« Golpéame más fuerte, hazme fuerte »
«Todos creen lo que quieren creer, Taehyung, muéstrales... enséñales que un simple abrigo puede esconder quién eres y todos los secretos que desees» le dijo el padre de Taehyung al cumplir doce años mientras acomodaba la solapa de un abrigo marrón. «Las personas se fijarán en la tela, pero no ti... ellos siempre se quedan con lo superficial».
Y aquello se le había grabado tanto que incluso a los veinticuatro no se despegó de aquellas ropas.
Ahora solo quedaba el chico de los abrigos grandes.
¿Kim Taehyung?, él aparecía solo cuando tocaba el violín o retrataba mariposas de colores, muy poco recordaba de él, pero al chico de los abrigos grandes lo conocía como la palma de su mano, porque aquel chico era la jaula en que Kim Taehyung se había resguardado.
Y quizá lo hacía, se protegía de todos menos de sí mismo.
En medio de sus pensamientos Taehyung soltó una risita que atrajo la atención de Jungkook, el pelinegro sacó un papel doblado de los bolsillos al costado de la maleta —. Mi número —le sonrió, entregándole un pedazo amarillo—, llámame si tienes una recaída, iré a buscarte.
Taehyung dudó en tomarlo, pero el azabache le sujetó de la muñeca obligándolo a recibir el trozo de papel.
—Si no vas a cuidarte, déjame hacerlo —entonces continuó su caminar mientras miraba al frente y guardaba la mano en el bolsillo —, aun si no tienes una recaída, llámame —su voz salió bajita todavía con angustia, pero cuando su mirada se conectó a la Taehyung, Jungkook aprovechó para guiñarle un ojo —. Solo llámame, es lindo escuchar tu silencio.
El castaño se encogió de hombros y sonrió estirando los labios.
Habían llegado al estacionamiento y como era de esperar, varios le asentaron la mirada, Jungkook notó el nerviosismo del contrario cuando lo vio apretar el tirante del bolso amarillo con fuerza hasta que sus nudillos se marcaron con un débil temblor. El azabache tomó una bocanada de aire —. Todo va a estar bien, tranquilo —le dijo —, estoy contigo —entonces sus ojos negros y brillantes aparecieron y al chocar con las pupilas titilantes de Taehyung, el castaño aflojó el puño.
«Tranquilo» se repitió Taehyung inhalando hondo.
—¡Ay, no! —suspiró la voz del pálido en un quejido ahogado. Resopló mientras bajaba los hombros, llevándose una mano a la frente —. ¡No, no, no! —volvió a quejarse, sin creer lo que había a unos cuantos pasos adelante —. Taehyung, debo irme —dejó salir con rapidez, casi sin palabras claras —, iré a buscarte —alcanzó a decirle mientras se apartaba.
Taehyung detuvo sus pies y miró como el cabello de Jungkook se mecía al caminar a paso firme.
—Mierda —se quejó Jungkook, golpeando sus brazos contra el bombacho pantalón azul. «Mierda» volvió a decir mientras caminaba con la cabeza gacha hasta la imagen estropeada de su amigo. Sujetaba el tirante de la mochila negra y sus nudillos se marcaron. Namjoon estaba literalmente cayéndose al piso de borracho, el pelinegro no pudo sentirse más avergonzado. «Mírate eres un completo desorden» le recriminó en su mente.
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The flight of butterflies [KTH-JJK]
Fanfiction¿Has sentido la suave brisa que deja una mariposa al volar? La muerte de la madre de Taehyung le enseñaría lo precioso del silencio, desde ese día se esconde en sus grandes abrigos o en el sonido de su violín. Jungkook quien quería que el mundo cami...