Capítulo 9

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03 de enero, 2019

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03 de enero, 2019

0800 Hrs

—Extrañaba esto —sonríe antes de dar un sorbo a su café.

Es una mañana bastante prometedora. En contra de todo pronóstico, el sol se encuentra en lo alto alumbrando cada rincón de la cafetería federal en la que comparto un sencillo desayuno americano acompañado por un cafe express junto a Freddy Rivers.

Cuando éramos compañeros y durante gran parte de nuestras carreras, esta siempre ha sido nuestra mesa. Cualquier agente que ingresara al local sabía que no podía acercarse al rincón trasero junto a las ventanas con vista a la diminuta, pero hermosa, área botánica porque sabía que era nuestra. Aun cuando en el último año no había compartido el desayuno ni absolutamente nada con nadie, ni con Rivers, este puesto seguía siendo respetado por los agentes.

Quizás por el hecho de que se trataba del Director Federal en Jefe de nuestra sede, porque ¿Quién en su sano juicio querría meterse con el máximo jerarca de esta oficina?

Pero era agradable, confieso. Era agradable volver a las costumbres que había dejado por concentrarme en un caso hasta el grado de dejar que me consuma.

Ashlyn me necesitaba centrado y lúcido, no agotado y ansioso.

Por ello, considerando que estábamos en la etapa final del caso y que se trataba de la parte más crucial; debía intentar recuperar mi lucidez en lugar de exigir sangre en cada oportunidad.

—Yo también —respondo, cortando los panqueques para revolverlos con miel y llevarlos a mis labios. Sonrío—. El sabor sigue siendo el mismo.

—Lo sé. Podrán pasar los años, pero jamás cambiará el sabor de todo lo que se hace aquí. —Se inclina hacia mí y susurra—: Y eso que varias cocineras han muerto y otras han renunciado. No importa que pase, nuestros desayunos no cambiarán.

—Salud por eso. —Elevo mi café y lo choco con el suyo—. Así que... —intento darle un nuevo giro a la conversación—. ¿Cómo está Court? ¿Los niños?

Freddy Rivers contrajo matrimonio a los veintinueve años con Courtney McAllen; el matrimonio atravesó una dura etapa cuando estaban a punto de cumplir los diez años de casados a tal punto de estar a nada de concretar el divorcio.

¿Qué los detuvo?

La pequeña Nina, una curiosa niña más parecida a su padre que a su madre, igual de optimista y positiva que él. Cinco años después llegó el pequeño Alex para fortalecer el matrimonio. Desde entonces no volvieron a tener problemas tan fuertes como para llegar a pensar en una separación.

LA ODISEA DE ASHTON (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora