Capítulo 16

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09 de enero, 2019

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09 de enero, 2019

1730 Hrs

—Han cruzado los límites —espeta Neal, haciendo a un lado sus gafas mientras me entregaba los documentos que revisaba cuando llegamos a su área de trabajo hace unos tres minutos.

Lo encontramos con los brazos cruzados, las hojas colgando de sus dedos y rozándose con la bata blanca que llevaba sobre el traje.

La mirada la tenía anclada en la enorme pantalla en el centro de, su oficina. Él regía toda una planta, sin separaciones sedimentadas; todo este piso era totalmente suyo. No existían paredes que separaran los laboratorios ni los sitios de análisis ni nada por el estilo, aquí todo se dividía solo en espacios para que la movilización se más sencilla y para que así cualquiera que ingresara a trabajar tenga noción de lo que sucedía en este ambiente.

Desde equipos de laboratorio, desde equipos informáticos, un sinfín de pantallas y de espacios para proyecciones holográficas; había de todo y en el centro del piso se elevaba una gran columna que sostenía en lo alto una oficina que lucía como una cápsula, dicha oficina tenía un panorama de 360° de todo lo que sucedía en el departamento forense. Esta estructura arquitectónica le permitía a Neal Maddox controlarlo todo con la vista y con los altavoces que llevaban su voz a cada persona de su equipo.

Justo como ahora que tras quedarse estoico mientras esperaba a que su programa de reconocimiento facial le permitiera acceder a los rostros de los cuerpos que se habían encontrado, decide empezar a caminar por la oficina circular para verificar lo que sucedía allá abajo.

—Esta vez han ido demasiado lejos —prosigue. Thomas se inclina a mi lado para observar la información que contiene lo que Neal me entregó—. Demasiado osados incluso para ti —me observa—. ¿Hacer aquello y vanagloriarse en nuestras narices? ¿Justo en nuestra ciudad? Hacer todo esto cuando saben que los tenemos casi a nuestra merced...

Obvio señalar que, en realidad, ellos estaban a punto de gobernar el mercado negro en el continente, principalmente porque era información confidencial que solo le competía a mi equipo y en segundo lugar porque no sabía en quién podría confiar en este lugar como para ir soltando datos de los movimientos que sabemos de Deust.

Sí, lo teníamos prácticamente encerrado en nuestros territorios, pero a su negocio, no a él.

Y ya se había comprobado que el único Host que quedaba era muy astuto, escurridizo y el peor de  los pocos que quedaban de su familia.

—¿Cuándo encontraron estos cuerpos? —le pregunto.

En las letras que leo se plasman los análisis que se le han hecho a los cadáveres, si había o no presencia de droga, sus horas de muerte, si tenían algún químico, si sufrían de algún otro mal y la información básica de cada uno de ellos.

—Hace cuatro días —suelta un suspiro, volviendo a enfocarse en el programa. El rostro está a un 80% de ser identificado; las pequeñas motas amarillas de la pantalla holográfica no dejan de moverse en tanto intenta reconstruir la imagen de una de las víctimas. Hay nueve diminutas pantallas frente a nosotros trabajando de la misma manera por lo que estamos en la espera de la revelación de nueve rostros—. Hace unos días recibí el llamado de Ansel para notificarme algunos detalles que había descubierto en los cuerpos.

LA ODISEA DE ASHTON (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora