Capítulo 23

181 17 57
                                    

13 de enero, 2019

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

13 de enero, 2019

1900 hrs

Observo la lentitud con la que aquella gota de sangre recorre desde el inicio de su frente, cae a través de la piel sudorosa e hinchada de la mejilla hasta descender por su quijada.

Impacta contra el suelo liso con un corto sonido. Aspiro con molestia, notando todas las gotas de sangre que acabaron de la misma manera esparciéndose a su alrededor.

Tanta sangre derramada y aún así no da su brazo a torcer.

Camino con tranquilidad hasta ubicarme detrás de él, la cuerda de cuero cuelga de mis dedos, oscilando por el movimiento de mis manos. Su cuerpo se tensa cuando me detengo justo a su espalda, su cabeza cae laxa sobre mi estómago demostrando lo cerca que está de hundirse en la inconsciencia.

Y pese a ello sigue sin emitir palabra alguna.

Se encuentra atado a una silla de metal, sus manos encadenadas en el respaldar y  sus pies esposados a las patas del asiento para mantenerlo firme en la misma posición.

Mis dedos crujen cuando rodeo su cuello con el material que sostengo, emite quejidos mientras intenta conseguir un poco de oxígeno. Más sangre cae de sus labios, sus hombros se mueven frenéticamente y desde dónde estoy puedo ver cómo las venas se le marcan a través de cuello.

Sus párpados se abren, sus pupilas dilatándose en el camino, intenta sostenerme la mirada. Tiene los ojos cargados en sangre, sus venas oculares están a punto de explotar.

Los jadeos que se escuchan, el constante golpe de sus pies contra el piso, la forma en la que sus dedos se retuercen como si tratara de hacer algo para deshacerse del material que lo asfixia y lo lanza de lleno a un mundo cargado por la desesperación de mantenerse vivo... Todo ello era prueba de que este Jeffrey era muy diferente al que conocías allá afuera.

Mis nudillos enrojecen cuando hago un movimiento para ajustar el agarre de la cuerda sobre él.

—¿Por qué sigue viva? —pregunto.

Sé que debería hacer un sin fin de preguntas, debería darle respuesta a todas esas dudas que nos inundaban respecto a los siguientes movimientos de Deust, sobre la relación que tenía Violett dentro de nuestro gobierno, la expansión que pretenden conseguir... tantos, tantos temas que tocar y aquí estaba yo chocando con aquel que nos retorcía la fibra más sensible. 

Lo tomo del cabello, tirando de él hacia atrás, alcanzo la manguera que había reposado a unos metros de mí, de un sólo movimiento le indico al agente, que espera a por mí y toma nota de cada palabra y susurro que consigo obtener de Caleb, que abra el caño que está conectado a la manguera. El chorro de agua impacta con ferocidad en el rostro de mi cautivo, adentrándose por sus fosas nasales, por sus labios que se abren en un intento de tomar el aire que no le puede ingresar por la nariz debido a la intrusión. Tose, se retuerce y cuando consigo limpiarle la sangre adherida a su rostro vuelvo a alejar el agua de él. 

LA ODISEA DE ASHTON (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora