¿Cuántas lágrimas derramadas ha visto una iglesia?
Las mismas que ha visto un hospital.
Pero entre ellas, ¿cuáles son las más sinceras?Las máquinas sonaban alrededor, niños que se quejaban con dolor de estómago revolcándose en la cama mientras abrazaban su abdomen. Ancianos apretando las manos de sus nietos. Un nuevo paciente siendo ingresado a quirófano. Médicos y enfermas corriendo de un lado al otro. Así era como lucía la sala de emergencias, con Jungkook esperando al costado de la camilla donde Taehyung dormía.
El pálido tenía los ojos hinchados y la punta de la nariz enrojecida. Un delgado mechón de cabello negro le caía sobre la frente y su elegante abrigo gris estaba tirado en la silla de visitas, arrugado sin importancia.
—Perdóname —dijo el pálido entre sollozos, acariciando las piernas de Taehyung sobre la sábana blanca, recorriendo con dolor cada milímetro. Suspiró hondo y perdiendo el aliento susurró —. Cuando dije que mis pesadillas eran peligrosas para ti — carraspeó —, lo decía en serio —completó en voz baja, dejando caer una fina gota de llanto que contorneó su nariz y finalmente se estrelló sobre su mano.
—Perdóname Taehyung —suplicó Jungkook —, perdóname —repitió apretando los ojos.
Taehyung no podía escuchar en el interior de sus sueños. Parecía un bonito ángel de piel canela tomando una siesta.
Pero aquel rostro pulido por completa belleza, ahora lucía como una pintura dolorosa para Jungkook.
El pelinegro perdió la fuerza en los brazos y se desmoronó, como una casa de papel derrumbándose, sosteniéndose débilmente por sus cansadas piernas, vio sus rodillas a punto de topar al suelo entonces notó que traía la frente apoyada en el borde de la camilla.
¿Estaba siendo un cobarde por tratar de huir de aquella pesadilla, que era la vida misma?
Entonces el enojo que Jungkook sentía con sí mismo creció.
Como un ciervo que apenas aprende a ponerse en pie, Jungkook respiró hondo y apretó con fuerza los párpados, llenándose de valor fue estirando las piernas, de a poco, temblando en cada centímetro que subía. Sostuvo su propio peso sobre sus exhaustos pies mientras mantenía las manos apoyadas en el borde de la camilla, ayudándole a sostenerse. Su cuerpo estremecido tardó en reaccionar.
Era un mal cuadro que iba dibujado junto a un rostro triste y empapado.
Mamá solía decir que cuando las luces se cansan de brillar, se apagan.
El pelinegro tenía los ojos adormilados pero aun así permaneció junto a Taehyung, al costado de la camilla, doblando esfuerzos para no caer de nuevo.
El nudo que empezaba a arder dentro de su garganta hizo que su voz saliera con dolor, tragó saliva tres veces para aliviar la irritación y cuando sintió su respiración más calmada habló despacio, como si contara un cuento.
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The flight of butterflies [KTH-JJK]
Fanfiction¿Has sentido la suave brisa que deja una mariposa al volar? La muerte de la madre de Taehyung le enseñaría lo precioso del silencio, desde ese día se esconde en sus grandes abrigos o en el sonido de su violín. Jungkook quien quería que el mundo cami...