Capítulo 29

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14 de enero, 2019

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14 de enero, 2019


1415 Hrs


La vara con la que he sido medido durante toda mi vida, ha sido muy alta.

Con cada medalla, con cada logro, con cada hazaña, esta no dejaba de alzarse más y más.

Hasta tal punto de llegar a ser casi inalcanzable.

Me encontraba en un dilema cuando mis hazañas eran contadas por otros, cuando mis proezas eran narradas como odas a la valentía que se suponía debíamos tener como humanos; estaba muy orgulloso de lo que era y de lo que conseguía, pero odiaba tener miles de ojos sobre mi nuca a la espera de ver cómo es que podría mejorar.

Era más que un peso moral y federal, la situación se escapó de mis manos cuando empezó a  convertirse en un peso social. Y aunque durante mucho tiempo se limitaba únicamente a las espectativas que tenía el estado que protegía diariamente puesto que, como lo había mencionado ya, California era muy recelosa de los suyos, además de tener a gente bastante involucrada en el tema de seguridad nacional, ahora tenía a más personas esperando por mi siguiente movimiento, por la decisión que movería a mi gente y por los resultados que le brindaría a mi país.

Hago lo que hago porque es lo correcto.

Y le dedico mi vida a cumplir con este objetivo en específico porque de lo contrario, no podría vivir. No cuando luchaba por ese corazón mío que yacía a varios cientos de kilómetros lejos de mi alcance.

No hago nada de esto para ser tomado como ejemplo, es más, odiaba el ser nombrado a cada nada. Mi nombre solamente debería de ser susurrado cuando de mis enemigos se trataba. Por tal motivo, cuando el Senador Lancaster me amenazó con publicar la información de mis misiones no me asusté en lo absoluto.

Mi vida entera, desde que me hice paso en el FBI, era la comidilla de los medios. He sido criticado en muchas ocasiones por personas con una moral bastante cuestionable así como he sido venerado por otros por regresarles a quienes creían perdidos.

Pese a que reconocía el agotamiento que a veces sentía por tantas esperanzas puestas sobre mis hombros, jamás las sentí como una obligación. Nunca fue un determinante para mis métodos, nunca moldearon mi capacidad estratégica pero ahora...

El héroe que nos salvará.

Esas fueron las palabras de mi hija. Y si ella lo decía, entonces sí que se convertía más que en una obligación: se volvía en mi única prioridad.

—Nos ha costado mucho llegar a donde estamos —suspira con tristeza el muchacho—. Al inicio todo fue bastante complicado... Cuando conocí a Ashlyn estábamos completamente rotos, por fuera y por dentro. Tenía el rostro hinchado y amoratado, el cuerpo casi tan maltratado como el mío, pero a diferencia de nosotros, ella seguía en silencio, muy tiesa y sumida en sus pensamientos. Al finalizar el primer evento en el que nos encontramos —escupe con asco—, me acerqué a ella. Estaba sobre los suelos, desnuda y sangrante, pero seguía sin emitir palabra alguna y su mirada seguía cargada por...

LA ODISEA DE ASHTON (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora