Capítulo 13

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08 de enero, 2019

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08 de enero, 2019

0330 Hrs

—¿Lo amenazaste? —espeta incrédulo.

Estamos verificando los últimos ajustes para el traslado de Mills. Hay dos camionetas del FBI esperando a por él, la primera lo movilizará y la segunda irá de respaldo con un séquito de nuestros hombres para asegurar la llegada de Alfred y evitar cualquier escape.

Cambiamos el itinerario del traslado y lo adelantamos a la madrugada; Rivers y yo éramos los únicos que sabíamos de los arreglos que hicimos a última hora.

Siempre hacíamos ese tipo de jugadas cuando se trataban de criminales importantes o peones que tenían peso en el mundo de la mafia.

—No lo amenacé —respondo.

Escuchamos por el intercomunicador el aviso que da el agente de turno: Ya están sacando a Mills de nuestra base.

—Decirle que no meta sus narices en tu trabajo o de lo contrario lo investigarás —suelta irónico—. Si eso no es una amenaza entonces no sé qué cosa lo es.

—¿Una advertencia?

—Ashton... —alarga y yo me encojo de hombros. Quiere continuar sermoneándome, pero se detiene en cuanto las rejas de la torre del ala oeste se abren—. Llegaron las camionetas.

Por lo general cuando trasladábamos a los futuros reclusos, enviábamos a los vehículos para una revisión total de armamento, de rastreo y de control y seguridad para reducir cualquier riesgo que se pueda presentar.

Las dos camionetas se detienen a nuestra altura, estamos dentro de las instalaciones del FBI, justo en el área en el que se inicia el proceso de traslado.

Esta zona es amplia, tan amplia como para ser capaz de recibir autos, camiones, helicópteros, avionetas y jets. Y pese a que teníamos un helipuerto, esta era la mejor zona para siempre hacer cualquier tipo de intercambio, recepción o envío.

De la camioneta baja uno de los agentes que trabajan directamente con Rivers. Él, como todo Director Federal En Jefe, tenía un grupo de treinta agentes que se relacionaban única y concretamente con él, ellos no pertenecían a ninguno de los tres departamentos de la agencia. Respondían solamente a Freddy.

—Director Rivers —saluda al tenernos al frente—. Director Baxter —repite el gesto en mí dirección y suprimo mi incomodidad al oír ese título.

No me agradaba ser llamado como tal, me había acostumbrado por tanto tiempo a ser el Agente Baxter frente al mundo entero que cuando el cambio de rangos se concretó, no me sentó bien. Al menos, todo el equipo que pertenecía a mi departamento me seguía tratando como un agente, cosa que agradecía muchísimo.

Era ridículo, pero era una manía muy particular que tenía.

—Lander —contesto.

Él es casi tan bueno como Kane en relación a toda la extensión geográfica de los Estados Unidos. Se conocía todas las rutas, los desvíos, los prados, los pueblos; absolutamente todo y por ello siempre era el especialista en los traslados de los criminales. La única diferencia era que mientras Jackson Lander tenía el manejo de su territorio nacional, Thomas lo tenía de todo el continente americano.

LA ODISEA DE ASHTON (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora