Capítulo 18 - I

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11 de enero, 2019

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11 de enero, 2019

0300 Hrs

¿Quién aseguraba que después de la tormenta llegaba la calma?

¿Quién rayos engañaba de esa forma tan vil?

No, nunca sucedía así. Al menos en el mundo en el que vivía no ocurría aquello.

En mi mundo la tormenta sólo auguraba un caos interminable e incesante y el caos, cuando alcanzaba el epítome de su propia destrucción, te arrastraba hasta tierras infernales que te abrazaban con los látigos de sus propias llamas.

Era imposible encontrar la calma cuando habías pasado por aquello.

Y era peor cuando la suerte te golpeaba una y otra vez para tumbarte constantemente.

La suerte era una maldita hija de puta que nunca nos favorecía.

Las palabras abordan mi mente al imaginar lo que podríamos descubrir hoy en la noche. Mi subconsciente aceptando desde ya que nunca nos veíamos bendecidos por el destino.

Suspiro, dejando de pensar en ello. No era necesario replantearme una y otra vez lo que sucedería cuando la oscuridad cubriera la totalidad del cielo porque estaba seguro que cuando llegara el momento, mi cerebro sangraría con el golpe de la realidad.

Observo mi entorno.

Todo salió mejor de lo que esperábamos y si no hubiese sido porque Taylor se quedó en la segunda planta y con un traje que usualmente no usaba, probablemente también habrían ido por él.

Llevábamos más de dos horas en el hospital federal del capitolio. Ingresaron a Jamie Fox exactamente a las 0130 Hrs y desde ese entonces ni Freddy ni Ashton habían dejado su habitación sin guardia. Akon, por otro lado, estaba siendo medicado y enyesado por la fractura que sufrió en la pierna producto del derrumbe que para su desgracia cayó sobre él.

Los tres directores de Las Vegas no se encuentran más cómodos que él pues están recluidos por los otros cuatro directores al mando que quedan del tridente: Cameron Darragh, Ivar Waldorf y Neal Maddox representando a Washintong y sólo Ansel Barnett representando a Los Ángeles ya que Ada se encontraba en una de las habitaciones recibiendo las puntadas necesarias por la herida que empeoró tras la última pelea cuerpo a cuerpo de la que formó parte.

Y yo, bueno, yo estaba hablando por teléfono con Evans.

—Entonces... ¿Está bien? ¿No fue nada grave?

Revoloteo los ojos. Tuve la discreción de alejarme de todo ese círculo de agentes que se retaban con los ojos y con palabras para nada amables mientras exigían ver a sus superiores sólo para informarles lo que había sucedido.

La llamada de Jeff ingresó incluso antes de que llegáramos al hospital y eso sólo confirmaba mis sospechas de que él nunca dormía lo suficiente. Su voz hervía por la preocupación tras las horas y horas de conversación, horas en las que se enteró de todo lo que sucedió desde que salimos de nuestra oficina ayer por la mañana. Desde la llegada prematura de Taylor, de las sospechas, de lo que se conversó en el departamento forense con Neal, de lo que sucedió en el hotel antes de que todo explotara, de nuestras sospechas y de los diferentes e inquietantes escenarios que Ashton y yo habíamos pensando cuando Jamie llegó con su equipo y fueron el detonante de lo que ocurrió.

LA ODISEA DE ASHTON (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora