que, si la está pasando mal, no es mi culpa tener que ser su hermana. Yo sé que no fue así - otro silencio - no creo que me deje ir - una vez más se cayó - bien, tratare. Dile que no me fugare de la casa, tampoco le daré motivos a mi hermano para que la odie más - una risa - si dile que la extraño- soltó un suspiro - igual, nos vemos.

Eva soltó en teléfono y se giró, yo entre cómo sino fuera escuchado nada. Mi hermana también había llorado.

- ¿qué te sucede?

- nada ¿cuándo puedo mudarme a la casa de huésped?

- ya casi esta lista. Espero que sea antes de las clases.

- ya quiero que empiecen.

- ¿tanto me odias?

- no me hagas responder.

- vamos Eva, te mostrare el regalo que te tengo.

- dame de regalo de ir a ver a Bella - ¿porque tenía que pedirme eso?

- ¿porque quieres verla?

- es mi amiga, prometo llevar la seguridad que quieras. Vamos hermano no hizo nada para merecerse eso.

- ¿qué sabes tú de eso?

- ella me contó que paso, pregúntale.

- ya se lo que paso, lo vi - recordar como Daniell la besaba me hacía enfurecer.

- ¡por favor!

- dos horas Eva, sólo dos horas. Iras con Lutier, si llegas a salir o ese chico entra a la casa de Bella tendremos serios problemas.

- juro que no haremos nada, lo juro - mi hermana sonrió y me abrazo - me iré a cambiar.

Obvio que no harían nada, ya mismo mandaría a Lutier a ver la casa y quienes estaban en ellas. También se tendría que quedar hasta que la reunión terminara.

- señor - dijo este cuando entró a la sala.

- lleva a Eva a casa de Bella - pude notar una sonrisa- entra y ve que no este un chico y fuera de eso, quédate hasta que termine la reunión.

- sí señor.

- nada de cubrirles las espaldas, es una orden.

- sí señor - Eva bajo las escaleras.

- gracias.

- tengo aun confianza en ti - mire a Lutier - dos horas un minuto mas y adiós confianza.

- claro.

Ambos salieron, hablando muy bajito, no podía soportar a mi hermana sufriendo por eso, lo que pasara con Bella y conmigo no tenía que ver con ella. Media hora después mi teléfono sonó y era Bella.

- ¿si?

- es un completo idiota, no tenías que pedir que revisaran mi casa ¿de verdad creías que haría algo para perjudicarla?

- seguridad y le recomendaría que no me hablara así.

- ¿o qué? Se con quien hablaba antes ahora solo habló con un idiota. No le haga daño a su hermana, no lo merece. Crea de mi lo que quiera, pero no de ella.

antes de que pudiera decir algo, me colgó la llamada. Esa niña no cambiaría la forma de retarme ¿se le olvido que soy su jefe?

 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora