Bestia modo Celos...

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Ya todo estaba casi listo para la fiesta, nada faltaba. El lunes por la mañana salí antes que mi jefe a la empresa, al llegar todos estaban reunidos en mi piso hablando con Beccania que había llegado de viaje. Esta me saludo y yo comencé mi trabajo según Damon hoy me tendría que ir temprano y por ende tenía que dejar muchos papeles listos. La mañana fue muy agradable mi jefe no está así que podía trabajar sin nervios, al medio día este llego con una rubia ¿todas eran rubias? Lo mire y él a mí, pero ninguno dijo nada. Ya se acercaba la hora de la comida así que acelere el trabajo, Jt me invito a comer. A la una menos diez, estaba bajando cuando el teléfono sonó indicando que era la bestia.

- manda a pedir comida por favor

- ¿qué va a comer? - hoy estaba de un humorcito

- una ensalada cesar y una ensalada sin sal para mi acompañante

- claro señor - ¿su acompañante? A que jugaba ese idiota

- esta lista a las tres

- tengo trabajo

- no me importa, mañana llegaras más temprano. Ahora búscame la comida - ¿y este qué?

- aja - colgué el teléfono.

Baje las escaleras ya que el ascensor no subía. Fui al café del frente donde vendían las ensaladas, hice la orden y esperé. Un chico de unos veintitantos años estaba en la misma cola que yo, este me miro y sonrió.

- hola - dijo el chico

- hola

- tienes unos ojos encantadores - lo miré y Sonreí - me llamó Dylan- este extendió su brazo

- y yo bella - le di mano

- puedo invitarte la ensalada

- no gracias, no son mías. Es de mi jefe - este se río

- pensé que eras de esas que come solo ensaladas

- no, prefiero un poco más de grasa - ambos reímos. Ese chico era encantador y sus ojos marrones eran igual que su cabello

- Bella. trabajo aquí en la tienda de música, bueno es mía

- que genial, pasare a buscar un disco que quiero

- cuando quieras - tome las ensaladas y las pague - espero verte pronto - dijo antes que saliera de la cola.

Reí un poco y volví a la empresa, toque la puerta del despacho de mi jefe y este me mando a entrar, la rubia estaba sentada entre sus piernas y ambos reían, mire la escena dejando las ensaladas en el escritorio. Salí en silencio antes de sacar a esa fulana por las extensiones. Se supone que estos sentimientos no pueden existir. Baje a comer con Jt y nos divertíamos ese chico era una persona maravillosa, pero no era mi tipo. Al terminar el almuerzo volví a mi sitio de trabajo, de la oficina salió mi jefe con la rubia y me miro a los ojos.

- cambio de planes, cenaremos en casa - claro, si ahora se iba a follar con esa - Bella, Eva no tiene permiso de salir

- ok - este sonrió - me iré temprano de todas maneras

- como guste- la chica me miraba con esa sonrisa

- permiso - dije mientras tomaba mi lapicero.

Mi jefe camino junto a la chica, se hizo la hora de salir. No tenía nada que hacer y para ser sincera no quería estar en la casa de mi jefe, había aceptado ser su puta, sin sentimientos, pero qué coño. Ya me gustaba y me molestaba saber lo que haría con otra chica. Baje sin prisa alguna, no me quería quedar en la oficina pues ya ni trabajo tenia. Al salir a la calle pase por la tienda de música, quería un disco clásico y algo de contemporánea. Era una tienda grande con dos pisos, el primer piso estaba repleto de estantes con cualquier tipo de CD, la segunda planta era parecida, pero tenía mesas donde había personas tomando café y disfrutando un poco de música. Camine hasta el estante de clásicos y una mano rozo mi hombro. Me giré enseguida y vi a Dylan sonriendo.

 Ni tan bella Ni tan bestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora