LA FAMILIA
13 de septiembre, 2017
0759 Hrs
Faltaba un solo minuto para las ocho de la mañana. Como todos los días, me ubico detrás del escritorio, en la gran y alumbrada oficina y enciendo el televisor frente a mí.
Escucho dos cortos golpes en la puerta y ni siquiera giro hacia esa dirección porque sé quién está en la entrada inclinando su cabeza hacia mí con una hermosa sonrisa. El sonido de sus tacones contra la madera del piso me indican que se está acercando y por el rabillo del ojo puedo ver su silueta. Reconozco ese grandioso vestido azul que recibió como regalo de cumpleaños a mediados del año por parte nuestra.
—¿Aún nada? —pregunta. Posa sus manos sobre mis hombros y suspira. Traza pequeños círculos mientras vuelve a exhalar con lentitud.
—Están tardando.
Han transcurrido ciento ochenta segundos de más y los nervios están eclipsando mi serenidad.
El tiempo en nuestra familia era un factor crítico y decisivo, un segundo contaba tanto para nosotros como la eternidad para los demás.
Cuando el logo del noticiero con las iniciales del Centro Nacional Norteamericano de Información aparecen, suelto el aliento que sin saber estaba conteniendo. No me sorprende el hecho de que al iniciar obvien la presentación formal de estudio para saltar de frente a Katherine Ford quien viste un traje gris y lleva el cabello castaño recogido en una perfecta cola de caballo en lo alto de su cabeza.
La mujer de ojos oscuros sonríe a la cámara y entonces, comienza a deslumbrar a todos con su trabajo.
—Los Ángeles peligra, damas y caballeros —anuncia la reportera a la entrada del edificio federal—, pero ¿Qué estoy diciendo? Nuestro país entero está en peligro. Esta es la quinta semana consecutiva en la que se descubren cadáveres en condiciones muy cuestionables a los alrededores de la ciudad. ¿Qué es lo que está sucediendo? ¿Por qué nuestras fuerzas estatales aún no han dado declaraciones? —La reportera gira hacia la izquierda y a través del cuadro de filmación se divisa las camillas que avanzaban en filas siendo llevadas por los paramédicos—. Ahí vemos al director de la agencia federal de nuestro estado. Intentaremos entablar comunicación con él.
Veo cómo avanza hacia el hombre de cuarenta y seis años que viste un chaleco antibalas con las iniciales del FBI grabadas en su espalda. Debajo de esta, luce una camisa elegante celeste que parecía resaltar el color claro de sus ojos que, dadas las circunstancias, se veían agotados y derrotados.
Reconozco a Freddy de inmediato e inconscientemente acaricio la mano de mi madre que, tras la aparición del superior inmediato de papá, aprieta mi brazo.
—Director Rivers —saluda la reportera—, ¿Qué puede decirnos sobre lo que está ocurriendo? ¿La agencia ha logrado algún descubrimiento? ¿Qué medidas tomarán para frenar esta serie de muertes inexplicables?
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LA ODISEA DE ASHTON (+21)
AksiExisten pocas formas para describir a Ashton Baxter: Es Implacable. Siempre leal. Y eternamente letal. Con más de veinte años en el mundo federal, él no entiende de pérdidas ni de derrotas porque nunca las ha experimentado... Hasta ahora. Nunca un c...