30 de diciembre, 2017
1845 Hrs
Hay una melodía lenta, acompasada y casi susurrante que cubre el silencio del lugar. Los acordes parecen ser capaces de tocarte hasta la fibra más sensible y destruirte desde adentro, llevándose todo a su paso con tan solo un par de notas que, en este mismo momento, parecen las más indicadas para describir lo que sentimos.
Estamos entrenados para no dar rienda suelta a nuestros sentimientos, para mantener esa dureza y fortaleza que desde siempre nos ha caracterizado en momentos incluso como este.
Pero ¿Cómo podría alguien esperar que nos mantengamos en pie cuando en nuestro interior solo habitaba este dolor tan... lacerante?
Hay muchos agentes en el interior de la mansión de los Baxter. Todos esperando en la recepción, lugar donde se llevará a cabo el funeral.
—¿Listo? —pregunta Jeffrey, apoyado sobre el marco de la puerta de la oficina de Ashton.
No. No lo estoy.
Y si yo me siento así ¿Cómo debería estar sintiéndose él?
Aun así tomo una gran bocanada de aire, en un patético intento de unir cada pieza que se ha caído a pedazos en mi interior, para poder ser el soporte de quien fue más que un mentor para mí. Porque él lo necesita. Observo el rostro enrojecido de Jeff y la hinchazón en sus ojos marrones.
Él nos necesita. Somos lo único que le queda.
—Listo —respondo.
Cuando la puerta cede a nuestro empuje, todo lo que vemos es un total desastre.
Ashton tiene la misma vestimenta de hace dos días, el cabello desordenado y grasoso. No parece reparar en nosotros porque está concentrado en movilizar todos los documentos que se encuentran tirados sobre su escritorio. De reojo miro a mi compañero y reconozco su tristeza, porque también la estoy sintiendo. Este hombre frente a nosotros dista mucho del que conocemos.
Y es que el gran agente Baxter falleció el mismo día en el que su esposa lo hizo y perdió el espíritu cuando le arrebataron a su única hija.
Sus manos se mueven inquietas trazando, señalando, puntualizando cada cosa que lee. Doy un paso y un periódico ruge debajo de mi suela. Mis ojos descienden hacia el piso y lo hallo cubierto de recortes policiales, de investigaciones que incluso no pertenecen a nuestro país. Detallo, además, el olor a la cafeína en el aire.
—¿Ashton? —murmura con delicadeza Jeff—. Ya falta poco para que inicie el...
—Ahora no, Evans —zanja con voz ronca. Sus cuerdas vocales se escuchan irritadas—. Intento trabajar.
Nos movilizamos por el interior de la gran habitación. Jeffrey me indica con un movimiento la pared lateral de la izquierda. Ahí, donde antes reposaba un altísimo librero, solo hay un mapa completo de todo el país con la zona de todo el estado de California marcado en rojo. Hay caminos y rutas marcadas por cintas rojas, otras por negras y unas pocas por blancas que cruzan desde Los Ángeles hasta San Francisco.
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LA ODISEA DE ASHTON (+21)
ActionExisten pocas formas para describir a Ashton Baxter: Es Implacable. Siempre leal. Y eternamente letal. Con más de veinte años en el mundo federal, él no entiende de pérdidas ni de derrotas porque nunca las ha experimentado... Hasta ahora. Nunca un c...