Capítulo 35

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15 de enero, 2019

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15 de enero, 2019

1020 Hrs

—Te necesitan en Washington —me informa lo que ya sé—. Maddox le teme a su propia gente, no confía en su departamento de investigación tras lo que sucedió con el caso de la oficina de Fox. Por ello —me entrega un disco duro sin quitarme los ojos de encima—, te ha enviado esto. Todos sus descubrimientos están únicamente ahí.

—¿Lo has visto?

La comisura de sus labios se elevan.

—He trabajado junto a él, ese fue el motivo principal del por qué me quedé allá. Sé todo lo que ese disco contiene y si deseas, puedes pasearte por este edificio para descubrir cuáles son las diferencias de lo que sucede en el capitolio y de lo que sucede en nuestro territorio.

La probabilidad de que me tope con información que ya conozca es muy alta pues, junto a Walsh hemos ahondado en este aspecto dentro de la data que envuelve al tridente federal, empero, siempre hay un valor agregado por el federal que presenta un informe de investigación en casos tan importantes como estos. La perspectiva que definitivamente tienen Maddox y Barnett nos ampliará el panorama y quizás nos permita conocer más de lo que no hemos podido ver.

Por tal motivo, acepto el disco duro en tanto planifico a qué hora debería de verlo, aunque...

Me levanto con parsimonia, ajustándome el reloj y sujetando lo que, al parecer, contiene hallazgos únicos y fundamentales para nuestro avance.

—Vamos. —Sus cejas se elevan—. Muéstrame lo que escondes en tu laboratorio.

Le toma un par de segundos el captar lo que le he dicho, segundos en los que yo ya estoy retirándome de su oficina en dirección al ascensor. Con un breve vistazo busco a Kane en el vestíbulo sin éxito, pues no lo encuentro ni a él ni a Lydia.

Ansel me iguala justo cuando las puertas metálicas se abren, ingresamos al cubículo, él marca el piso en el que se desarrolla la gran parte de su trabajo. El ascensor empieza su camino, y como él nunca puede estar en silencio, dice:

—Akon ha intentado comunicarse contigo.

Definitivamente lo ha hecho.

—Lo sé.

—Ha solicitado tu presencia en su sede.

Me ha llegado la notificación a primera hora del día. Una notificación que he tenido que obviar pues el viajar a Washington nuevamente no está entre mis planes. Lo haré, por supuesto que sí, pero aún no es tiempo para ello.

—No puedo pisar el suelo de nuestra capital.

—¿Puedo saber el motivo?

Nuestros ojos se encuentran a través de las paredes del ascensor, las láminas reflejan con nitidez nuestros rostros. Ansel, quien pese a ser más bajo que yo, me sostiene la mirada como un igual y es que en definitiva lo es, pese a tener muchos más años de experiencia que yo, pese a ser mayor, me trata con el mismo respeto con el que yo lo trato.

LA ODISEA DE ASHTON (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora